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OJALÁ FUERA SOLO INCOMPETENTE

Por Alberto Llana


Hace un par de años publicaba un comentario (pongo el enlace al final) acerca de la negligente gestión de la Directora General de la Guardia Civil, relacionada en aquel caso concreto con la retención de una cantidad monetaria que deberían percibir sí o sí los miembros del Cuerpo para posteriormente devolverla parcialmente si se prestaban más horas de servicio. O sea, compensar los excesos de jornada de los guardiaciviles con dinero previamente detraído de un complemento dinerario al que tienen derecho por haberse así constatado mediante acuerdo rubricado con el Gobierno y publicado en el BOE. De aquellas quedó claro que esta señora, aconsejada por sus asesores y, sobremanera, por los máximos responsables de la Benemérita, se creyó con la potestad de meter la mano en los bolsillos de los agentes a su antojo. Así funciona la mente de esta buena señora. Y como demostración palpable de lo que digo tenemos un nuevo ejemplo en el anuncio realizado por la Dirección General hace unos días respecto a que la denominada ‘bufanda’ de este año quedará reducida a menos de la mitad respecto a la percibida en 2021.-

Para intentar situar correctamente a quienes no conozcan el tema, decir que en la normativa de la Guardia Civil viene recogido un concepto monetario llamado “Productividad por Objetivos” (la antedicha bufanda), que se abonará de acuerdo a una serie de parámetros estipulados en la propia norma tales como la consecución de resultados profesionales vinculados a objetivos preestablecidos; la realización de servicios de singular relevancia; el especial rendimiento, actividad y dedicación en la realización habitual del servicio, así como el peculiar interés e iniciativa demostrados. El caso es que para compensar estas cuestiones se prevé un montante económico anual y en este 2022 el total ha quedado reducido a 21 millones de euros frente a los 46 repartidos el pasado ejercicio económico, según la propia Dirección General. En otras palabras, da igual lo que te hayas esforzado o los resultados positivos obtenidos porque el presupuesto, lógicamente, no se puede estirar. Pero, claro, a partir de tal obviedad surge la incógnita… ¿Dónde se han ido los dineros que faltan?

La respuesta es un tanto compleja ya que, de principio, el montante que se puede destinar a ‘Productividad’ no puede superar un porcentaje máximo del presupuesto total previsto para la Guardia Civil y de esa hucha conjunta se extraen los cuartos para compensar un montón de situaciones diversas, al margen de la Productividad por Objetivos antes señalada. Cuantas más monedas saques de la alcancía a lo largo de los meses, menos queda para final de año, como es el caso presente. Y resulta que este año han tenido que abrir el cepillo más de la cuenta a consecuencia de factores que al parecer no tuvieron muy en cuenta en la planificación anual, lo que denota negligencia cuando menos. Ello, unido al habitual despropósito a la hora de repartir las porciones de Productividad, herencia de aquellas épocas en donde los fondos reservados se daban en mano y que generaron la mala costumbre entre los más altos Empleos del Cuerpo de recibir determinadas cantidades a las que no están dispuestos a renunciar pese a quien pese, nos abocan a esta catástrofe, liderada por una María Gámez que nunca ha sabido estar a la altura del cargo. Llegó con la firme intención de demostrar que una mujer podía dirigir la Benemérita (cuestión que tan solo podrían poner en duda los necios) y lo que está demostrando día tras día es que la Guardia Civil puede ser dirigida incluso por una iguana disecada.-

Desde que se conoce la noticia he visto comentarios en redes sociales que apuntan al hecho de que este año se han sacado de la manga una compensación pecuniaria al objeto de ‘comprar’ días de descanso extra que generan los guardiaciviles que realizan servicio en días festivos o en horario nocturno, conocidos como Descansos Singularizados Adicionales (DAS). Dado que la cantidad de DAS acumulados había alcanzado una cifra no asumible por la Dirección General, decidieron lanzar una oferta de compra, de tal modo que cualquier agente que renunciara a un DAS recibiría una cantidad -ridícula- de dinero. Con todo, muchos compañeros optaron por aceptar este canje y vendieron algunos de sus descansos singularizados. Y el dinero, como ya he explicado, ha salido de esa bolsa de Productividad. No obstante, esta circunstancia tan solo explica una parte del problema ya que, por las noticias que tengo, el total desembolsado por la DGGC en este concepto ha sido de unos 4.500.000€, por lo que hay que seguir indagando con la finalidad de intentar llegar al fondo del asunto.-

Y creo que otra explicación plausible podemos encontrarla en la actualización de la Productividad Estructural entre comienzos de 2017 hasta febrero de 2021, incluida en la nómina del mes de junio de 2022. Como muchos sabrán, el Tribunal Supremo emitió una sentencia en el mes de abril de 2021 que reconocía el derecho de los miembros del Cuerpo a «que el complemento de productividad estructural de puestos de la Guardia Civil, correspondiente al año 2016, debe ser fijado atendido el incremento del complemento de destino aprobado en la Ley 48/2015, de 29 de octubre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2016», lo que motivó una revisión al alza de la cuantía satisfecha en el periodo indicado (incluyo al final otro enlace al comentario realizado sobre este asunto). Con todo, ni siquiera así se explicaría por qué este año hay 25 millones menos que el pasado, aunque encontrar la respuesta correcta tampoco les sirva de mucho a quienes verán la bufanda de 2022 reconvertida en simple pañuelo que no les servirá ni para enjugar sus lágrimas. Y la principal responsable del agravio ya sabemos quién es, esa persona que tardó bien poco en demostrar su incompetencia tras llegar al cargo y que, como reza el titular, ojalá fuera tan solo eso.-


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