Por Alberto Llana Publicado el 12 de junio de 2016
Parece ser que ciertas organizaciones representativas de guardiaciviles comienzan a recuperarse de la pesada digestión que les ocasionó su almuerzo con el Director General del Cuerpo hace casi un año. Cabe recordar que aquella pitanza debió ser tan fantástica que han estado aplaudiendo a su anfitrión desde entonces. Hablo, como no, de los palmeros de las asociaciones que se libraron de ser expedientadas por Arsenio Fernández de Mesa, cuando tuvo la genial ocurrencia de arremeter contra todos los Vocales de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) con un ariete en forma de falta grave disciplinaria. Y esa milagrosa recuperación que mencioné antes la han demostrado presentando un programa de cara a la modernización del Cuerpo. Y no, no están leyendo mal, hablan de modernidad aquellos que durante años han defendido el statu quo tradicional de la Benemérita y acusaban a quienes usábamos ese término de querer destrozar más de siglo y medio de historia.-
Para ese ineludible remozado consideran necesario abordar unas cuantas cuestiones. Así, se refieren, por ejemplo, a las funciones que desarrollan las asociaciones profesionales, indicando que se han quedado un tanto obsoletas y solicitando una ampliación en sus cometidos legalmente definidos. Es decir que, de soslayo y sin que parezca demasiado descarado, están abogando por los sindicatos en el Cuerpo. Si no, que me expliquen qué finalidad tiene peticionar la modificación del artículo 44 de la Ley de Derechos y Deberes, propiciando la negociación colectiva en el ámbito de actuación de las asociaciones profesionales, excluyendo el derecho de huelga u otras acciones similares. Les recuerdo que pueden presentar para su inscripción una organización sindical, como ha hecho AUGC. Quizás por ser quienes son, la admitan y nos ahorren el viaje a Estrasburgo.-
En el apartado referido al régimen disciplinario se decantan por la no aplicación del Código Penal Militar a los guardiaciviles cuando realicen funciones policiales o estén fuera de servicio y dotar de mayores garantías procedimentales a los expedientes disciplinarios. Y en lo atinente al estatuto profesional, afean la postura de la Administración al parir una nueva ley de personal a espaldas de las organizaciones profesionales, recordando las grandes diferencias que existen entre normas del mismo rango que afectan a Cuerpos policiales dependientes del gobierno central.-
La más que necesaria reorganización de unidades, adaptando el desfasado despliegue territorial de la Benemérita y el establecimiento de turnos fijos de trabajo, encuentran acomodo en su propuesta al objeto de lograr una mayor eficacia, compatible con la conciliación de la vida familiar y laboral. Cabe mencionar también la solicitud de actualización de la ley de fuerzas y cuerpos de seguridad, la equiparación salarial, una adecuada protección de los representantes asociativos ante acciones disciplinarias que solamente buscan mediatizar su labor o una revisión de las nimias subvenciones destinadas a las asociaciones representativas, en comparación con otras organizaciones de su misma índole. Todo ello conforma el panorama general que reivindican las asociaciones promotoras del panfleto, con algunos añadidos de cosecha propia.-
Y menciono lo de cosecha propia porque quien sepa algo del movimiento asociativo en la Guardia Civil, a buen seguro habrá tenido dos sensaciones a lo largo de la lectura del somero resumen que he realizado. La primera y más obvia, que lo transcrito es un burdo corta/pega de las reivindicaciones que algunos llevamos muchos años defendiendo y que ahora, por arte de birlibirloque, parecen haberles entrado en la mollera a quienes, no hace demasiado, las utilizaban como sostén de sus dedos acusadores, los cuales apuntaban en nuestra dirección mientras mascullaban entre dientes que queríamos cargarnos la Institución. La segunda sensación, estoy convencido, es la de confusión. Un desconcierto provocado por la suma de los diferentes factores que contiene la propuesta, ya que de llevarse a cabo totalmente la misma (acepten la utopía por un momento), el desenlace lógico será el contrario del que dicen, o decían, defender. Ignoro qué opinarán sus asociados, pero yo estoy encantado del plagio y del resultado de la utopía. Quienes apoyen estas tesis que se vayan planteando mudarse a la asociación que lleva más de dos décadas defendiendo las mismas y no por cuestiones coyunturales o electorales. A los que no, hay otras opciones tradicionalistas que trabajan justamente por lo contrario y que son tan respetables como las que no jugamos a ser veletas cuya dirección dependa de la fuerza del viento de intereses transitorios.-
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