MARLASKAZO

Escrito por LlanAUGC 25-04-2019

Por Alberto Llana

Quedan escasas jornadas para los comicios del 28 de abril y, según dicen, el porcentaje de indecisión es tal que bien pudiera decantar la balanza en un sentido u otro en caso de que la mayoría de dudosos se decidieran por unas siglas políticas concretas. El resultado lo comprobaremos pronto y a partir de ese punto deberemos seguir caminando. A la hora de valorar lo que ofrece cada candidato y el partido que le apoya existen muchos elementos que sopesar y sería un error creernos lo que nos cuentan con la mejor de sus sonrisas en plena campaña política, de igual forma que sucede con los panfletos en los que nos hacen partícipes de sus pretensiones de cara al futuro bajo el epígrafe de programa electoral. Lo más sensato sería ponderar lo que ha hecho cada uno de los pretendientes a la presidencia de gobierno en el pasado, pero nos encontramos con que casi todos los que optan al cargo no han tenido la oportunidad de demostrar anteriormente sus modos y maneras en puestos de responsabilidad menor, tipo presidente de comunidad autónoma, alcalde o algo por el estilo. Casi todos, salvo Pedro Sánchez, que ha estado gobernando, o lo que sea, durante menos de un año y en unas condiciones fuera de lo común en sintonía con las que le auparon a La Moncloa. No obstante, para hacernos una idea de por dónde van los tiros, resulta suficiente.-

En lo que a los miembros de la Guardia Civil y sus familias interesa no cabe otra cosa que expresar rechazo por su gestión. Gestión encabezada principalmente por la persona a la que le concedió la cartera de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Cuando llegó al ministerio, el señor Marlaska no dudó en asegurar que cumplirían con lo estipulado en el Acuerdo de equiparación salarial entre componentes de los cuerpos policiales estatales y miembros de la policía autónoma catalana, lo cual resultaba tan positivo como obvio, dado que la partida económica correspondiente al primer tramo de los tres previstos en el Acuerdo ya estaba incluida en unos presupuestos generales que habían comenzado su tramitación parlamentaria justo un par de días antes de que Pedro Sánchez presentara su moción de censura y no está de más recordarlo ya que no hace muchas jornadas que el propio Sánchez alardeaba de que su ministro había llegado a un pacto con asociaciones y sindicatos policiales en aras a lograr el equilibrio salarial, algo que sabemos es incierto. Con posterioridad, el Marlaska se comprometió a respetar igualmente el segundo tramo firmado en marzo de 2018, incluso aunque no se aprobaran los PGE para este año, lo que tiene un poco más de mérito que lo anterior, aunque no tanto como para lanzar las campanas al vuelo si tenemos en cuenta que los grandes números presupuestarios para culminar lo rubricado ya habían sido pergeñados y previstos por el anterior gobierno y, además, no estaba la situación política como para dejar tirados nuevamente a guardiaciviles y policías nacionales, como así se hizo en otras ocasiones, máxime con un Acuerdo recogido en el propio BOE.-

A partir de aquí comienzan a vislumbrarse las verdaderas intenciones del ministerio del Interior y por ende del gobierno de turno. Se niegan a facilitar información concreta sobre cómo avanza el estudio sobre diferencias salariales entre cuerpos policiales estatales y mozos de escuadra, encargado a una empresa auditora, y que debería haber sido finiquitado y puesto en conocimiento de las asociaciones y sindicatos firmantes del Acuerdo a principios del mes de marzo de 2019. Por si ello no fuera suficientemente contrario a lo acordado y a la buena voluntad que debería imperar entre las partes involucradas, un medio de comunicación publica que el mencionado estudio ya había sido entregado al ministerio a finales del mes de febrero, siendo rechazado de plano por la Administración, a buen seguro porque sus conclusiones no resultaban de su agrado. La mano derecha de Marlaska, a la sazón su Secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, llegó a calificarlo de “bodrio”, lo que no hace más que confirmar lo antedicho. No obstante eso no fue todo ya que unos días más tarde trascendió otra noticia que afirmaba que Marlaska encargó al Consejo de Estado un informe acerca de cuál era la vinculación jurídica para el gobierno del Acuerdo firmado por el anterior ministro del Interior en marzo de 2018. Y lo primero que a uno le viene a la cabeza es preguntarse qué necesidad tienen de solicitar ese informe, ¿acaso ignoran la respuesta? No lo creo y menos para un ministro como Marlaska, que algo de conocimientos jurídicos tiene, dada su condición de magistrado. Eso sin contar la cantidad de asesores legales de los que dispone en el ministerio. La respuesta, para mí al menos, resulta obvia. El repetido informe tiene como finalidad tener a mano una excusa para no cumplir con el Acuerdo en toda su extensión. Con el mismo siempre pueden argumentar que no es una mera decisión gubernamental, aunque resulte ridículo toda vez que la determinación de ejecutar lo pactado es exclusiva del gobierno, al margen de la mayor o menor vinculación jurídica del convenio.-

Debemos recordar que el mayor interés del gobierno, a la hora de reclamar la opinión del Consejo de Estado, se centraba en dos puntos muy concretos: los relativos a tener que aumentar las cantidades monetarias con el fin de alcanzar la plena equiparación salarial y la obligación de aprobar una norma legal que impida en el futuro desajustes monetarios entre funcionarios que realizan las mismas labores policiales (o casi las mismas). Y ambas cuestiones son trascendentales para culminar el proceso equiparador. La ausencia siquiera de una de ellas significa un nuevo fiasco en la justa reivindicación de 'a igual trabajo, igual retribución'. Si a fin de cuentas los ingresos brutos anuales no son idénticos entre unos y otros no cabe hablar de equiparación. Y si acaso esta llegara a culminarse, de nada serviría si en un futuro las diferencias dinerarias vuelven a producirse por ausencia de un precepto que mantenga la armonía lograda.-

De lo anterior solo cabe concluir una cosa: las intenciones reales de Marlaska, como miembro y representante de un gobierno, son cumplir con las cantidades concretas recogidas en el Acuerdo y ni un euro más. Le da igual cómo se reparta el dinero y si con ello se logra o no la equiparación porque por mucho que digan de puertas afuera, la realidad es que nunca han apostado por un equilibrio salarial entre miembros de los distintos cuerpos policiales y no van a empezar ahora, las pruebas son evidentes. Empero la cosa no termina aquí, en lo que se refiere a los componentes de la Benemérita, ya que Marlaska ha tenido el poco tacto de designar como Director General del Instituto a un señor, magistrado como él e hijo del Cuerpo, para ejecutar determinado trabajo sucio, como ha sido 'birlarles' a los guardiaciviles un 1'72% del dinero que les correspondía en este segundo tramo equiparador, que está a punto de ser ingresado en las respectivas cuentas bancarias a fin de arrancar -o intentarlo al menos- un buen puñado de votos, pese a haber contraído un compromiso con las asociaciones profesionales firmantes del Acuerdo, en una demostración del escaso aprecio que tiene a los valores que a buen seguro adornaron a su progenitor y que a buen seguro también trató de inculcarle, sin demasiado éxito como se ha visto. También cabe traer a colación ese intento de sustraer dinero a los miembros de la Guardia Civil aquejados por una baja médica de larga duración, siendo sabedor de que, a diferencia de otros colectivos de funcionarios, nadie cubre esa pérdida monetaria al tener un sistema de protección social diferente. Bien es cierto que todavía no se ha aprobado la norma pero no es menos veraz que su predisposición a hacerlo no alberga duda alguna. Triste trayectoria la de Félix Azón que no dejará buen recuerdo de su paso por la Benemérita.-

En conclusión, si estos responsables políticos que ahora padecemos siguen en sus puestos tras las elecciones, el futuro se antoja complicado, cuando menos. De principio, lo que tengo claro es que la equiparación se irá al garete, gracias a un certero 'Marlaskazo' en toda la nuca.-