Por Alberto Llana Publicado el 03 de julio de 2016
La reunión del Consejo de la Guardia Civil del pasado día 29 de junio de 2016 sigue dando coletazos. No puede ser de otro modo cuando la Dirección General del Cuerpo, en alianza estratégica con el resto de organizaciones representativas, forjada hace un año en aquel famoso almuerzo donde Arsenio los alimentó y ellos se lo comieron todo, dedican más tiempo en señalar la postura de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), levantándose de la mesa, que en detallar los últimos retrasos respaldados por la entente señalada. Así, se puede fácilmente comprobar como la primera nota oficial publicada en la intranet corporativa de la Benemérita acerca de la reunión del Pleno del Consejo informaba únicamente sobre la postura de los representantes de la AUGC al ausentarse del mismo. Si la misma importancia que le dan a nuestro plante, se la dieran a nuestras propuestas, otro gallo cantaría. ¿Recuerda alguno de los lectores una nota similar cuando en junio de 2015 abandonaron el Pleno casi todas las organizaciones representativas? La hemeroteca confirma lo siguiente: en el apunte de prensa oficial emitido tras la reunión del día 25/06/2015, se dice textualmente:
“Los vocales de las asociaciones profesionales que se han ausentado del Pleno del Consejo han decidido abandonarlo al no haberse retirado del orden del día este asunto…”.-
Claro que ello sucedió días antes del almuerzo señalado más arriba e informar con mayor detalle de lo acontecido suponía un revés para el Arsenio y sus adláteres. Sin embargo, en esta ocasión, la reseña es más amplia por el hecho de tratarse de AUGC. A mayores, en esa primera nota oficial, transmitida al objeto de informar a los componentes del Cuerpo, se refiere en exclusiva a lo ocurrido con los representantes de la AUGC, haciendo hincapié en que nuevamente se ausentaban de la reunión, como si ello fuera un deshonor.-
No creo que constituya un desdoro evitar que tu presencia se pueda utilizar por la Administración como aval para llevar adelante normativas e iniciativas que perjudican claramente al conjunto de profesionales de la Guardia Civil o, cuando menos, a su inmensa mayoría. Ni dejar claro al encargado de turno que no está en un patio cuartelero frente a un grupo de subordinados en posición de firmes, al estilo de aquellos generales de antaño que, cuando el movimiento sindical clandestino estaba en pleno auge, reunían a los guardias y les trasladaban aquello de que no hacían falta sindicatos en el Cuerpo, que el mejor sindicato eran ellos. Los representantes legítimos de los miembros de la Benemérita, elegidos democráticamente, tienen el derecho a ser oídos por quien está puesto a dedo por la Administración, y si lo que le transmiten no es de su agrado, que se aplique su propio cuento, aquel de que ya sabía a dónde venía.-
Y respecto a su afirmación acerca de que lo dicho por nuestro Secretario General constituía una soflama política, recordarle cierta reunión del Pleno del Consejo celebrada justo después de lo ocurrido en Ceuta, con el trágico fallecimiento de varias personas que intentaban entrar en nuestro país y que supuso, además, un escándalo político en el que se vio inmerso -otra vez- el ministro del Interior, al afirmar que no se había utilizado material antidisturbios en aquel suceso. En tal ocasión, varias organizaciones representativas realizaron un discurso en el que se felicitaba al ministro y al Director General por la férrea defensa de la actuación de los compañeros aquel día, señalando que otros gobiernos de signo político diferente no habían hecho nunca nada parecido. Hubo de intervenir un general de los presentes para dejar claro que las cuestiones políticas no eran aceptables en una reunión del Pleno porque el politicucho que presidía el mismo estaba tan encantado con lo que escuchaba que se le había pasado por alto ese pequeño detalle. El Acta de la reunión se olvidó convenientemente de recoger las expresiones vertidas por aquellos representantes, no obstante sí figura la intervención del general, la cual resulta de lo más ilustrativa.-
Teniendo en cuenta que la palabra “soflama” tiene diferentes significados según la RAE, y dos de ellos son: “Expresión artificiosa con que alguien intenta engañar”, o bien “Bochorno o ardor que suele subir al rostro por enojo”, cabe concluir que la primera de las acepciones puede constituir etiqueta definitoria de la actitud del responsable político de la Guardia Civil y de sus palmeros y, el segundo concepto mencionado, ser de aplicación a los representantes de la AUGC como consecuencia del actuar de los anteriores.-
Por tanto y teniendo en cuenta lo expuesto, no creo que importe que un ‘soflamador’ nos tilde de ‘soflamadores’, valgan los palabros.-
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