Por Alberto Llana
Nuestro Presidente del Gobierno ha vuelto a demostrar el escaso afecto que profesa por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (no incluyan a los cuerpos autonómicos). Como imagino ya sabrán, esa demostración aconteció el pasado miércoles, durante la sesión de control al Gobierno celebrada en el Congreso, cuando replicó a la portavoz del PP en la Cámara Baja lo siguiente: «La diferencia en materia territorial cuando ustedes gobiernan y cuando gobierna el PSOE es que ustedes mandaban “piolines” a Cataluña y con nosotros, la Selección española de fútbol puede jugar en Cataluña sin ningún tipo de problema ni polémica». Lógicamente estas palabras crearon mucha controversia por entender que cuando aludió a los “piolines” se refería en realidad a los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional comisionados en Cataluña para intentar frenar un referéndum ilegal (casi un golpe de Estado). Esta cuestión no pasó desapercibida para ciertos grupos políticos presentes en el Hemiciclo que inmediatamente afearon las palabras de Pedro Sánchez. Siendo conscientes de la metedura de pata miembros del Gobierno y de los partidos que lo componen, así como medios de comunicación afines, intentaron matizar lo dicho contraponiendo que la referencia al dibujo animado había que circunscribirla a uno de los barcos en los que se alojaron los agentes de la Autoridad durante los tres meses y medio de la denominada 'Operación Copérnico'. Ya saben, el viejo truco de soltar una barbaridad y luego acusar a los que te critican de tergiversar tus palabras.-
¿Qué piensan ustedes? Mi parecer es que se refería a los guardiaciviles y policías nacionales, y lo explico. La respuesta de Sánchez se enmarca en el contexto de la política territorial, no de las condiciones en las que se alojaron muchos efectivos policiales durante el cumplimiento de su misión. Y como diferencia a resaltar, en opinión del Presidente, está el hecho de que su antecesor en el cargo había enviado “piolines” y él a la Selección Española de fútbol, por tanto está hablando de colectivos que representan al Estado y, más allá, de las personas que componen esos colectivos: jugadores ataviados con la camiseta de España y agentes policiales que visten su uniforme reglamentario. A mayores, tras aludir a la Selección Española, añade que puede jugar en Cataluña sin ningún tipo de problema o polémica, cosa que sí acontece con los componentes de las Fuerzas de Seguridad estatales y no con un barco (de nombre 'Moby Dada', por cierto) engalanado con una ilustración de Piolín. Por tanto no me cabe duda de a qué se refería el Presidente por mucho que sus correligionarios deseen hacer el ridículo intentando hacernos parecer cortos de entendederas. Por cierto, en materia de política territorial lo que está fuera de duda alguna es que con este Gobierno los terroristas han sido trasladados cerca de sus hogares e, incluso, alguno está ya en la calle, como los sediciosos.-
Aclaradas las razones por las que considero que el actual Jefe del Ejecutivo se refería a los miembros de la Guardia Civil y Policía Nacional cabe añadir que no resulta sorprendente su falta de respeto. Por regla general ambos Cuerpos han sido poco apreciados y bastante ninguneados por casi todos los presidentes de gobierno que hemos tenido en democracia, más atrás ya no puedo remontarme porque no tengo recuerdos propios de ello, aunque imagino que también. Sin embargo, desde que Sánchez comenzó a gobernar, esa escasa consideración ha llegado a desaparecer por completo. Y en este punto me pregunto si acaso este señor tiene aprecio por algo que no sea su propio reflejo en un espejo, cuestión que tiene mucho que ver en esta historia. Las pruebas son muchas e irrefutables.-
Por comenzar por alguna reseñaré el flagrante incumplimiento del Acuerdo salarial firmado en marzo de 2018 con sindicatos y asociaciones policiales, del cual tan solo se ejecutó la partida económica ya prevista e incluida en los Presupuestos Generales que heredó del exministro Montoro y que tuvo que prorrogar los años 2019 y 2020. Del resto de contenido acordado... ni se acordó. Luego tenemos las penosas condiciones que hubieron de arrostrar los policías nacionales y guardiaciviles (sobre todo los primeros) que hicieron frente a los graves disturbios tras la sentencia condenatoria a los sediciosos del 'procès'. Las imágenes de unos pocos policías siendo agredidos por miles de energúmenos son responsabilidad final suya, aunque ejecutada a través de un ministro que tampoco ha estado nunca a la altura del cargo que ostenta, si acaso lo hubiera intentado. Poco después llegó la pandemia y este faltón dejó tirados de nuevo a guardiaciviles y policías nacionales que tuvieron que desarrollar su labor sin apenas protección alguna contra el virus por la patente imprevisión de un Gobierno más preocupado por minimizar la evidencia de lo que se nos venía encima que de prevenirla. Y aquí debo de hacer mención a lo expresado por Grande-Marlaska, quien salió en defensa de su patrón argumentando que sus palabras tenían la intención de destacar las condiciones indignas soportadas por los agentes en la mencionada 'Operación Copérnico'. Cierto es que fueron indignas, y así se denunció en su momento por nuestra parte, pero las condiciones padecidas por los agentes durante los primeros meses del Estado de Alarma fueron más graves aún y afectaron a todos. Tampoco conviene olvidar que a finales del pasado año se produjo una movilización histórica contra la anunciada reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana pretendida por el Gobierno y que, de momento, ha quedado paralizada.-
Son unos pocos ejemplos, seguramente los más ilustrativos, pero hay otros muchos, demasiados como para obviar la desafección de Pedro Sánchez por la Benemérita y la Policía Nacional. Ahora ratifica esa convicción asumiendo el lenguaje de los sediciosos, quizás por el innegable deseo de ofrecer su lado amable ante quienes tienen buena parte del futuro de su legislatura en sus manos (por expreso deseo suyo), claramente cabreados por el tema 'Pegasus'. Tras las bochornosas palabras presidenciales, los adeptos al Gobierno calibraron con acierto la que se les venía encima y no tardaron en aplicar extintor a las llamas, ocasionando un efecto contrario al perseguido. Sin ir más lejos, un programa de televisión dedicado mayormente a masajear los hombros de este Ejecutivo, comprobando que el asunto estaba al rojo vivo, afrontaron la noticia de una manera muy peculiar, conectando con una reportera a pie de calle para informar, mientras se podía observar en pantalla el siguiente subtítulo: “EL PP ENVIABA POLICÍAS EN EL PIOLÍN”, lo que, en definitiva, resulta una prueba más de que lo dicho tenía un trasfondo claramente descalificador porque de otro modo hubieran entrecomillado lo que realmente dijo o, por qué no, hubieran exhibido ese subtítulo sin comillas, argumentando que eso era lo que ellos habían entendido. Sin embargo, esas molestas comillas ofrecen un corolario no deseado por su amanuense, tal es el burdo intento de manipular la verdad.-
Pues eso, que en un corto espacio temporal este Gobierno y sus afines han despreciado nuevamente a guardiaciviles y policías nacionales, y por partida triple. Primero asumiendo el lenguaje despectivo de los separatistas hacia ambos colectivos, más tarde intentando negar lo evidente con un mensaje del tipo “es que sois muy cortos de entendederas”, y como colofón, tras comprobar que el escándalo aumentaba, acusándonos en tono indignado de tergiversadores. Pedro Sánchez ha decidido convertirse en Silvestre, el gato antropomorfo que perseguía a Piolín, pero debería tener muy presente cómo terminaba siempre el lindo gatito.-
Comments