Por Alberto Llana Publicado el 10 de marzo de 2019
Tres lustros han transcurrido desde los atentados del 11 de marzo. Su brutalidad e impacto social llevaron al Parlamento Europeo a declarar tal fecha como Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. 15 años ya y todavía afloran diversas teorías que intentan demostrar que en su planificación e, incluso, ejecución, hubo más responsables de los que fueron declarados culpables por sentencia firme. No hace mucho tiempo publicaron en una red social una noticia que redundaba en ese aspecto y tras pinchar el enlace resultó ser un artículo que tenía más de una década de antigüedad. Días atrás también hemos visto las insinuaciones de un tipo que otrora ostentó altos cargos en un cuerpo policial y que ahora está en prisión preventiva, en el sentido de que parte de los explosivos utilizados en esos atentados habían salido de depósitos de la Guardia Civil. Y yo me preguntó por qué lo hace público ahora y no lo investigó a fondo cuando por sus responsabilidades policiales bien podía -y debía- hacerlo o, cuando menos, haber puesto esa información en conocimiento de la Justicia para que actuara en consecuencia. ¿No será más bien que estar a la 'sombra' ilumina su imaginación?
Puestos a divagar, siempre habrá quien encuentre motivos para desconfiar de los hechos que quedaron demostrados en el fallo judicial o, también, para denunciar que determinados aspectos de la investigación no profundizaron lo suficiente sobre hipotéticas responsabilidades políticas o policiales. Y hasta es posible que tengan argumentos de peso para ello. Yo mismo he mantenido y mantengo, incluso cuando hube de prestar declaración en el famoso juicio por los atentados, que hubo graves fallos de coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad estatales, asimismo negligencia y prepotencia en determinados mandos policiales que, en mi opinión, no fueron debidamente castigados. Pero nunca he tenido motivos ni pruebas para afirmar que esos fallos y negligencias tuvieran como finalidad facilitar en modo alguno la perpetración de la la barbarie.-
Cuando se afrontan investigaciones tan complejas como el caso que nos ocupa (más de 100.000 folios conformaron el sumario) resulta muy posible que algunas incógnitas no se despejen del todo, o no de manera que agraden a todo el mundo. Una de las hipótesis que se barajaron durante años fue la posible vinculación entre ETA y los yihadistas, alimentada por las declaraciones efectuadas por uno de los culpables de venderles los explosivos a estos últimos. Una década después, en una entrevista a un medio de comunicación, reconoció que había mentido sobre ese aspecto y sobre otros en un intento de marear la perdiz. ¿Mentía la primera vez o mentía una década después? Lo que parece más adecuado al caso y teniendo en cuenta la personalidad del tipo en cuestión y su escasa capacidad intelectiva es que mezclara churras con merinas. Aprovechando su condición de confidente policial y dado que su 'controlador' había ideado un plan para atraer a etarras bajo el atractivo reclamo de poder adquirir gran cantidad de explosivos sin muchos problemas, este individuo disfrutó de demasiada libertad de movimientos, una libertad de la que se sirvió para entablar 'negocios' paralelos con los yihadistas y surtirles de Goma 2 ECO. Cuando hubo de responder de sus actos combinó todo ello en su despoblada cabeza y dio pábulo a los comentarios realizados principalmente por quien ejercía de presidente del gobierno en funciones el día de la masacre.-
Ahora, con la cercanía de un nuevo aniversario del 11-M, tenemos que soportar nuevas especulaciones lanzadas al aire por personas de escasa credibilidad bajo el pretexto de que no se conoce toda la verdad y resulta trascendental para la salud democrática de nuestro país averiguarla. Conjeturas huérfanas de pruebas que las apoyen pero que siempre encontrarán oídos ávidos de darles credibilidad por diferentes motivos. Así ha ocurrido en otros casos de renombre tales como el 23-F o el atentado de Hipercor, lo cual no debe resultarnos sorprendente si tenemos en cuenta que hay muchas personas a día de hoy que no dan crédito a que el hombre haya pisado la Luna o, incluso, mantienen que la tierra es plana...
