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Foto del escritorLlanAUGC

RELATO DE NAVIDAD

Actualizado: 27 dic 2020

(Publicado en las Navidades de 2016)


Había una vez un Guardabosques llamado Pepito Grillo. Trabajaba en el Cuerpo de Guardabosques más valorado de todo el Reino pero, curiosamente, el peor pagado de todos los Cuerpos de Guardabosques que había. Se cree que ello era debido a que estaban sujetos a un régimen interno muy duro y restrictivo que no les permitía prosperar laboralmente y a un sistema de castas impuesto en tiempos inmemoriales mediante el cual, los de arriba gozaban de grandes privilegios a costa del sacrificio de los de abajo, lo que daba lugar a todo tipo de caprichos y arbitrariedades.-


Pepito Grillo vivía feliz con su familia en el Condado Feudal de Astramadura y estaba afiliado a un grupo conocido como 'Los Comuneros', incluso llegó a ser representante del gremio. Este grupo se dedicaba a intentar mejorar las condiciones laborales del Cuerpo de Guardabosques al que pertenecía. Ello molestaba mucho a sus jefes porque no les gustaba la idea de que ver en peligro los abusivos privilegios de los cuales gozaban. Pepito Grillo se esforzaba mucho en la labor de representar a sus compañeros y esto no pasó inadvertido para el jefe de Guardabosques del Condado de Astramadura, conocido como 'Comandante Pinocho'.-


El Comandante Pinocho no era mal jefe, pero estaba influenciado por la corriente contraria a Los Comuneros, férreamente asentada en la superioridad del Cuerpo, así que se dedicó a castigar a Pepito Grillo, quitándole dinero de su escasa nómina, por medio de denunciar sin mucho fundamento a Pepito ante sus superiores, incluso a sabiendas que los casos se ganarían posteriormente ante los tribunales de la Corte Real. En total llegó a quitarle 1.000 reales a través de sanciones disciplinarias.-


Pero el Comandante Pinocho, no estaba satisfecho con el dinero detraído a Pepito Grillo, quería hacerle más daño, porque Pepito le había denunciado ante los tribunales y ante su jefes en repetidas ocasiones. Y esto merecía un castigo mayor, a su juicio. Así que se inventó una historia falsa contra Pepito. Le acusó de mentir en una de esas denuncias y se inició contra Grillo un proceso por el cual se pretendía desterrarle del Condado.-


La esposa de nuestro protagonista estaba muy triste y disgustada, lloraba y no podía dormir bien por las noches. Le gustaba vivir allí, sus hijos estudiaban allí y tenía buenas amigas en el lugar. Pepito también estaba muy triste por todo lo que estaba ocurriendo y por ver a su esposa así. Venía la Navidad y lo que tenían que ser fechas de celebración se habían convertido en zozobra y desesperación.-


El General Gepeto, superior de Pinocho, ordenó a otro Comandante, de apellido Malvado, reunir las pruebas para condenar a Pepito Grillo al ostracismo. Pero había un problema, Pepito siempre llevaba en el bolsillo un pequeño grillo que tenía muy buena memoria y recordaba todo lo que realmente había ocurrido en la historia tergiversada por Pinocho. Se propuso al Comandante Malvado que se tuviera en cuenta escuchar al grillo, que podía repetir lo escuchado una y otra vez, las veces que se quisiera, como si fuera un loro. Pero el Comandante Malvado no quiso escuchar al grillo, él solo quería reunir las pruebas que perjudicaran a Pepito, no deseaba escucharle ni a él ni a su grillo-loro y no quería que ni siquiera tuviera derecho de defensa.-


Pero había una cosa con la que los jefes Gepeto, Malvado y Pinocho, no contaban, y era con la fuerza y unidad de Los Comuneros. Este grupo inició una campaña de apoyo a Pepito Grillo, preocupándose de darle defensa en el falso proceso, trasladando a la opinión pública y a los políticos de las Cámaras Comunes la injusticia que se trataba de cometer, en la esperanza de que tomaran cartas en el asunto...

CAPÍTULO II: Final ¿feliz?.-


Desgraciadamente la clase política de los Comunes del Reino estaba en horas bajas y por todos era conocida su corrupción y su indiferencia por los problemas de los súbditos del Reino, menos aun por los del Cuerpo de Guardabosques, de los que solamente esperaban que cumplieran perfectamente su deber sin fallo ni tacha alguna y sin escuchar ninguna queja acerca de su abandono institucional. Y, como cabía esperar, no hicieron nada al respecto, volviendo la vista hacia otro lado y dejando a Pepito Grillo a su suerte contra la injusticia de sus jefes, a sabiendas de que se trataba de un combate tan desigual como el de David contra Goliat, pero sin honda.-


Finalmente, Malvado reunió las pruebas para que la condena pareciera legal y las presentó ante Gepeto, quien condenó sin miramientos a Pepito. Le quitaron complementos en su nómina hasta adelgazarla a unos míseros 1.000 reales. Y por si fuera poco el escarmiento, le echaron de la cabaña del Puesto de Guardabosques, obligándole a vivir de alquiler.-


El caso fue llevado ante el Tribunal Central de los Guardabosques, que presidía el Coronel Obstinado. Este Tribunal se caracterizaba por dar siempre la razón a los jefes de los Guardabosques frente sus subordinados, sin importar en demasía los argumentos jurídicos enfrentados, en el ánimo de dejar patente que cualquier atisbo de poner en duda las decisiones superiores estaba condenado al fracaso, así que mejor y más barato no intentarlo siquiera. Obstinado repetía una y otra vez los mismos errores en sus sentencias, que tenían que ser corregidas ulteriormente por el Tribunal Máximo, siempre y cuando se tuviera la paciencia y los medios para acudir al mismo, pero ese 'pequeño' detalle no parecía importarle lo más mínimo, tan engreído estaba de ser el guardián de las tradiciones de los Guardabosques, defendiendo a capa y espada todo lo rancio que representaba la Cúpula del Cuerpo, normalmente de espaldas al hecho de que el Reino se autodefinía como un Estado de Derecho. Como era de esperar, Obstinado rechazó el recurso de Pepito Grillo contra la condena, ratificando la resolución de Gepeto. Obstinado pensaba que así, con sus sentencias corporativistas, le estaba haciendo un favor al Cuerpo de Guardabosques, ignorando que el efecto de las mismas era precisamente el contrario.-


Y así, el asunto fue elevado ante la Pentasala del Tribunal Máximo, que era la designada para estudiar los casos atinentes al Cuerpo de Guardabosques, el resto de Cuerpos se regían por la justicia común. Sospechosamente, la Pentasala estaba últimamente sobrecargada de recursos impuestos por representantes de Los Comuneros y todo apuntaba a que había una ofensiva feroz desde la Cúpula del Cuerpo contra éstos. Pero, a diferencia de otros tribunales de menor rango, el Máximo no estaba formado por jefes de los Guardabosques en su totalidad, por lo que tras un somero vistazo al caso, su sentencia reconoció que Pepito Grillo había sido condenado injustamente, que las pruebas aportadas en el procedimiento no tenían ningún valor incriminatorio, y que quien realmente había mentido era Pinocho. Tuvieron que readmitir a Grillo en su Puesto y devolverle todos los reales detraídos de su nómina.-


Aunque el daño ya se había hecho, al final la Justicia, con 'j' mayúscula, se impuso frente a la sinrazón. Cuando la resolución llegó a oídos de la Cúpula de Jefes de Guardabosques, no movieron un solo dedo contra Obstinado, Gepeto, Malvado y Pinocho, pese a lo elocuente del Fallo judicial. Estaban demasiado preocupados con lo sucedido, tan contrariados y confundidos que no acertaban a comprender por qué un asunto llevado a la forma tradicional había culminado de manera tan adversa a su intereses y empezaban a comprender con pavor que sus privilegios y sus caprichos habían comenzado a rodar cuesta abajo. Se habían negado durante tanto tiempo a que la democracia y el Estado de Derecho entrara en los Puestos de los Guardabosques que daban por sentado que ese día no llegaría nunca, tan atado y bien atado pensaban tenerlo todo. Pero el caso de Pepito Grillo, pese a no tener consecuencias directas para los actores que tan torticeramente habían actuado en contra de nuestro protagonista, las indirectas que se derivaban del pronunciamiento judicial suponían un claro debilitamiento de las rancias posturas oficiales y un soplo de aire fresco para casi todos los Guardabosques, lo que no deja de tener su gracia ya que, en teoría, estos profesionales no deberían tener déficit alguno de aire fresco, ¿no creen?.-


Fin de la historia.-

PD: Como dijo Franklin Delano Roosevelt:

“De lo único que debemos tener miedo es del propio miedo”.-

“En la vida hay algo peor que el fracaso: no haber intentado nada”.-


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