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LA ESPANTADA DE LEO

Actualizado: 22 sept

Por Alberto Llana


Leonardo Marcos ya no es director general de la Guardia Civil. Ha preferido dar la espantada de un cargo que nunca deseó y al que ni siquiera intentó llegar a entender. Y no es que sea mala noticia, todo lo contrario, lo que ocurre es que el Gobierno o más bien su ministro del Interior, ha dejado pasar una oportunidad de oro para haberlo cesado por incompetente e intentar lavar un poco su desastrosa imagen. La muestra más clara de lo anterior es su vergonzosa actuación tras el asesinato de dos compañeros en Barbate, defendiendo lo que a todas luces no podía ni debía respaldar: ese operativo nunca se debió llevar a cabo porque fue como ordenar a los cristianos salir a la arena del circo a enfrentarse con verdaderas hienas al grito de “Hacer lo que podáis”. Sin embargo Marlaska prefirió mantener a Marcos a toda costa en su incómoda responsabilidad para verse obligado a cambiarlo ahora de una manera bastante extraña. Porque no resulta muy lógica su salida en estos momentos y mucho menos para volver a poner en el cargo a una señora que demostró su nulo aprecio por el Instituto cuando la nombraron por vez primera.-


Imagino que aquellas personas interesadas en el devenir de la Guardia Civil están al tanto de la maniobra protagonizada en su día por la repuesta Mercedes González, seleccionada en su momento deprisa y corriendo tras la dimisión (cese, en realidad) de María Gámez y que se paseó por la Dirección General del Cuerpo desde finales del mes de marzo hasta comienzos del de junio de 2023, despreciando su flamante cargo en cuanto se convocaron elecciones generales para el mes de julio de ese año porque su deseo era ser diputada pese a afirmar en su acto de toma de posesión que la Benemérita era “una pieza clave para construir una sociedad más justa e igualitaria”. Y justo un año y un mes después de sentarse en la Cámara Baja (la actual legislatura comenzó oficialmente el 17 de agosto de 2023), acepta volver al despacho principal del acuartelamiento sito en la madrileña calle de Guzmán el Bueno. La única parte destacable de este vaivén es que Mercedes cuenta con el respaldo de los dos principales ministerios de los que depende el Cuerpo (Interior y Defensa), algo que no siempre ha ocurrido con los incesantes nombramientos de la época Marlaska.-


Volviendo a Leonardo, en el escaso tiempo -por fortuna-, que ha dirigido la Guardia Civil se ha destacado principalmente por estar casi ausente, cuestión que podía llegar a ser comprensible al principio ya que llegó como remiendo a una situación sobrevenida y con escasas esperanzas de continuar en el cargo mucho más allá del mes de agosto de 2023, por lo que se lo tomó con calma. Cuando se hizo patente que continuaría en el cargo, su presencia se hizo un tanto más evidente, aunque no demasiado, ni para bien. Su exigua predisposición al diálogo tiene su máximo exponente en una frase salida de sus labios: “No he venido a dialogar sino a ordenar”, dijo en un arranque de sinceridad. Carácter silente que se tornaba en pura prepotencia cuando lo abandonaba que, eso sí, aplicaba a todos por igual, no sólo a los representantes legales de los guardiaciviles sino a la cúpula del Cuerpo en general, de forma que estaba prácticamente aislado salvo cuando se lo llevaban cual monigote a los diferentes actos oficiales a los que por fuerza debía acudir. Podríamos decir que eligió estar en una isla desierta en medio de un mar de sargazos verdes, con clima propio y corrientes aleatorias que nunca tuvo el menor interés en descifrar.-


Una de las pocas decisiones de calado que adoptó fue la relativa a dejar en el cajón una norma que estaba en trámite y había heredado de su antecesora María Gámez: la nueva Ley de Personal de la Guardia Civil. El novedoso texto legal, que ya había pasado el trámite del Consejo de la Guardia Civil y hubo de detenerse en seco tras la convocatoria de elecciones para el 23 de julio de 2023, contemplaba varias cuestiones de interés para los miembros de la Benemérita en áreas como la formación, exigiendo para el acceso a la escala de cabos y guardias ciclos formativos de grado superior (bachiller o técnico), o la adaptación de la enseñanza de formación de la escala de oficiales a la equivalencia de máster y la de la escala de suboficiales a las enseñanzas universitarias oficiales de grado. De igual forma, la ampliación de indemnizaciones concedidas para el resarcimiento de las lesiones en actos de servicio cuando el tercero responsable fuese declarado insolvente, o la incorporación en las retribuciones complementarias y a efectos de trienios el tiempo transcurrido desde el nombramiento como alumno, así como el tiempo de servicios prestado con anterioridad en la Administración del Estado o en las Fuerzas Armadas. O, también, la previsión de puestos de trabajo para todo aquel personal en situación de Reserva que deseara ocupar destino.-


Asimismo contemplaba una Disposición adicional mediante la cual se rehabilitaba a guardiaciviles expulsados del Cuerpo por su compromiso por la democratización de la Guardia Civil, su lucha contra la corrupción y por los intereses profesionales de los miembros del Instituto, a través del sindicato clandestino (SUGC). Una medida que, tras la certeza de que se iba a quedar en el ostracismo por decisión de Leonardo Marcos, hubo de buscar acomodo urgente en otro texto legal al objeto de no demorarse más de lo que ya lo ha hecho. Finalmente y gracias a las gestiones de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), esta reivindicación histórica encontró su hueco en la Ley Orgánica del Derecho de Defensa, aprobada en el Congreso el pasado 11 de julio.-


En definitiva, Leonardo ha estado poco tiempo como director general de la Guardia Civil, y ello es de agradecer porque todo el que ha permanecido en el cargo ha sido tiempo perdido en una época en la que las penurias que padecen los componentes de la Benemérita se han agudizado en demasía ante la pasividad tanto de los políticos con responsabilidad en la materia como de los altos mandos del Cuerpo, más preocupados de que no les apliquen un ‘Pérez de los Cobos’ que de las paupérrimas condiciones que sufren sus subordinados. A fin de cuentas y en palabras del propio inepto, “los hechos de Barbate” demuestran a las claras qué es lo que se puede esperar tanto de los unos como de los otros.-


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