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TÓSIGO EN EL CUERPO

Escrito por LlanAUGC 20-11-2019


Por Alberto Llana


Tósigo significa veneno, ponzoña, angustia o pena grande. Cualquiera de estas acepciones le viene que ni pintada al Señor Félix Azón, Director generalísimo de la Guardia Civil. Y no le viene de ahora sino que lo lleva fraguando desde su misma llegada a la sede Benemérita de Guzmán el Bueno. Ya he dedicado varios comentarios a esta persona y ninguno ha sido positivo dado que no ha hecho merecimientos para ello, en mi personal e intransferible opinión. En esta ocasión he de referirme a unos comentarios suyos realizados en un desayuno informativo organizado por Executive Forum y que tuvieron puntual eco en los medios de comunicación el pasado lunes 18 de noviembre. Entre otras cuestiones, Azón se refirió al proceso de equiparación salarial que comenzó con la firma del Acuerdo entre Gobierno y organizaciones representativas de guardiaciviles y policías nacionales el 12 de marzo de 2018, reconociendo sin ambages que no lo van a cumplir en su totalidad. De hecho, según resalta algún medio, afirmó que las intenciones del posible futuro Gobierno son las de cumplir con el tercer tramo de subida salarial, previsto para 2020, y que ello conllevará “si no igualdad, sí supone un importantísimo aumento salarial”. Más claro, agua.-


Hace ya tiempo que dejaron clara una cuestión: si no se hubiese firmado el Acuerdo y el anterior Ejecutivo no hubiera previsto el desembolso de los 807 millones de euros contemplados en el mismo, pagaderos en tres tramos anuales, ni siquiera verían los afectados esa importante subida económica. Y algunos ignaros todavía siguen criticando su rubrica. De igual forma, los responsables políticos que sentaron sus posaderas en los escaños azules de la Cámara Baja tras la moción de censura, no tuvieron rubor alguno a la hora de rechazar el primer informe realizado por una Consultoría externa acerca de las diferencias salariales reales entre miembros de los cuerpos de seguridad estatales y los Mozos de Escuadra, ordenando rehacerlo de modo que concluyera que con los mentados 807 millones bastaba para la tan anhelada como justa equiparación nominal. Pues lo que acaba de refrendar este tósigo es precisamente lo que no deseaban reconocer ni por asomo sus superiores políticos: cumplir con los tres tramos acordados no supone el equilibrio monetario, tan solo “un importantísimo aumento salarial”. Pero, claro, eso no es lo que reza el Acuerdo, dado que en su cláusula Primera estipula que “La Secretaría de Estado de Seguridad se compromete a contratar los servicios de una Consultoría Externa, que fije criterios objetivos de análisis para garantizar que los 807 millones de euros suponen la equiparación salarial total y absoluta. Dicha consultoría analizará las cifras de equiparación puesto a puesto, y fijará las correcciones que sean necesarias, que serán incorporadas una vez finalizado el trabajo de la Consultora. Dicho estudio contará con la participación de los técnicos de la Secretaría de Estado, Policía Nacional, Guardia Civil y por los Sindicatos y Asociaciones Profesionales que han suscrito el presente acuerdo o que en el futuro quieran adherirse”. Ante esto, la realidad que se impone es terca. Si este Acuerdo no se firma y se incorpora a los Presupuestos Generales del Estado para 2018 (que son los que siguen vigentes, no lo olvidemos), el desequilibrio salarial todavía se mantendría. Comprueben los afectados una nómina correspondiente al mes de septiembre de 2018 y den por hecho de que eso es prácticamente lo que seguirían percibiendo a día de hoy si dependiera de los actuales responsables gubernamentales, salvo lo correspondiente al II Acuerdo Gobierno-Sindicatos para la mejora del empleo público y las condiciones de trabajo, de 09/03/2018.-


Pero no terminan aquí los dislates 'azonianos' porque de igual forma tuvo los santos cojones de asegurar que con el cambio normativo que intenta imponer “No vamos a aumentar el tiempo de trabajo y sí organizarlo mejor, aumentando la retribución”. ¿Se puede tener la cara más dura? O sea, que eliminar los descansos singularizados, los compensatorios por exceso de jornada y acortar los descansos semanales un mínimo de ocho horas no va a suponer incremento en la jornada laboral de los guardiaciviles. Pues ya me explicará este 'listo' de qué manera va a cuadrar el círculo de “a menor descanso igual tiempo de trabajo”. Sin olvidar que ese pretendido aumento de retribución al que alude va a salir de la Productividad que a día de hoy ya perciben los miembros del Instituto, derivada del repetido Acuerdo salarial. Vamos, que te lo quitan 'por la cara' y te lo devolverán previa realización de unas cuantas horas de servicio que actualmente no tienes por qué realizar dado que supondría un exceso de jornada que debería ser compensada con descansos adicionales o dinero que no están dispuestos a detraer de las nóminas de los afortunados burócratas.-


Pero quizás el comentario que más polémica suscitó fue el relativo a la intención de restar gran parte del complemento de productividad que a día de hoy perciben las guardiaciviles embarazadas, deban cuidar a un menor afectado por enfermedad grave o sean víctimas de violencia de género o terrorismo. Félix Azón intentó tranquilizar a las profesionales del Cuerpo aseverando que “estén seguras de que no se van a ver perjudicadas, me iría antes de esta casa”. Pues bien, la verdad es que con lo que pretenden aprobar sí que se verán perjudicadas económicamente, sin hablar de cuestiones relativas a la conciliación familiar, en la que todos los miembros del Cuerpo saldrán perdiendo. Yo creo que este tipo no sabe muy bien el terreno que pisa, que repite los eslóganes que le trasladan desde el equipo de comunicación de la Guardia Civil y luego se ve envuelto en estas situaciones embarazosas simplemente porque le importan un comino las cuestiones organizativas y la calidad de vida de sus subordinados que realizan servicio operativo. Si realmente fueran de su interés hablaría más con los representantes de los guardiaciviles y recelaría bastante de lo que le ponen delante para que estampe su firma. Pero eso no es así y lo demuestra a las claras cuando dice cosas como que él representa a 80.000 guardiaciviles, olvidando que su responsabilidad es la de representar al Cuerpo en general, dado que los verdaderos representantes de los componentes de la Benemérita son elegidos democráticamente y no puestos a dedo como es su caso. De igual forma manifiesta que los guardias civiles tienen vetado el derecho a la negociación colectiva ignorando un pequeño detalle, que es precisamente el relativo al Acuerdo salarial firmado en marzo de 2018. Al parecer en ese caso sí resultaba imperioso habilitar el derecho de negociación colectiva. Por tanto, si en aquel supuesto hubo oportunidad de negociar, alcanzar un acuerdo, plasmarlo por escrito, firmarlo y publicarlo en un boletín oficial, ¿por qué ahora no?


Asimismo intentó quitar hierro a la gravedad de las normas que intentan imponer por las bravas con la excusa de que “lo importante es dar servicio al ciudadano”. Argumentación que podría ser válida si se aplicara por igual a todas las cuestiones relativas al servicio que presta la Benemérita a los ciudadanos. Pero somos conscientes que ello no es así ni de broma. Cuando se plantea mejorar el servicio a base de reorganizar unidades; extraer el mayor rendimiento posible al personal que puede prestar servicio sacando a la calle a multitud de 'enchufados', comisionados, agregados y otras especies del mismo pelaje; cuando se plantea reducir en lo posible los mandos que solamente pisan la calle para 'impulsar' el servicio o, cuando menos, que combinen esa labor 'impulsora' con la realización efectiva y directa de un servicio al ciudadano... esa importancia decae hasta desaparecer. Ya estamos bastante hartos de que intenten presentar las claras insuficiencias que actualmente existen en la atención directa a los ciudadanos como si fueran responsabilidad de los profesionales prestan servicio a pie de calle y no de la deficiente organización interna que salvaguarda una forma caciquil de entender la estructura del Cuerpo, en donde casi un tercio del personal disfruta de unas condiciones sociolaborales y económicas tan buenas o, en determinados casos, mejores que las de los profesionales de otros cuerpos, mientras algo más de dos tercios se rompen los cuernos y se juegan el tipo en condiciones lamentables. Si en otras policías se puede y se ofrece un correcto servicio al ciudadano con unos parámetros laborales respetuosos con la normativa europea, ¿por qué en la Guardia Civil no se puede hacer? ¿Acaso es un pecado aspirar a ello? ¿O quizás los privilegiados temen perder esa sensación de privilegio tan confortable?


Lo que tengo claro es que con el tósigo Azón al frente de la Benemérita no será posible siquiera mantener lo poco bueno que hemos logrado hasta el momento. Por ello digo que el tósigo se ha apoderado del Cuerpo.-


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