Por Alberto Llana
Ya conocen la nueva ocurrencia del ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, o como yo digo, la antepenúltima 'marlaskada', porque las últimas merecen un aparte. Me refiero, por supuesto, a la fulminante destitución del Coronel Diego Pérez de los Cobos, que se ha ido tan rápido como llegó a la jefatura de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, o sea, por la vía 'dedocrática' que tanto se estila en el Cuerpo. Una vía que es perfectamente legal y habitual en la función pública, tal y como ya ha señalado la jurisprudencia, pero que en la Guardia Civil está sobredimensionada al máximo. Como relaté hace tiempo, en la Benemérita existen más de 10.000 destinos de 'libre designación', un 12% del total de vacantes existentes, mientras que en la Policía Nacional no llegan a las 3.000, un 4% del total. La única explicación para este clamoroso desfase tan solo se explica por el carácter militar del Cuerpo y ha obtenido reproches hasta del mismo GRECO (GRupo de Estados contra la COrrupción), compuesto por los 47 países miembros del Consejo de Europa, además de Estados Unidos y Bielorrusia, en su última evaluación periódica donde recomienda que la Guardia Civil revise “sus procesos internos relacionados con la carrera profesional (selección y acceso, ascensos, libre designación, sistemas de evaluación/méritos) con el único objetivo de identificar oportunidades para mejorar el registro y la publicación de la fundamentación de las decisiones, a fin de establecer un enfoque más objetivo y transparente”.-
Pues bien, al Coronel de los Cobos le asignaron la jefatura de la Comandancia madrileña como premio por su dirección del operativo que intentó desbaratar el referéndum ilegal del 1-O, la denominada “Operación Copérnico”. Exagerada recompensa, a mi entender, dados los resultados de una gestión con más errores que aciertos, pero así son las cosas. Quien tenía el poder de decidir le adjudicó el despacho principal de la Comandancia ubicada en Tres Cantos y punto pelota. Ahora, quien tiene el poder decisorio le pega la patada y sanseacabó, al menos en lo referente a los aspectos formales del asunto. Marlaska ya hizo lo mismo con el Coronel Manuel Sánchez Corbí, exjefe de la UCO, poco después de llegar al ministerio que ocupa y también se armó gran revuelo, como ocurrió con el general Manuel Contreras Santiago, que si bien no fue cesado, sí que le abocó a pasar a situación de Reserva al no querer ascenderle pese a su compromiso inicial de hacerlo, cuestión a todas luces injusta porque Contreras merecía terminar su carrera profesional de otra manera. En casi dos años que lleva en el cargo, Marlaska ya se ha 'cargado' a 14 altos cargos de Interior, si no es un hito se le acerca mucho, teniendo en cuenta que gran parte de estos dos años ha estado de manera interina. Queda claro que hace honor al tatuaje que luce en su muñeca derecha y que reza: “ni pena, ni miedo”, además de ser el título de su libro autobiográfico.-
Sin embargo, cada historia es diferente a las demás y la relacionada con el cese del Coronel de los Cobos no ajena a esa máxima. Porque su caída en desgracia tiene relación directa con un informe realizado por personal bajo sus órdenes cuyo objetivo era aclarar posibles responsabilidades penales del actual Gobierno por no adoptar las medidas preventivas adecuadas para intentar minimizar el impacto de la pandemia por COVID-19 que seguimos padeciendo y cuyo balance, tan solo en fallecidos, superó la barrera de los 40.000 hace ya días. Por lo que se sabe en el momento de escribir estas líneas, el Coronel se negó a dar información relativa a ese informe a petición de varios de sus superiores, lo que provocó su fulminante cese por 'perdida de confianza' en su labor profesional. Al parecer, un superior suyo en rango (lógicamente un General) le llamó para ver si podía contarle algo sobre el repetido informe y de los Cobos contestó que no sabía nada sobre el mismo. De igual forma ocurrió con una segunda y otra tercera llamada de otros superiores, por lo que se decidió dejar de insistir y cortar por lo sano. Que el Coronel ignorase el contenido del informe es más que posible, dado lo sensible de la investigación, por una parte porque los subordinados encargados de investigar lo que la Autoridad judicial les ordenó no tienen obligación de informarle (al menos en teoría ya que la práctica resulta un poco distinta), y por otro lado porque seguramente prefirió mantenerse al margen del asunto, lo que me recuerda a otro alto mando que conozco y cuyo lema es: 'si no es absolutamente necesario que lo sepa, no me lo cuentes, así no tendré que fingir ignorancia'. Y aquí ya empieza a oler mal la cosa porque si tan íntegros y tan honorables se supone que son los altos mandos del Cuerpo, ¿a qué vienen esas tres llamadas de superiores del Coronel interesándose por el contenido del informe? Pues porque estaban haciendo el trabajo sucio que les encargaron desde el ministerio, lo que me lleva a lo indicado anteriormente sobre la teoría y la práctica de las cosas. Si esos 'enfajinados' tuvieran lo que dicen tener, deberían haber rechazado el encargo argumentando que este tipo de investigaciones son secretas y ni ellos deben preguntar ni el Coronel debe saber nada al respecto, algo que no ocurrió.-
Pero retrocedamos un poco en el tiempo, un par de días antes de las 'llamaditas' antedichas. A finales de la semana pasada, un medio de comunicación, cuya línea editorial no concuerda demasiado con los postulados gubernamentales, publicó la existencia del informe, que ya había llegado al juzgado, y cuyas conclusiones eran desastrosas para el Ejecutivo, para alguno de sus asesores de primera línea en la lucha contra la pandemia y también para el Delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Madrid. Si un medio de comunicación publica algo así es que indudablemente se ha hecho con una copia del informe porque no van a arriesgarse a contar algo que no tengan debidamente confirmado, máxime si el calado es tan profundo. Lógicamente la noticia tuvo que hacer sonar todas las alarmas de Moncloa y el interés por conocer su contenido y averiguar la forma de desacreditarlo se tornaron en prioridad, algo que consiguieron pese a la negativa del Coronel, dado que pocas horas después de su destitución, el informe ya estaba corriendo por varios grupos de Whatsaap y otras aplicaciones parecidas. De hecho a mí me llegó aquella noche.-
Al día siguiente, otro medio de comunicación, en este caso más afín a la linea gubernamental, ya lo ponía en tela de juicio, señalando datos incorrectos, testificales 'manipuladas' y otras cuestiones varias, en el empeño de desautorizar las conclusiones a las que llega, algo que en cualquier caso le corresponde a la Autoridad judicial, que será quien valore la credibilidad real de la información aportada por los investigadores, pero la batalla por ganarse a la opinión pública había comenzado y no solo de cara a vituperar el propio informe, también como forma de respaldar la 'pérdida de confianza' en el Coronel.-
Ese mismo día (el martes) llegaron dos nuevas 'marlaskadas'. Una referida al nombramiento del nuevo Director Adjunto Operativo (DAO) de la Guardia Civil, tras presentar su dimisión, o mejor dicho acogerse a su retiro, el Teniente General Laurentino Ceña, que había cumplido la edad reglamentaria en el mes de marzo pero que accedió a continuar con sus responsabilidades durante el Estado de Alarma por acuerdo con el propio ministro del Interior. Pues bien, la ocurrencia de Marlaska fue la de designar, nuevamente 'a dedo', a un general que ocupaba el número 8 del escalafón en el mes de febrero. Tradicionalmente, el DAO de la Guardia Civil se nombra por número de escalafón, de tal forma que si el número 1 deja su cargo, se nombra al quien ostenta el número 2. No es que legalmente deba hacerse así, pero así se había hecho hasta ahora y la designación de Pablo Salas sentó muy mal en buena parte de la sección de 'enfajinados', de tal suerte que quien estaba en segundo lugar solicitó también su pase a retiro pese a que le quedaba por delante un año de servicios. Finalmente lograron convencerle para que siguiera en un puesto burocrático distinto hasta el momento de la jubilación. De igual forma hubo que salir al paso para calmar a otros generales descontentos, pese a no trascender demasiado las gestiones, intentando que las aguas volvieran a su cauce, aunque no parezca posible porque Marlaska ha agotado el poco crédito que acaso le quedaba a esas alturas. En el futuro seguramente se guardarán las formas de cara a la galería pero nadie en su sano juicio puede confiar en el quehacer de una persona con esos arranques de soberbia, incapaz de medir las consecuencias de sus decisiones, sobre todo cuando su victoria, cesando al Coronel de los Cobos, podría servir de ejemplo ilustrativo de la palabra 'pírrica'.-
La otra 'marlaskada' del martes fue el anuncio referido a que se iba a hacer efectiva la cantidad destinada a abonar el tercer tramo de los tres que componen el Acuerdo de equiparación salarial, firmado por asociaciones de guardiaciviles y sindicatos de policías nacionales, en el mes de marzo de 2018. Esta cuestión la dejo para otro momento a fin de no alargar demasiado este comentario. Un par de apuntes finales: lo que han venido denominando 'purga' de Marlaska en la Guardia Civil no ha sido tal. El titular de Interior se ha limitado a cesar vergonzosamente a un Coronel y a nombrar un nuevo DAO a su gusto, en un Cuerpo donde la 'libre designación' es un escándalo perpetuo por mucho que, de cara a la opinión pública, no trascienda demasiado. Tras ello algunos otros altos mandos le han facilitado sus propósitos de motu propio mientras otros aceptaban de buen grado ambas cacicadas porque les venían como anillo al dedo. Es lo que hay. De otra parte, y relativo al famoso informe, recordar que estamos todavía en la fase de instrucción del procedimiento judicial y queda mucha tela que cortar. Habrá sorpresas futuras y no agradables para los que deseamos que se haga justicia con muchas personas que han fallecido, han vencido al virus tras una lucha titánica o padecen y padecerán las consecuencias de haber actuado tarde y mal.-
