Por Alberto Llana
He visto una noticia que informa acerca de una propuesta presentada por determinado partido político respecto a la deseada y todavía no alcanzada equiparación salarial de los agentes de la Guardia Civil con sus homólogos de los Mozos de Escuadra. O al menos no alcanzada para la mayoría de los componentes del Cuerpo porque como ya he afirmado en otras ocasiones existe un buen puñado que ya estaban equiparados monetariamente antes de firmar el Acuerdo de marzo de 2018. Comprendo y defiendo que un proceso equilibrador se haga al alza, es decir que todos los funcionarios que tengan un mismo empleo -o equivalente- y realicen las mismas funciones, perciban lo que cobra el mejor remunerado de ellos, pero lo de engordar las nóminas de aquellos que ya ingresan más que sus análogos de otros cuerpos es una injusticia desde el punto de vista equiparador, máxime si hay una cantidad tasada para intentar lograr el objetivo.-
El caso es que esa formación política parece haberse dado cuenta de que ha estado malgastando esfuerzos apostando por una opción engañosa. Si esa fuera la explicación, cuesta comprender la tardanza en vislumbrar la realidad porque resultaba manifiesto que con esos postulados no iban a llegar muy lejos y el tiempo se ha encargado de poner a cada cual en su lugar. Unos con las manos vacías y las gargantas rebosantes de desprecios y otros que se centraron en rubricar el mejor acuerdo salarial de la historia de la Benemérita y de la Policía Nacional. Lo de la Guardia Civil tampoco era difícil de lograr, las cosas como son, ya que nunca antes se había firmado convenio alguno con los representantes de los agentes. Al margen de eso, lo que importa es que el tratado era y sigue siendo la solución a la ansiada equiparación salarial, pero para ello hay que cumplirlo en toda su extensión y no a medias como ha acaecido, por más que el Presidente del Gobierno lo de por zanjado. Esa es la dirección en la que hay que empujar y, aunque tarde, bienvenida sea la nueva perspectiva sobre el asunto de esa organización política.-
La propuesta no de ley presentada por esas siglas el penúltimo día del pasado año pivota sobre los siguientes ejes: la ejecución de las clausulas Primera y Octava del Acuerdo de Equiparación Salarial firmado en marzo de 2018, es decir, elaborar un informe que analice “las cifras de equiparación puesto a puesto” fijando “las correcciones que sean necesarias, que serán incorporadas una vez finalizado el trabajo de la Consultora” (clausula Primera), e impulsar “las medidas legislativas que sean necesarias para garantizar que en el futuro no se pueda producir una disfunción salarial entre las policías que realicen las mismas funciones” (clausula Octava), curiosamente parte de las demandas de las organizaciones firmantes desde que comenzara el errático cumplimiento de lo pactado.-
De igual forma apuestan por la elaboración de una Orden General, en el ámbito de la Guardia Civil, que actualice la regulación de incentivos al rendimiento del personal del Cuerpo, sin que afecte al complemento de productividad por equiparación salarial, casualmente lo que lleva reivindicando la asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) hace bastante tiempo.-
Asimismo, se decantan por aprobar una Ley que regule de manera efectiva la jornada laboral, retribuciones, vacaciones, permisos y licencias para la Guardia Civil. Petición que va en la línea de lo que llevamos años diciendo, en el sentido de que no parece adecuado el rango normativo actual de la jornada laboral, vacaciones, permisos y licencias, por medio de simples órdenes generales. Lo de regular las retribuciones en una ley resulta más discutible y, en cualquier caso, dependería de lo visto antes en la clausula Octava del Acuerdo, o sea, de qué rango legal adopten las deseables medidas legislativas que nos protejan de disfunciones salariales entre cuerpos policiales que realicen las mismas funciones.-
También prevén la constitución de una comisión permanente de política retributiva del Cuerpo de la Guardia Civil, cuestión que fácilmente se puede resolver en el ámbito del Consejo del Cuerpo, en consonancia con lo previsto en el artículo 52 de la Ley Orgánica 11/2007: “...se crea el Consejo de la Guardia Civil como órgano colegiado (...), con el fin de mejorar las condiciones profesionales de su integrantes, así como el funcionamiento del Instituto”.-
Como he señalado antes, esta proposición presentada en la Cámara Baja marca un claro distanciamiento sobre apuestas populistas y engañosas que durante años mantuvieron como bandera, ignoro si por desconocimiento de la materia o porque ese populismo era de su agrado, tal es la propia naturaleza del propio partido político. Resulta de agradecer cualquier postura que defienda el equilibrio salarial entre funcionarios de policía que realizan las mismas funciones pero si ese apoyo se plantea desde posiciones realistas y, sobre todo, legales y constitucionales, mejor que mejor.-
Unos párrafos más arriba afeaba el comportamiento de esa formación política por haber estado perdiendo el tiempo secundando proyectos irrespetuosos con nuestra Carta Magna. Y no lo digo por el amparo desplegado hasta el momento en que la iniciativa legislativa popular fue rechazada por la Mesa del Congreso dado que fue respaldada por el grueso de grupos políticos con representación parlamentaria. Lo que no alcanzo a comprender son las razones por las cuales, tras el rechazo señalado, copiaron el mismo texto y lo presentaron como iniciativa propia. ¿Acaso pensaban que de esa manera iba a correr mejor suerte? Como se pudo comprobar pocos meses después, su maniobra se demostró estéril, salvo que su pretensión fuera seguir agradando a una parte del colectivo policial que se entusiasma con sus dogmas.-
Lo significativo es que la propuesta no de ley presentada hace unos días orbita claramente sobre el cumplimiento íntegro del Acuerdo de Equiparación rubricado en 2018 y con ello dejan huérfanos de discurso a aquellos que han estado intentando torpedear su ejecución, como si la voluntad gubernamental no fuese ya bastante en ese sentido. Esperemos que esos 'torpedos' (léase con voz de Chiquito de la Calzada) escojan cambiar de rumbo y se unan a las voces que exigen la total aplicación del pacto. Ya veremos.-
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