Por Alberto Llana
El pasado domingo se publicó en varios periódicos una entrevista con la actual Directora General de la Guardia Civil, María Gámez Gámez. Y ocurrió que en cada uno de esos diferentes diarios la transcripción de la conversación contenía ciertas diferencias. La primera que yo vi fue la publicada en “La Opinión de Málaga” y, como puede observarse en la captura de pantalla que acompaño a estas líneas, ante una pregunta sobre posible reapertura de cuarteles del Cuerpo, la respuesta fue de lo más confusa, lo que critiqué a través de Twitter. Sin embargo, cuando más tarde comprobé en otros dos diarios la transcripción realizada, me di cuenta que parte de la respuesta que aparece en el primer caso es, en realidad, la siguiente pregunta formulada por la periodista. Incluso en este punto concreto existe diferencia entre los otros dos periódicos ya que en uno reproducen la pregunta de forma escueta y en el otro el enunciado es mucho más largo, por lo que parte de la crítica que expuse en la red social fue motivada por esta incidencia, ajena a mi voluntad y, por supuesto, a la de la propia María Gámez, ante lo cual no cabe otra cosa que retractarse.-
Sin embargo, el resto de mis comentarios al respecto debo mantenerlos y ahora, con menos limitaciones a la hora de explicarme, paso al asunto. La pregunta (modo escueto) que le realizaron a Gámez fue la siguiente: “A los efectivos que hay los tiene encendidos con el borrador de las nuevas directrices para el reparto de la productividad que supondrá, según denuncian, una pérdida de unos 600 euros al año”. Y la respuesta que reproducen en todos los casos, reza: “No sé si hay malestar entre los efectivos o en alguna asociación profesional, a la que respeto. El 90% de esa cuantía de productividad va destinada a guardias y cabos, es decir, a la escala más numerosa y más baja del Cuerpo. Y no le voy a dar más trascendencia a esas críticas porque estamos hablando de un borrador”. Pues bien, comienzo señalando que el malestar es generalizado y por parte de todas las organizaciones con representación en el Consejo de la Guardia Civil, lo cual es de su conocimiento. Puede que las razones de unos y otros no sean las mismas pero el hecho de que el borrador de normativa no gusta a nadie es bien cierto. Tan cierto como que ese 'respeto' que dice tener a “alguna asociación profesional”, y que claramente alude a la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), debe tenerlo guardado a buen recaudo.-
Pero vayamos a lo más importante. Asevera la Gámez que “El 90% de esa cuantía de productividad va destinada a guardias y cabos”, lo cual resulta de todo punto engañoso para el lector. Cuando la Directora General menciona tal porcentaje, no se refiere a la cuantía monetaria global destinada a abonar el complemento retributivo denominado 'Productividad'. Ni por asomo. Verán, del total de millones de euros presupuestados a tal fin, casi el 45% va a parar a los bolsillos de aproximadamente 10.000 afortunados (de unos 80.000 efectivos que componen el Cuerpo), como viene denunciando la AUGC desde que se normalizó el vergonzoso reparto de lo que, con el paso del tiempo, se conoce como 'Prostitutividad', por razones obvias y sobradas.-
A lo que en realidad apunta María Gámez es al porcentaje de dinero que revertirá en los guardiaciviles previa 'sustracción' del 100% de una partida económica que se ha venido a denominar “Productividad por Equiparación Salarial”. Y este galimatías merece una aclaración: dentro de las cantidades abonadas para intentar alcanzar la equiparación salarial de los miembros de la Benemérita -y de la Policía Nacional- con sus homólogos de los Mozos de Escuadra, una gran parte ha ido a parar a un concepto retributivo de nombre Complemento Específico Singular (CES), y otra pequeña parte a la antedicha Productividad por Equiparación Salarial. Esta última constituye un importe de unos 600€ anuales. Y esos euros son los que pretenden arrebatar 'por la jeta' a todos los guardias civiles. Precisamente a eso se refiere la Gámez, a que el 90% de lo saqueado por norma revertirá en los miembros de la Escala de Cabos y Guardias, previa realización de determinados cometidos que a día de hoy tienen remuneración propia y diferenciada.-
Supongan aquellos que desconozcan los entresijos nominales de los funcionarios de la Benemérita que alcanzan un acuerdo con su empresa para aumentar sus salarios. Una vez culminado el proceso, la propia empresa les dice que a partir del siguiente año les quitará ese aumento pero que no deben preocuparse porque el 90% de lo chorizado puede terminar de nuevo en sus nóminas si aumentan su jornada laboral. Pues más o menos es lo que, sibilinamente, ha dicho en realidad María Gámez. Y ahora concluyan si ustedes estarían 'encendidos' o no. A lo mejor es que los cabos y guardias, esos miembros de la escala “más numerosa y más baja” de la Guardia Civil, son un poco pejigueras y no acatan con disciplina militar el saqueo institucional que preparan los 'fajinerosos' con la Gámez a cargo del timón de la nao corsaria.-
Por otro lado cabe decir que ese porcentaje que puede venir de vuelta no se repartirá de forma equitativa como ahora se percibe la cantidad destinada a disminuir las diferencias salariales entre guardias y mozos sino que dependerá de las horas de servicio que realicen y de las concernientes a turnos nocturnos y en días festivos. Porque una de las cuestiones que pretenden mejorar con el dinero rapiñado a todos los componentes del Instituto es la escasa compensación derivada de esas jornadas laborales nocturnas, festivas y en días de especial significación (Navidad, año nuevo, etc), que resultan más penosos aún. Ahora mismo, a un guardiacivil que desempeñe un turno de noche se le compensa con 5'7€ más, mientras que una jornada festiva le reporta 11'4€. Pues para mejorar esa cuasi burla monetaria, los 'fajinerosos' y a la Gámez han ideado este 'atraco' institucional que tratan de vender a la opinión pública como una iniciativa magnánima: te quito 600€ que ya son tuyos y puede que te devuelva el 90% si te portas bien.-
No puedo terminar estas líneas sin mentar la referencia acerca de la Escala de cabos y guardias, la más baja de la Guardia Civil. Mire usted, señora Gámez, para una persona que va de progresista por la vida, semejante lenguaje la sitúan en las antípodas de lo que dice defender. Hace años, a la actual Escala de cabos y guardias la denominaban “Escala Básica”, término que cayó en desuso por sus tintes peyorativos, pero eso de la “escala más baja” roza el desprecio. En cualquier caso no le quepa duda que los miembros más bajos del Cuerpo están un peldaño por encima de usted, aunque solo sea por lo que se juegan cada vez que salen a patrullar por esa miserable cantidad que ahora pretende mejorar a base de quitarles un dinero que forma parte del Acuerdo salarial de marzo de 2018 y que debería ser considerado intocable. Pues sí, señora Directora, encendidos nos tiene... quemados diría yo.-
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