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NI FRONTERAS NI BANDERAS

Por Alberto Llana


Cuando atraviesas una situación tan inusual como la actual compruebas la valía del ser humano en general y, particularmente, de las personas que conforman tu país, afectados por un conjunto de circunstancias concretas que no son extrapolables a otros países. Y llegas a la conclusión de que la inmensa mayoría ciudadana está a la altura de las graves circunstancias a las que nos enfrentamos. Pero ya se sabe que lo anterior no puede predicarse de su totalidad y en los días transcurridos desde que se decretó el estado de alarma ha habido numerosos ejemplos de ello. Comportamientos condenables, y no me refiero al aspecto legal sino al moral, han sido recogidos por los medios de comunicación cada jornada, provocando el reproche de esa inmensa mayoría que cumple o trata de cumplir las recomendaciones y restricciones que la lucha contra la pandemia requiere. Sin embargo, dentro de las conductas execrables, hay algunas que destacan por mérito propio, al tratar de aprovechar la ocasión para extraer réditos monetarios o políticos.-


Sin ir más lejos tenemos el caso del President catalán, Joaquim «Quim» Torra, que azuzado por su mentor fugado de la justicia, resulta cuasi incapaz de tomar una decisión o articular una frase cuya finalidad no sea la secesión de su Comunidad Autónoma. Tan cansino resulta en sus postulados que apenas prestas atención a su enésima chorrada destinada a alimentar las apetencias de sus votantes ya que el resto de ciudadanos a los que en teoría gobierna le importan más bien poco. No obstante en alguna ocasión no puedes abstraerte del todo a sus memeces y lees o escuchas alguna cosa que te hace torcer el gesto o te provoca hilaridad. Es lo acontecido con una suerte de adagio que hace unos días intentó colar como axioma y que reza “Me importan un rábano las fronteras y las banderas. Solo me importa la salud y la vida de las personas”. Y esto lo dijo a colación de su reiterada petición de un confinamiento total de Cataluña como medida para luchar contra el coronavirus.-


Veamos, señor Torra, si realmente le traen al pairo las fronteras y tanto le interesa el bienestar ajeno, no propondría 'cerrar' Cataluña a cal y canto porque lo que procedería sería, en todo caso, aislar aquellos barrios, localidades o demarcaciones donde exista un brote grave de la enfermedad, como ocurrió hace un par de semanas en Haro (La Rioja) o en Igualada desde el pasado día 13, pero en ningún caso toda una Comunidad Autónoma, al menos en la situación actual. Lo que le ocurre a usted, a mi entender, es que desea levantar esas fronteras que afirma desdeñar como paso previo a solicitar al gobierno de España que le dejen dirigir la situación como mejor le plazca, acogiéndose al artículo séptimo de la Ley Orgánica 4/1981, de los estados de alarma, excepción y sitio, que establece: “A los efectos del estado de alarma la Autoridad competente será el Gobierno o, por delegación de éste, el Presidente de la Comunidad Autónoma cuando la declaración afecte exclusivamente a todo o parte del territorio de una Comunidad”. De ahí que se haya negado a firmar el compromiso para actuar en coordinación, colaboración, solidaridad y de forma recíproca con el conjunto de las autonomías de este país. Si hubiera un atisbo de sinceridad en ese apotegma tramposo lo hubiese rubricado ya que, según usted, solo le importa la salud y la vida de las personas. Hubiese firmado aunque después expresara sus reservas, como hizo el Lehendakari. Reticencias con las que se puede estar de acuerdo o no, pero respetables en cualquier caso. Lo que no merece respeto alguno es ese doble lenguaje rastrero a más no poder según el cual asevera una cosa cuando sus actos demuestran justo lo contrario.-


Y la cosa no viene de ahora dado que usted ha seguido la línea continuista de sus antecesores en orden a mermar hasta extremos preocupantes la capacidad sanitaria de Cataluña, como afirmaban el pasado mes de octubre desde un colectivo de profesionales del ámbito sanitario catalán, aportando el siguiente dato: “En Cataluña, los presupuestos destinados a la salud suponen un déficit de 1.500 millones de euros”. Casi nada para una Comunidad Autónoma con unos 7 millones y medio de habitantes. Unas cifras que se confirman por otras fuentes, que aseguran que en 2017 la sanidad en Cataluña se llevó el 28,6% del presupuesto total de la autonomía, mientras la media española rozó el 33%. Ya sé que en 2017 no era todavía President, por eso consigné antes lo de la línea continuista que marcó su preceptor, otro que tal baila pero que no es el único, ya que el ínclito Artur Mas fue el impulsor de este desbarajuste, recortando el montante destinado a sanidad desde los 9.875 millones de euros en 2010 hasta los 8.290 millones de 2014. Todo un 'procés' de amputación que ahora pasa factura y del que usted, señor Torra, es principal actor. Esa es su verdadera preocupación por la salud de sus conciudadanos. O sea que a contar mentiras a otra parte.-


Como hizo hace escasas jornadas en la BBC descolgándose con la siguiente declaración: “Los expertos y científicos que nos aconsejan dicen que la mejor manera de frenar el coronavirus es con el confinamiento domiciliario, pero el Gobierno español dice que no es necesario”. Uno ya no sabe si es que este tipo se piensa que por hablar en un medio extranjero no nos vamos a enterar de sus sandeces o que ese medio, máxime uno como la BBC, no está al tanto de la realidad española o no va a comprobar si ese dato es veraz. La respuesta la encontramos en el principio de parsimonia (también conocido como navaja de Occam u Ockham), según el cual la solución más simple suele ser la mejor, y ello nos lleva a la conclusión de que estamos ante un cretino de los que marcan época. Ante el aluvión de críticas recibidas por tal mendacidad, Quim se descolgó con otra del mismo cuño, asegurando que había sido un error de traducción. Mejor hubiera optado por decir que fue una confusión suya al realizar la entrevista en inglés porque lo que afirmó en pantalla está grabado y recogido, por ejemplo en youtube, y realmente dijo eso. A mayores, el mensaje oficial enviado por el gobierno catalán a través de twitter expresa justo lo mismo.-


Como referí al principio, este individuo es claro ejemplo de que hay una buena cantidad de energúmenos incapaces de asimilar la trascendencia de los duros momentos que vivimos y continúan inmersos en sus cuitas particulares, intentando extraer tajada de la desgracia general. Pero claro, pocos de tales energúmenos tienen en sus manos tan altas responsabilidades y la obligación ética de ser ejemplo para aquellos que gobierna, lo que constituye un claro agravante de su conducta. Aunque tales delicadezas le importan tanto al Torra como a su jefe Puigdemont... o a la vituperable Ponsatí.-



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