Por Alberto Llana (PUBLICADO EL 16/03/2016)
Que la Guardia Civil tiene un serio problema con la ley de protección de datos es algo ya conocido por los integrantes del Cuerpo. Desde su entrada en vigor, allá por principios del 2000, muchos responsables de la benemérita pensaron que el texto legal no concernía a los datos de sus subordinados y que podían hacer y deshacer a su antojo, como en muchas otras materias, gracias a esa naturaleza militar mal entendida de la que suelen hacer gala. En este aspecto, siempre recuerdo mi primer destino en un Cuartel, donde el Oficial responsable del mismo realizaba inspecciones a las viviendas de los guardias por sorpresa. Llamaba a la puerta y le decía a quien quiera que la abriese que venía a pasar revista del Pabellón, permitiéndose la licencia de dar consejos sobre la mejor manera de llevar una casa. Quizás lo hacía porque en su propio hogar no le dejaban, vete a saber…
El caso es que ya son muchos los casos en los que la Guardia Civil resulta apercibida o sancionada por la Agencia Española de Protección de Datos (APD) al vulnerar la normativa de referencia. No hace mucho se publicaba en los medios el caso de un compañero al que le publicaron una sanción disciplinaria en el tablón de anuncios de un Ayuntamiento para general escarnio. La Dirección general resultó sancionada por falta grave y, al margen de la multa que conlleva, deben indemnizar al compañero con 6.000€ por daños morales. Todas estas multas e indemnizaciones salen del presupuesto del Cuerpo, o sea, del bolsillo de todos los españoles y, que se sepa, nunca han pedido responsabilidades a los autores materiales de los atropellos. Ni disciplinaria ni económicamente, con lo que no resulta extraño que vuelvan a las andadas una y otra vez.-
La última acción que he conocido concierne a un Jefe de Comandancia que decidió dar publicidad a las limitaciones psicofísicas que padecían ciertos componentes de su Unidad con total menosprecio a la confidencialidad debida cuando se trata de cuestiones de salud. Y es que no aprenden porque una de las primeras sanciones impuestas al Cuerpo que recuerdo, poco después de publicarse la norma de referencia, fue, precisamente, por lo mismo. Es más, no hace mucho tiempo la APD impuso otra sanción por similares motivos. Y llega un momento en que uno se pregunta si desde la Dirección General benemérita no se imparten normas tajantes al respecto o es que los responsables de Unidad tienen tan asumido que son los dueños de su cortijo que se las pasan por el forro, sabedores que no van a afrontar consecuencia alguna por su desmanes. De hecho, el responsable de la última infracción ha sido ascendido y destinado a la jefatura de una academia de formación del Cuerpo. ¿Será que este tipo de acciones tienen premio?.-
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