Por Alberto Llana
Que el actual director general de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, no está a la altura del cargo que le ha caído en suerte es una cuestión tan notoria que no vale la pena insistir más en ello. No obstante quien decidió fustigar a la Benemérita dándole el bastón de mando no tiene intenciones de quitárselo hasta que con esa decisión pueda intentar mantener en sus manos la cartera ministerial que ostenta, como aconteció con María Gámez, por lo que no queda más remedio que lidiar con este morlaco. Tras el asesinato de David y Miguel Ángel en Barbate, el baladrón de Leonardo optó por la técnica del avestruz hasta que el pasado día 22, casi dos semanas después del trágico suceso, decidió salir a la palestra a través de una entrevista concedida a La Vanguardia. En la misma llega a afirmar que la orden para que seis compañeros a bordo de una pequeña embarcación en la que apenas había sitio para todos se enfrentara a media docena de narcolanchas la dio «Quienes estaban al frente de la cadena de mando». Según este botarate, al frente de la cadena de mando hay una pluralidad de personas. Quizás esa respuesta sea fruto de su desconocimiento, pero no me cuadra. Lo que creo es que intenta desviar la atención sobre el jefe de Comandancia. Pero hay más, porque lo que obvia con esa contestación es que quien está al frente de la cadena de mando recibe instrucciones del cargo político al frente de la Subdelegación del Gobierno en la Provincia.-
A la pregunta de si estuvo justificada esa orden se despacha aseverando que «Con la información de había en ese momento la orden fue desde mi punto de vista correcta». Imagino que eso es lo que le han querido contar o lo que ha decidido asumir con tal de no tomarse el esfuerzo de averiguar quién tiene responsabilidad por negligencia ya que, como es obvio, el o los asesinos viajaban a bordo de la narcolancha y eso lo decidirán los tribunales de justicia. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que esos guardias no deberían haber estado allí por mucho que se empeñen autoridades políticas o militares. Ni los medios eran los adecuados para plantar cara a las narcolanchas ni el estado de la mar permitía una correcta navegación de la zodiac, que además iba sobrecargada. Para intentar hacer una comparativa, imaginen ustedes que una persona necesita ayuda en la montaña y la manera más rápida y eficaz de auxiliarla es enviar a un helicóptero de la Guardia Civil, pero resulta que el helicóptero no está preparado para efectuar rescates y además hay un temporal con rachas de viento de cien kilómetros, ¿Alguien en su sano juicio ordena que despegue el aparato? Lo correcto es enviar a personal preparado y bien equipado a pie, aunque se tarde más. Pues más o menos eso, con la importante diferencia de que en Barbate no había nadie a quien auxiliar, tan solo el capricho de ciertos cargos políticos de echar a esas narcolanchas del puerto, cuando resulta de lo más habitual verlas allí en espera del momento adecuado para iniciar su viaje a Marruecos.-
De igual forma, a la pregunta de si no influyó el tamaño de las embarcaciones, el todavía responsable político de la Benemérita asegura que: «No, lo que influyó fue el asalto contra una embarcación. No podrían ser nunca embarcaciones similares porque las de los narcotraficantes son ilegales». No sé si este hombre entiende bien lo que significa ‘similar’, pero según la RAE es que tiene semejanza o analogía con algo. A lo mejor también hay que explicarle lo que significa ‘semejanza’ o ‘analogía’ para que termine de comprender la cuestión. El que las narcolanchas sean ilegales no significa que la Guardia Civil no disponga de embarcaciones semejantes o incluso más grandes. Otra cosa es que hubieran podido acudir a Barbate, aunque haberlas, haylas. En cuanto a la influencia del tamaño de la embarcación no cabe por menos que preguntarse si los presuntos asesinos hubieran embestido a una embarcación de mayor enjundia que la suya, poniendo en peligro la integridad de su narcolancha, porque una cosa es que decidan acometer nuestras embarcaciones cuando van cargados de droga y se están jugando mucho más que la cárcel y otra muy distinta que lo hagan cuando no tienen ninguna sustancia ilegal a bordo y lo que se juegan es una mera denuncia por pilotar una lancha no permitida por nuestra legislación.-
En referencia al desmantelamiento en septiembre de 2022 del Organismo de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (más conocido por “OCON-Sur”) responde que «no se podía mantener en el tiempo porque el fenómeno estaba cambiando». Queda claro que el fenómeno es él, sin lugar a dudas, ya que olvida que el motivo principal de la decisión fue que el Comandante al mando estaba siendo investigado por presuntos delitos de cohecho y revelación de secretos. ¿Y por qué lo olvida? Pues muy sencillo, porque parte de esa investigación ya fue archivada en mayo pasado por la Audiencia Nacional y existen serias dudas de que la investigación separada que sigue su curso termine con una declaración de culpabilidad. Por ello han cambiado el argumentario y ahora ofrecen esa respuesta que no tiene credibilidad alguna. Nadie en su sano juicio desmonta una unidad que arroja tan buenos resultados porque el ‘fenómeno’ esté mutando. Se adapta a las nuevas circunstancias y sigue funcionando, como suele ocurrir con cualquier otro ‘fenómeno’ delincuencial. Pero la prueba más palmaria de lo que sostengo la ofreció el informe de la Fiscalía Especial Antidroga referido al año 2022. Se afirma en el mismo que «Esta disminución de droga incautada supone también una reducción de procedimientos penales en la provincia de Cádiz lo que la delegada (se refiere a la fiscal delegada para Andalucía) atribuye a una menor presión policial y a la desaparición del grupo operativo OCON Sur que se produjo sorpresivamente y sin comunicación previa a la Fiscalía de Andalucía ni a la Fiscalía Especial, ni a los órganos judiciales».-
Creo que lo mejor para terminar este comentario sea repetir las palabras del propio Director General de la Guardia Civil en la entrevista a La Vanguardia: «Cada uno sabrá lo que tiene que hacer. Sus responsabilidades, su historia y su pasado construye el futuro de cada uno de nosotros». Pues querido Leonardo, dos compañeros se han quedado sin futuro… ¿Sabes lo que tienes que hacer?
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