Escrito por LlanAUGC 23-09-2018
Por Alberto Llana
Tras más de tres años con la jornada laboral establecida en la Orden General 11/2014, en la Dirección General han realizado un estudio valorativo de su aplicación y los resultados, a sus ojos, son muy negativos. Estiman que la reducción del potencial de servicio derivado de la aplicación de la normativa europea sobre tiempo de trabajo equivale a unos 6.000 agentes, lo que unido a la reducción de personal resultante de la falta de incorporación de nuevos agentes, debido a los recortes monetarios originados por la crisis económica, alrededor de otros 10.000, dibujan un panorama, a priori, asolador.-
No obstante no pueden pillarnos por sorpresa estos resultados ya que cualquiera que supiera hacer cuentas podría haber llegado a esa conclusión incluso antes de que la OG mentada entrara en vigor. De hecho, la reducción de potencial de servicio que la propia DGGC estima en 6.000 agentes se rebela como escasa, dado que las estimaciones primeras calculaban una minoración superior a los 9.000. La diferencia a la baja debemos buscarla, sobre todo, en la incorrecta interpretación de determinados preceptos normativos que han sido convenientemente ‘maquillados’ en notas aclaratorias posteriores a la vigencia de la Orden General y que han venido a recortar el tiempo libre de los componentes del Cuerpo en base a lecturas torticeras tales como los famosos ‘vacalibres’ o la reducción, cuando no desaparición, de las horas de descanso diario previas a los Descansos Adicionales Singularizados, Descansos por Festivo o Descansos Compensatorios. Si a lo anterior le unimos el abuso a la hora de establecer ‘dobletes’ o ‘tripletes encubiertos’, podemos hacernos una idea de por qué la reducción de potencial de servicio no ha sido mayor.-
Ya he comentado en ocasiones pretéritas la chapuza derivada de la OG sobre jornada laboral en la Guardia Civil, apaño que se realizó deprisa y corriendo después de que a España se le diera un ultimátum por medio de la Comisión Europea para que aplicara el contenido de la Directiva 2003/88/CE, sobre determinados aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo a la Benemérita (https://www.boe.es/doue/2003/299/L00009-00019.pdf ), todo ello tras una condena -en el año 2010- del Tribunal de Justicia Europeo ( http://www.legaltoday.com/files/File/pdfs/jornada-guardia-civil.pdf ) por incumplir “las obligaciones que le incumben en virtud del artículo 1, apartado 3, de la Directiva 2003/88, al no haber adoptado, dentro del plazo establecido, todas las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas necesarias para dar cumplimiento a dicha Directiva por lo que respecta al personal no civil de las Administraciones Públicas”. En resumen, que el Estado español y más concretamente la Guardia Civil, escurrieron el bulto durante casi una década en la que no les dio la real gana de aplicar los criterios establecidos por la Unión Europea para todos los trabajadores de su ámbito y cuando no les quedó más remedio, parieron la normativa que más les convino en aquellos momentos, sin hacer caso a las propuestas realizadas por las organizaciones representativas y lo que es peor, ignorando la realidad que rodea y lastra a la Benemérita desde hace muchas décadas y que no desean afrontar de cara. Establecer turnos de trabajo fijo (sin olvidar las necesidades del servicio derivadas de nuestra labor); planificación anual; optimización de los recursos humanos disponibles; reorganización del despliegue territorial; fijar de una vez por todas cuáles son los mínimos de personal necesario para que cualquier Unidad sea operativa y ofrezca un servicio ‘real’ al ciudadano; exigir que todos y cada uno de los componentes del Cuerpo realicen servicio en su Unidad de destino o en la que estén comisionados, eliminando unidades ‘fantasma’ que merman no solo el potencial de servicio general sino, incluso, el acceso a Derechos regulados reglamentariamente... enfrentarse de una vez por todas a la necesaria reorganización policial que pide a gritos nuestro país.-
Pero no van por ahí los tiros, claro que no, la idea que barajan las mentes pensantes enfajinadas va en dirección contraria. Desean regresar al pasado, pisar a fondo el acelerador del DeLorean y no pararse por lo menos hasta 2010. Pues vale, ellos verán, ya sabemos de sobra que su margen de maniobra es demasiado amplio y su única obligación reside en oír a los representantes del colectivo sin prestar atención alguna a lo que dicen. Ya lo hicieron con la jornada laboral y ahora les revienta en la cara, pero no tienen intención de aprender porque ello conllevaría un serio recorte en sus privilegios y prefieren contemplar cómo se hunde el sistema antes de aceptar que son funcionarios públicos como cualquier otro y que las exigencias que reclaman a sus subordinados son de aplicación a ellos mismos.-
Pero no quiero terminar sin enviar un cordial saludo a aquellos que decían, antes de la entrada en vigor de esta Orden General sobre jornada laboral, que no era buena y la criticaban abiertamente, como ahora se critica el acuerdo equiparador salarial. Siempre se pueden mejorar las condiciones de trabajo y el aceptar avances puntuales no significa -nunca lo ha significado- renunciar a seguir trabajando por el progreso. En ello perseveramos.-
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