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QUÉ PENA

Por Alberto Llana Publicado el 24 de julio de 2016




En los últimos días, el universo benemérito se ha visto sacudido por el aborrecible caso del Suboficial procesado por un presunto caso de acoso sexual. Los detalles que se conocen hasta el momento resultan muy ilustrativos de lo que puede llegar a suceder cuando se junta la ausencia de cualquier tipo de valor humano y la opacidad, amparo, incluso benevolencia, que proporciona un sistema militar empeñado en tapar cualquier atisbo de mal funcionamiento en el Cuerpo, como si la expresión "ojos que no ven, corazón que no siente" debiera ser la sustituta de "el honor ha de ser la principal divisa del Guardia Civil" del artículo primero de la Cartilla del Instituto.-


Si a lo anterior le añadimos la tardanza de la Dirección General, encabezada por Arsenio Fernández de Mesa, en tomar cartas en el asunto y cesar al encausado, tenemos un cóctel que afecta gravemente -más aún- a la devaluada imagen del susodicho que, a mi entender, se sostiene por el delgado 'hilillo' de su amistad con el presidente en funciones. Lo del 'hilillo' es una clara alusión a los hilillos de plastilina del Prestige ¿recuerdan? Ese retardo en adoptar medidas al respecto se hizo patente cuando, poco después de la rueda de prensa ofrecida por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) informando de la situación, les entraron las prisas como por ensalmo y decidieron apartar de su puesto al enjuiciado. La excusa ofrecida por la Dirección General Benemérita alude a que no tuvieron conocimiento del Auto de procesamiento del Tribunal Militar hasta ese mismo día, cuando lo cierto es que fue emitido el día 24 de junio. Cada cual extraerá sus conclusiones, la mía es que tienen menos vergüenza que un político corrupto. Y llego a esa conclusión por lo siguiente. Dos días antes de estos hechos terminé un comentario sobre una sentencia que ha emitido recientemente el Tribunal Supremo y que publicaré en breve. Dicho Fallo fue emitido en fecha 27 de junio y, mira por donde, llegó a mis manos con tiempo suficiente como para estudiarlo y realizar un artículo al respecto... y me sobraron días. Los pretextos del Arsenio y sus acólitos son más falsos que una moneda de tres euros, en mi opinión.-


Pero si alguien piensa que el esperpento no podía alcanzar mayores cotas, se equivoca, porque el equipo liderado por el 'chapapotes' tiene en tales menesteres más habilidad que un equilibrista del Cirque du Soleil. Justo después de quedarse con el culo al aire intentan tomarse cumplida venganza con la AUGC, publicando una nota de prensa oficial respecto a otra sentencia del Tribunal Supremo que rechaza el recurso de casación interpuesto por nuestra asociación al objeto de lograr la inscripción registral del Sindicato Unificado de Guardias Civiles (SUGC). Supongo que, al igual que lo anteriormente señalado, el argumento del 'Cuco' Arsenio será que no recibieron hasta ese día el Fallo en cuestión y por ello no pudieron publicarlo antes. Y mira por donde, la fecha del mismo es de 22 de junio. Desde ahora ofrezco mis servicios a la Dirección General de la Guardia Civil para hacerles llegar las sentencias que les afecten con mayor prontitud que el sistema que tienen establecido en estos momentos, ya que está claro que no funciona adecuadamente.-


Tengo la seguridad que unos cuantos gerifaltes creyeron que hacer pública la sentencia sobre el SUGC era la respuesta adecuada a los inconvenientes creados por la rueda de prensa de la AUGC y su repercusión mediática, máxime cuando el 'cadenero' de Mesa se perfila como sucesor de Pedro Morenés. Pero como ya dije antes, la habilidad de estos tipos se merece un capitulo entero en el Libro Guinness. Por que la realidad es que su pataleta ha conllevado un reconocimiento público y notorio acerca de cual es la organización que sigue marcando las pautas del movimiento asociativo en el Cuerpo. Y llevamos así desde 1994. En lo referente al Fallo propiamente dicho, no aporta nada nuevo a lo esperado. No es la primera vez que nos enfrentamos a este tipo de situaciones y sabemos bien que el resultado final no depende de interpretaciones cuestionables de las salas de justicia españolas. Sin ir más lejos, recordar la sentencia del Tribunal de Estrasburgo en el caso 'Dacosta Silva contra España', de fecha 2 de noviembre de 2006 y que estableció la ilegalidad de las sanciones privativas de libertad dictadas por autoridades administrativas sin la intervención de un juez y que supuso, en la práctica, la supresión de los arrestos en el Régimen Disciplinario de la Guardia Civil. Aquella demanda, defendida por la AUGC, tuvo un recorrido de ocho años hasta que la justicia puso en su sitio a los tribunales patrios, que negaron la mayor hasta el final. Ya lo dijimos cuando presentamos los Estatutos del SUGC, sabemos el camino y tenemos la decisión de llegar hasta el final. Seguiremos comentando este caso en el futuro. En cuanto al Arsenio, sus adláteres y sus pírricas venganzas... Qué pena, ¡Qué gran pena!



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