Escrito por LlanAUGC 16-09-2018
Por Alberto Llana
Se acerca el momento de comprobar si el proceso de equiparación salarial va en serio o no y algunos parece que no quisieran que llegara a buen puerto solamente para darse la satisfacción de decir “ya os lo había dicho”, como si fueran capaces de asimilar la complejidad del proceso y los vaivenes políticos a los que está sometido el mismo y hacer una predicción acertada de antemano. Si uno hace abstracción de lo acontecido desde que se firmó el acuerdo entre el Ministerio del Interior y las organizaciones representativas de guardiaciviles y policías nacionales, su inclusión en la Ley de Presupuestos Generales de Estado para este año, la moción de censura presentada al día siguiente de ser aprobada la tramitación parlamentaria de tales Presupuestos, moción que como todo el mundo sabe terminó con un cambio de gobierno y los equilibrios de este nuevo Ejecutivo para tan solo mantenerse en la bancada azul, llegaremos a una conclusión clara: si no llega a firmarse cuando se hizo, no se hubiera hecho nunca. Y a aquellos que seguramente se mostrarán escépticos con la afirmación anterior, les rogaría que contestaran a una pregunta: aun suponiendo que el partido que gobierna estuviera a favor de la equiparación salarial reivindicada ¿creen que algunos de los socios que lo sustenta en el poder se mostrarían partidarios de que los componentes de los cuerpos estatales cobraran lo mismo que sus policías? Pues sí, ya se que es una pregunta retórica.-
De haberse rechazado el acuerdo, quizás se hubiese iniciado otro proceso de negociación de resultados inciertos. Quien piense que una nueva negociación hubiera arrojado mejores resultados es un cachondo mental, cuando no algo peor. Cuestión diferente es qué va a ocurrir con lo firmado porque, al margen del montante económico concreto, que parece ser lo único que miran muchos, existen otras particularidades que aunque no produzcan euros directamente, sí que pueden producirlos de manera indirecta -y no pocos-, como, por ejemplo el compromiso de impulsar “las medidas legislativas que sean necesarias para garantizar que en el futuro no se pueda producir una disfunción salarial entre las policías que realicen las mismas funciones” o el compromiso de revisar al alza las cantidades necesarias para la equiparación en función del estudio realizado por la consultoría externa que ya ha sido contratada al efecto, como se publicó en el BOE del 11 de septiembre. Pero a lo que iba era a lo incierto del desarrollo futuro del acuerdo firmado y esa incertidumbre se produce, precisamente, porque se firmó. De no haberlo hecho, seguiríamos insistiendo en nuestras justas reivindicaciones sin esperanza alguna de que fueran a ser atendidas en el actual entorno político. Por descartado, este año no se hubiera visto ni un euro de subida. Y si para algunos el acuerdo es malo, no me quiero ni imaginar lo que hubieran dicho o llegado a hacer si 2018 terminase con unas nóminas como las del año anterior.-
Esos, a los que les parece mal cualquier cosa que haga el prójimo porque en su interior albergan la certeza de que si fueran protagonistas de la negociación nada se les resistiría y se levantarían de la mesa, no ya con una equiparación, sino con un montante económico muy superior a sus coincidentes laborales autonómicos, se desviven en el intento de demostrar que el texto rubricado es papel mojado y para ello no reparan en argumentos inauditos. Hace pocas jornadas leía en una red social un razonamiento estúpido donde los haya. Según la persona autora del libelo, el hecho de que la subida se incluyera en el Componente Singular del Complemento Específico y no en el Componente General era algo malísimo porque se verían resentidas las futuras pensiones de los afectados. Y digo yo, ¿qué coño tiene que ver el CEG con los Derechos Pasivos? Pues con todo, hubo unos cuantos que enseguida se apuntaron al carro y alzando indignados su voz consiguieron que la estupidez recorriera largo trecho antes de ser desmentida. Y aun así, algunos habrá que por pura desidia prefieran creer las malas noticias ya que, por lo general, se le hace más caso a quien más indignado se muestra, al margen de si le asiste razón alguna o no. Recomiendo leer el siguiente comentario… https://gijontrasgu.wixsite.com/website/post/sobre-pensiones
Otros argumentarios que me dejan pasmado son los usados por los políticos. De una parte tenemos al que gobernaba antes, el que firmó el acuerdo. Con el fin de que no se olvide este hecho llevaron una propuesta al Senado instando al actual Ejecutivo el cumplimiento total e íntegro de lo acordado. Y afirman que gracias a ellos se ha conseguido lo perseguido por los componentes de Guardia Civil y Policía nacional durante tres décadas, obviando, por supuesto, los años en los que durante esos treinta años su partido gobernó, incluso con mayoría absoluta.-
Y de otra parte tenemos a los actuales gobernantes, que se jactan de que la equiparación se va a llevar a cabo bajo un gobierno de su signo político. Otros que convenientemente olvidan exactamente lo mismo que he expresado en el anterior párrafo. Además está por ver si la debilidad en la que se asienta este gobierno les permite deshacer siquiera las maletas e instalarse cómodamente en el poder, no digo ya lo de cumplir el acuerdo en toda su extensión, no solo en la parte monetaria.-
Pero para finalizar con el pasmo, de momento, la propuesta realizada por una organización y referente a comenzar una nueva negociación con el actual gobierno. Según su punto de vista, este año habrá que conformarse con lo aprobado y ya presupuestado pero ello no es óbice para que se renegocie lo relativo a los años 2019 y 2020. Menos mal que solo se trata de mera propaganda para contentar a los suyos e intentar atraer a su causa a los ajenos porque, como ya he dicho más arriba, de conseguir sus propósitos, el resultado final sería desastroso para ambos colectivos (Benemérita y Policía Nacional), y si no recuerden los socios políticos en los que se apoya el actual gobierno y el aprecio que siempre han demostrado por nosotros.-
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