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ZOIDO EL AUSENTE

Por Alberto Llana Publicado el 29 de diciembre de 2016




El día 22, coincidiendo con la lotería de Navidad, se celebró el último Pleno del Consejo de la Guardia Civil correspondiente a 2016 y el primero desde que el nuevo equipo del ministerio del Interior se hiciera cargo de sus responsabilidades. Desde su creación en 2009 a este órgano consultivo acuden los titulares de la cartera de Interior siquiera a saludar. Si me permiten, excluiré de lo anterior a Antonio Camacho, quien fuera ministro del ramo durante cinco meses en 2011, en sustitución de un Rubalcaba que se preparaba para liderar su partido en las elecciones de diciembre de aquel año. Dicho lo cual vuelvo al hecho de que, hasta ahora, los otros dos ministros -el mentado Rubalcaba y Jorge Fernández- hicieron acto de presencia aunque solo fuera por cubrir el expediente, ya que maldita la importancia que le dieron al mismo.-


Sin embargo Juan Ignacio Zoido brilló por su ausencia en el Pleno del pasado jueves, quizás porque sea la única manera de brillar que se le ha ocurrido tras un gris comienzo en su andadura gubernamental. Prefirió acudir a la toma de posesión de la nueva Delegada del Gobierno en Canarias y, si bien resulta obligado desde un punto de vista formal y protocolario que en ese acto comparezca al menos un representante del Ejecutivo, no tiene que ser por fuerza el ministro del Interior, lo que me lleva a pensar que a Zoido, lo mismo que a sus antecesores, se la trae al pairo lo que suceda en el Consejo Benemérito. Opinión que se ve reforzada por el hecho de que, por la tarde, el ministro acudió sin falta a otra toma de posesión, en este caso del nuevo Director Adjunto Operativo del Cuerpo, desarrollado, al igual que el Pleno antedicho, en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil.-


Si el flamante equipo ministerial del Interior y el nuevo 'número dos' del Cuerpo pretenden tomar un rumbo diferente de aquellos a quienes han suplido, el margen de maniobra se les está agotando a marchas forzadas y por iniciativa propia. No pueden culpar a nadie ni echar balones fuera por mucha experiencia política que tengan y mucho arte a la hora de buscar excusas o desviar atenciones. La Guardia Civil está en horas muy bajas y necesita un poco de comprensión por parte de aquellos designados para llevar su timón. Ya no vale recurrir a la manida disciplina para acallar voces y mitigar conciencias. No sirve acusar de infidelidad a quienes critican las ocurrencias de una Dirección General empeñada en mantener sus privilegios cuando el presupuesto es el justo para desarrollar de forma muy modesta las funciones del Cuerpo y el potencial humano ha caído a los niveles más bajos de su historia reciente. Y la forma correcta de encaminar esta situación es sentarse y escuchar con interés lo que tienen que decir las asociaciones representativas, que son las que conocen de primera mano los acuciantes problemas del día a día en nuestra importante labor, sin dejarse llevar por los cantos de sirena de los que se consideran patriarcas de la Institución, tal y como hizo aquel jardinero del que solamente nos quedan malos recuerdos.-


Porque, señor ministro ¿de qué sirve que el nuevo Director General reconozca la escasez de plantilla y que las diferencias económicas respecto a otros cuerpos policiales no estatales sean abismales, si quien se sienta en la mesa del Consejo de Ministros considera más importante alejarse miles de kilómetros del Pleno del Consejo para regresar justo al término del mismo? La imagen que ha ofrecido con esta maniobra no le deja en buen lugar ante la mayoría de componentes de la Guardia Civil que empiezan a plantearse si realmente ha aceptado el cargo como mera promoción política, intentado afrontar esta nueva responsabilidad bajo el prisma de pasar lo más desapercibido posible, sin arriesgar en demasía, de cara a futuros cargos. Vera usted, al aceptar el cargo recibió una herencia envenenada de la que, supongo, era conocedor. Corregirla no va a ser nada fácil, lo sé, pero resultará tarea imposible si se anda con remilgos o subterfugios. No queda por menos que dar la cara y mostrarnos su capacidad de gestión. Y como cualquier camino largo, todo comienza dando el primer paso. Ese inicial movimiento esperábamos fuese el pasado día 22, el día de la lotería. Pero como la inmensa mayoría de españoles, los representantes elegidos democráticamente por los componentes de la Guardia Civil, se quedaron sin ver el gordo... ¡Qué lástima!



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