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PROMESAS VANAS

Actualizado: 7 nov 2023

Por Alberto Llana Publicado el 07 de noviembre de 2018



Imagino que a estas alturas los miembros de la Guardia Civil no solamente habrán visto sus nóminas de octubre, además el dinero reflejado en ellas estará convenientemente ingresado en la cuenta bancaria porque ya se sabe que no existe mejor certidumbre que poder hacer uso del mismo. Por tanto es posible realizar una comparativa entre una nómina del mismo mes del pasado año y la del presente y extraer conclusiones al respecto. A algunas personas les gustará más y a otras menos, pero todas ellas deben tener presente una certeza: si fuera por el deseo de unos pocos, esa nómina no tendría incremento alguno ni atrasos desde comienzos de año. Y me reafirmo en esa certidumbre dados los acontecimientos ocurridos desde la firma del famoso Acuerdo entre ministerio del Interior y organizaciones representativas de guardiaciviles y policías nacionales. Ya he comentado este particular con anterioridad pero al parecer todavía hay bastantes que piensan que, de no haberse rubricado, se hubiera podido lograr un mejor acuerdo. En realidad ignoro a qué se refieren porque los escépticos no ofrecen una alternativa plausible más allá de la matraca de que desean una equiparación salarial ya mismo.-


Entre los argumentos que esgrimen para mostrar su malestar por lo acordado destaca la postura de determinado partido político sobre no apoyar los presupuestos generales de este año si no aparecían 500 millones de euros en la partida destinada a gastos de personal. Teoría digna de analizar, no como otras que son directamente descabelladas y solamente buscan confundir con la mentira a modo de ariete. Imaginemos que la oferta aceptada hubiera sido rechazada. Como es sabido, a finales del mes de marzo el gobierno que había entonces debía cerrar el texto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018 a fin de emprender el camino necesario que los condujeran a su tramitación parlamentaria.-


Si esa partida millonaria no hubiese estado incluida en el texto, la única forma de poder acceder a ella sería por medio de real decreto, norma que no se hubiera publicado antes de tener aprobados los propios PGE. Y aquí surge la primera duda. De no refrendar un acuerdo con los representantes policiales, el anterior gobierno, necesitado del apoyo político del partido que exigía una cifra concreta, podría haber optado por dos caminos: incluir la millonada en las partidas destinadas a retribuir a guardiaciviles y policías nacionales o, en todo caso, pactar con el partido opositor consignar esa cantidad tras la aprobación de los PGE, vía real decreto. Sinceramente, la segunda opción no la considero viable en aquellos momentos, aunque tampoco se puede descartar a efectos de valorarla. En cuanto a la primera opción, si los 500 'kilos' se presupuestan sin acuerdo alguno con asociaciones y sindicatos, la forma de repartirlos quedaría al libre albedrío de los mandamases políticos y policiales. Imaginen el resultado, sobre todo en la Benemérita. Y ello sin contar que para 2019 y 2020 no se contemplaría cantidad alguna ni tampoco la posibilidad de legislar para que en el futuro no haya diferencias retributivas entre cuerpos estatales y autonómicos, ni se realizaría una auditoría externa a fin de concretar tales desequilibrios ni, por supuesto, compromiso de elevar las cifras iniciales del Acuerdo al objeto de paliar desigualdades.-


La otra variable apuntada anteriormente, la de la vía real decreto -aunque improbable-, de haberse planteado, se hubiera ejecutado tras la aprobación de los PGE, y ya sabemos qué ocurrió justo después de que los PGE obtuvieran la aprobación del Congreso para iniciar su tramitación parlamentaria, que el Ejecutivo cambió y con ello el panorama político. Asegurar que la vía real decreto se hubiera llevado a cabo resulta casi descabellado.-


Por otra parte cabe elucubrar acerca de lo que podría haber acontecido si ese cambio de gobierno llega antes de que los actuales PGE hubieran comenzado la senda parlamentaria. A buen seguro estaríamos contemplando una prórroga de los presupuestos de 2017 y un futuro sombrío propiciado mayormente por quienes sustentan el actual Ejecutivo. ¿Y qué sucedería en ese caso con el Acuerdo suscrito? Pues personalmente opino que se hubiera quedado como un bonito recuerdo, una promesa incumplida más como otras que hemos visto y padecido los que pululamos por estos lares desde hace más de tres décadas. Y para finalizar, pongámonos en la tesitura de que llega el nuevo gobierno y no hay nada firmado, o lo que hay sirve tan solo de adorno, es decir que debemos partir de cero... ¿Alguien piensa sinceramente que este Ejecutivo, por mucha presión a la que se le someta, va a contrariar a sus socios con un pacto equiparador que equilibre los cuerpos estatales con los autonómicos? Antes veríamos lo contrario, no me cabe duda alguna.-


Por estas razones, a aquellos que solo saben despotricar sobre lo logrado y ofrecen promesas vanas cuyo sustento principal es un tono de voz enojado y una escasa dosis de realidad, se les tapa la boca con una nómina del mes de octubre, a ver qué tal la digieren.-

 

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