Escrito por LlanAUGC 01-12-2019
Por Alberto Llana
¿Se imaginan un año que tuviera trece meses de duración y en el cual hubiera dos meses de 28 días? Pues algo así viene a ser un año laboral para un Guardia Civil. Me explico. A raíz de la movida desatada con el borrador de real decreto por el cual se pretendía regular una nueva modalidad de jornada laboral, vacaciones, permisos e incentivos monetarios para los componentes de la Benemérita, afloraron una serie de circunstancias injustas que a día de hoy afectan a los miembros del Cuerpo respecto a sus homólogos de otras policías. Una de esas circunstancias es la relativa a la jornada laboral. Las pretensiones de la cúpula de la Guardia Civil, con su Director General Félix Azón a la cabeza, era la de suprimir una modalidad de descansos compensatorios que actualmente disfrutan los miembros del Instituto. El origen de ese tiempo de asueto se asienta en el reconocimiento a la especial penosidad que significa trabajar en horario nocturno o en días festivos, de tal forma que cada seis servicios prestados entre las 22:00 horas de un día y las 06:00 del siguiente, se compensa con un descanso 'adicional singularizado' (DAS), tal es el nombrecito que le han adjudicado al invento. Del mismo modo, cada tres servicios desarrollados en cualquier horario de una jornada dominical o festiva, así como en la tarde del sábado, es compensado con otro DAS. No obstante, por muchos DAS que se tengan reconocidos, existe un límite a la hora de disfrutarlos, tasado en dos al mes, ni uno más. Pues bien, la intención de Félix Azón y el generalato era la de suprimir este tipo de descansos singularizados, por lo que nos podríamos encontrar con la circunstancia de que los guardias civiles trabajasen, como poco, unos 20 días más al año. A ocho horas de servicio cada día, unas 160 horas adicionales, de media.-
Como es lógico, estas intenciones ocasionaron gran malestar entre los afectados ya que costó mucho tiempo y esfuerzo lograr ese reconocimiento a la ardua tarea de trabajar en cualquier turno de cualquier día de la semana, agravado por la coyuntura de no tener regulada una cadencia fija de turnicidad, con lo que las variables en la prestación del servicio llegan a ser demenciales y altamente perjudiciales para la salud del más rocoso. Y salió a colación una evidencia palmaria y es que, aún con esos tímidos avances que intentan recortar, la jornada anual de trabajo de un Guardia Civil es superior a la de un compañero de la Policía Nacional en unas 150 horas de media. En un intento de ser más claro en mi exposición, en especial para los profanos en la materia, debo retrotraerme al siglo pasado. En 1998 se comenzó a aplicar en la Benemérita la jornada de 37'5 horas semanales, una década después que en el Cuerpo Nacional de Policía, que así se llamaba por aquel entonces. Una muestra más del limbo en el que viven los componentes de la Guardia Civil respecto de otros compañeros que realizan las mismas funciones. La norma interna que reguló esa situación establecía que los cálculos de jornada laboral se realizarían por meses, a razón de 150 horas los de 28 días, 155 los de 29, 161 los de 30 y 166 los de 31. Por lo que bien se puede concluir que si l@s guardiaciviles, a día de hoy, trabajan unas 150 horas anuales más que l@s policías, es como si su anualidad laboral tuviera trece meses, dos de ellos de 28 días, de ahí el titular de este comentario.-
Pero no termina aquí el despropósito ya que de salir adelante las pretensiones del señor Azón y la cúpula del Cuerpo, anulando los antedichos descansos adicionales singularizados, habría que añadir otras 160 horas anuales de media a esa ya de por sí sobredimensionada jornada laboral, prácticamente un mes de treinta días a mayores, por lo que cabría cambiar de titular por otro del estilo “doce meses, más dos extraordinarios”, estableciendo un paralelismo entre los meses de trabajo y las nóminas que se perciben (doce y dos pagas extraordinarias), aunque estas últimas, en la Benemérita al menos, no son pagas completas sino recortadas dado que en esos menesteres bien que se las apañan para no duplicar todos los conceptos monetarios fijos que se cobran.-
No obstante parece ser que esos ánimos de incrementar la jornada laboral del personal de la Guardia Civil se han enfriado bastante tras la contundente respuesta de la mayoría de organizaciones de guardiaciviles (con representación en el Consejo del Cuerpo o no), y el ministerio del Interior en funciones nos ha transmitido su voluntad de dejar las cosas como están. Empero esa es la postura de los actuales responsables políticos, la cual tiene la credibilidad que cada cual quiera otorgarle y, de otra parte, tampoco está garantizado que otros responsables políticos distintos que puedan llegar en el futuro mantengan la misma línea ya que el generalato tiene meridiano cuál es el camino a seguir y no va a cejar en el empeño tan fácilmente. Si han de esperar a que se produzcan cambios ministeriales, se armarán de paciencia y en cuanto los vientos se tornen favorables, volverán a la carga con renovado brío, eso lo tengo claro. Tan claro como el hecho de que, pese al alivio derivado de la paralización de las normas que intentaban imponer, la cruda realidad es que los años laborales de l@s guardias civiles siguen siendo, en comparación a otros cuerpos policiales, de trece meses, con dos febreros.-
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