Por Alberto Llana
A consecuencia del ya archiconocido 'Caso Mediador' se están escribiendo ríos de tinta. La información referente a la trama corrupta fluye por los medios de comunicación como el agua de una presa repleta a la que de repente le las compuertas abres de par en par. Conversaciones, fotos, vídeos de declaraciones ante la autoridad judicial, entrevistas con los presuntos, lo hallado en los registros domiciliarios... de todo. Sólo nos falta conocer el tamaño del miembro de cada cual, lo que no resultaría difícil de averiguar, caso de que interesara lo más mínimo, preguntando a alguna de sus acompañantes femeninas en esas juergas tan habituales con las que coronaban sus manejos. Aunque mucho me temo que en cuestión de medidas más bien serán inversamente proporcionales a su desvergüenza.-
No obstante ha llegado a mis ojos un texto conocido por pocos ya que ha sido publicado en una aplicación de mensajería y tuiteado por @dani_timon (dejo el enlace al final). Como me ha parecido interesante y coincido con lo que expone, lo transcribo yo también en la esperanza de que su contenido pueda llegar a su destinatario final, tal es el deseo de la persona que lo ha escrito y a la cual desconozco en estos momentos:
«Mi querido General...
Qué frío debe de hacer en esos barrotes que ahora te rodean, tan alejados del coche oficial, conductor, despacho y pabellón en Guzmán el Bueno...
Verás, son tantos años ya preconizando la honradez, austeridad, sacrificio, disciplina, lealtad y discreción a mis subordinados, que casos como el tuyo no sé si eres consciente del daño que nos hacen. Pero ver tus fotos, tus mensajes de WhatsApp y tus excusas esgrimidas ante la Jueza de Instrucción que te ha encerrado, aún me producen mayor desazón.Y me pregunto quién narices aprobó tu ascenso aquel viernes que entraste como Generable en la carpeta correspondiente en el Consejo de Ministros. Debería dimitir ipso facto. Pero no es a él a quien juzgo hoy en este patio de colegio en el que se están convirtiendo las RRSS, sino a ti.
Soy de los que piensa que a la cárcel no van inocentes, así que, que todo el peso de la ley recaiga sobre ti si se confirma lo que aparentemente es más que evidente, y permítene que te recuerde ese primer artículo de nuestra cartilla, que tan seguro te han debido escribir en tantos discursos que hayas pronunciado, "El honor, una vez perdido, no se recobra jamás". Espero y deseo que esas cinco filas con tus 20 medallas te pesen tanto como una losa en tu conciencia que no te dejen levantar. Miedo da saber lo que puede haber detrás de esa misión GAR-SI-Sahel en África, con tantos millones de euros invertidos que algún iluminado te puso a dirigir. Qué nervios deben de haber por esos pasillos de nuestra Dirección General...
Sin acritud, mi General. A ver si tengo suerte y de alguna forma o de otra consigo que te lleguen estas líneas que con tanto afecto te dirige un subordinado. Dios le guarde a Vuecencia muchos años. Eso sí, entre rejas si se confirma todo.
PD. Saludos al Tito Berni.»
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