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MULTAS INNECESARIAS

Por Alberto Llana Publicado el 05 de marzo de 2017




El Secretario General de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alberto Moya, realizó esta semana unas declaraciones a medios de comunicación con motivo de una asamblea de la organización en Murcia. De esas declaraciones, los medios destacaron lo que consideraron importante y titularon la noticia como creyeron oportuno. Uno de esos titulares rezaba “La AUGC denuncia que muchos guardias civiles ponen multas innecesarias para no perder el plus salarial”. En mi opinión, esa afirmación no dice nada nuevo acerca de lo que llevamos siete años denunciando, desde la implantación del sistema de puntuación denominado RAI-valorado (Resumen de Actividades Individuales) para los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Pero otras personas no lo ven del mismo modo, sobre todo si nuestras siglas no le son simpáticas. Por ello se han suscitado comentarios de todo tipo acerca del titulado de la noticia. No obstante, si leemos el contenido de la información, aunque no reproduzca todo lo dicho por Moya, sí que destaca lo siguiente: “se establece un baremo en la actividad que tienen las agrupaciones de Tráfico, de tal manera que tiene que quedar reflejada la actividad de cada agente a lo largo del día. Por ejemplo, cinco regulaciones de tráfico, dos auxilios en carreteras y veinte multas”, “Lo que más vale son las multas. Y los guardias civiles están en un escalafón, de tal manera que el que haya puesto diez multas estará por debajo del que haya puesto veinte”, “al final de mes, a los que están abajo en el escalafón les recortan el sueldo. Y, como nadie quiere perder su sueldo, empieza la carrera por las multas. Si uno ha puesto, por ejemplo, tres en un día, el otro sale a la calle a poner otras tres”. A su juicio, se presiona de esta manera para que “los guardias civiles salgan a la caza del conductor. Es un sistema perverso para meter presión”.-


Seguro que hay muchas otras formas de tratar de explicar cómo funciona un sistema que en la actualidad se ha enrevesado mucho, con la finalidad de despistar en lo posible al profano acerca de su verdadera finalidad, que es la recaudatoria, pero la esencia debemos buscarla en aquella primigenia norma que fue derogada judicialmente, gracias a la demanda interpuesta por AUGC, y que otorgaba 0'25 puntos por cada auxilio en carretera, 1 punto por cada denuncia de circulación y 4 puntos por cada denuncia al Reglamento de Transportes. A final de mes, quien tuviera menos puntos se llevaba un apercibimiento verbal o escrito para que 'reconsiderara' su actitud hacia el servicio y, caso de perseverar en su baja puntuación, se le proponía para la pérdida de un complemento monetario.-


A partir de esta realidad es fácil concluir que la voluntad de los profesionales de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que durante medio siglo se guiaron por la máxima de “auxiliar, prevenir y denunciar”, se ha tenido que adaptar a estas circunstancias, desembocando en un cambio de prioridades y la consiguiente merma en la imagen de 'ángeles de la carretera' que tanto les había costado afianzar. Y cuando se dice que algunas de las denuncias son innecesarias no puede traducirse como que son 'ilegales' como he leído en alguna red social. Los compañeros de la Agrupación de Tráfico o de otra especialidad no denuncian hechos que no se hayan efectivamente cometido y consideren dignos de ser puestos en conocimiento de la autoridad encargada de sancionar. Y aunque alguien saque a colación algún ejemplo de lo contrario, son tan escasos en comparación con la labor diaria de miles de agentes, que no erosionan de ninguna forma el buen hacer general de los mismos.-


Cualquier profesional que haya patrullado las calles, carreteras y autopistas de nuestro país sabe muy bien que no todas las infracciones que se observan llegan a adoptar la forma de denuncia. Depende de variados factores, pero finalmente la decisión la toma el profesional que sabe lo que se hace, por formación, por experiencia y por vocación. Y ocurre con frecuencia que la decisión final del profesional es no formular denuncia ante la infracción observada, precisamente por que está allí en ese momento, ha ponderado las circunstancias, su gravedad, ha tenido oportunidad de hablar con la persona que conduce el vehículo y analizado otros pormenores que solamente él conoce y domina, y ha adoptado una decisión que tiene mucho que ver con su condición de ser humano y no con la de robot o máquina registradora. Y cuando esa forma de actuar se ve alterada por la circunstancia de que tienes que asegurar una cierta cantidad de puntos mensuales para no ver tu nómina reducida (más de lo que la tienen por tradición los guardiaciviles), el resultado es que algunas denuncias que de otro modo no serían formuladas, al final adoptan forma escrita con la consiguiente puntuación en tu marcador particular del RAI.-


Si alguien no lo tiene claro todavía, puede acudir a su buscador de internet y teclear “rai guardia civil” y verá como aparecen multitud de enlaces a noticias, algunas de ellas con cinco o seis años de antigüedad, en las que comprobará lo que digo en estas líneas y algunas cosas más como, por ejemplo, la opinión de un juzgado que anuló en su momento la detracción monetaria aplicada a un guardiacivil por no llegar a los puntos requeridos por la normativa. Se refiere a ello del siguiente modo: "Los criterios de su otorgamiento [de los complementos de productividad] no solo no son objetivos, sino que, por motivos recaudatorios, pueden dar lugar a una actitud inquisitorial o persecutoria contra el ciudadano (...) en la medida en que se otorga mucho más valor a las propuestas de sanción (multas de tráfico) que a otros cometidos de tanta trascendencia como los desempeñados por los integrantes del Sector de Tráfico de la Guardia Civil". Con estas palabras resume el juez la conclusión extraída de los testimonios obtenidos para el caso por parte de agentes de la Guardia Civil. Es más, la sentencia calificó esta situación como "preocupante".-


O este otro párrafo de otra noticia, que data de 2012, y en la que se decía que: “Desde AUGC tenemos que volver a denunciar esta política del RAI no sólo por su negatividad hacia la seguridad vial sino también por estar destrozando la autoestima profesional y moral de los agentes de la Agrupación de Tráfico, lo que está directamente relacionado con la primera causa. A los miembros de la Agrupación se les llamaba 'los ángeles de la carretera'. Y eso es lo que quieren ser y con lo que se identifican. Aunque algunos altos mandos y políticos les prefieran más como recaudadores de Hacienda que como símbolos de la ayuda y auxilio al ciudadano”.-



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