Por Alberto Llana
El tipo aterrizó en la Guardia Civil por pura casualidad. Nadie se había planteado ni como opción remota recurrir a él en condiciones normales, pero el devenir de la vida suele resultar en ocasiones más complicado que el fantaseado para un guion dramático. Y resultó que las dos personas que habían ocupado anteriormente el cargo que le había caído del cielo se habían largado con viento fresco de manera inesperada. Una por ciertos problemillas con la justicia y la otra porque su verdadero interés no era ese puesto en concreto sino uno más liviano en la Cámara Baja y cuando se anunció el adelanto electoral, le falto tiempo para presentar su renuncia. En resumen, que el azar se fijó finalmente en Leonardo y de pronto se vio con el bastón de mando de nada menos que la Guardia Civil. Bien es cierto que los profetas vaticinaban una estancia breve en el despacho principal de Guzmán el Bueno pero, como ya he dicho antes, las cosas de la vida no son tan sencillas como pueden llegar a aparentar y, de repente, tuvo que tomarse más en serio la responsabilidad que había contraído a modo de remiendo.-
La solución al trance la encontró de la forma más sencilla posible, es decir, por la calle del medio o, en palabras propias, “No he venido a dialogar sino a ordenar”. Al fin y al cabo en un Instituto de naturaleza militar eso del diálogo resulta una cualidad ajena por sistema, no vaya a ser que ponga en peligro ese factor esencial de la milicia denominado disciplina. Ya lo establece el artículo 7.7 de la Ley de Personal de la Guardia Civil «La disciplina, factor de cohesión que obliga a mandar con responsabilidad y a obedecer lo mandado, será practicada y exigida en la Guardia Civil como norma de actuación». Sin embargo, en lo que a la Benemérita se refiere, debemos tener en cuenta que, tal y como se recoge en el preámbulo de la Ley Orgánica 2/1986: «Con fundamentación directa en el artículo 104 e indirecta en el artículo 8, ambos de la Constitución, la Ley declara, a todos los efectos, la naturaleza de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que corresponde al Cuerpo Nacional de Policía (…) y al Cuerpo de la Guardia Civil». O sea que la Benemérita tiene naturaleza militar y, a la vez, naturaleza de Cuerpo de seguridad. Luego está otra cuestión más sencilla de comprender, al menos para el común de los mortales, tal es el hecho de que el diálogo no implica indisciplina ni por asomo, lo que ocurre es que resulta tedioso tener que departir con alguien sabiendo de sobra que al final vas a hacer lo que te salga de la entrepierna.-
No obstante, Leonardo debería tener muy en cuenta lo que estipula otra Ley Orgánica, la de derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil. En su artículo 44, que versa sobre los derechos de las asociaciones profesionales representativas, se recoge que: «1. Las asociaciones profesionales representativas deberán ser informadas y consultadas en el proceso de elaboración de proyectos normativos que afecten a las condiciones profesionales de los miembros de la Institución.
2. Igualmente, participarán, en su caso, en los grupos de trabajo o comisiones que se constituyan para el tratamiento de los aspectos profesionales.
3. Asimismo, podrán formular propuestas, elevar informes, dirigir peticiones y formular quejas a las autoridades competentes». Ya me dirá este señor de qué forma puede soslayar estas cuestiones. Pero la cuestión no se queda ahí ya que diez preceptos más adelante, entre las facultades que la ley reconoce al Consejo de la Guardia Civil se encuentra, entre otras, la de tener conocimiento y ser oído previamente en los siguientes asuntos: a) Establecimiento o modificación del estatuto profesional y del régimen disciplinario de la Guardia Civil. b) Determinación de las condiciones de trabajo. c) Régimen retributivo. d) Programas de enseñanza y planes de formación de la Guardia Civil. e) Régimen de permisos, vacaciones y licencias. f) Planes de previsión social complementaria. g) Asuntos que afecten a otros aspectos sociales, profesionales y económicos de los Guardias Civiles. Y si acudimos al Real Decreto 785/2022, por el que se aprueba el Reglamento de organización y funcionamiento interno del Consejo de la Guardia Civil, comprobamos en su artículo 8 que entre los derechos y deberes relativos al desarrollo de las reuniones del Consejo, están, por ejemplo, los de participar en los debates de las sesiones, expresar libremente las opiniones o formular ruegos y preguntas.-
Imagino que todas estas sutilezas le importan bien poco a Leonardo Marcos, lo cual resulta bastante raro en una persona con su experiencia profesional, aunque debemos tener presente que la Benemérita vive en un mundo muy particular que hay que conocer a fondo para intentar siquiera comprender sus entresijos. La esperanza que nos queda es que haga valer esa máxima de que ha venido a ordenar y tenga los arrestos suficientes para aplicarla a quienes le ha aconsejado que ese es el camino a seguir para dirigir el Cuerpo. De momento ya se ha deshecho del Director Adjunto Operativo (DAO) nombrado de forma bastante particular por Marlaska en mayo de 2020 y, por lo que cuentan, ha impulsado como número dos a Manuel Llamas Fernández. ¿Habrá dialogado con alguien antes de dar este paso?
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