Por Alberto Llana Publicado el 29 de mayo de 2016
El nuevo desatino de la Dirección General de la Guardia Civil se refiere a las vacaciones de verano que se aproximan. Una vez solicitados los turnos pertinentes por los interesados, se descuelgan con que, a quienes tienen concedido el primero de ellos, que finalizará el próximo día 15 de julio, les quieren 'mangar' dos días que, según la normativa en vigor, están incluidos específicamente dentro de dicho turno. Concretando el problema, decir que la orden general que regula las cuestiones vacacionales beneméritas, establece que cuando el disfrute de días de crédito de vacaciones finalice en viernes y comprenda al menos desde el lunes de esa semana de forma consecutiva, el periodo vacacional abarcará, en todo caso, además de estos días de crédito, el sábado y domingo inmediatamente posteriores a su finalización. Ahora, sin venir a cuento, resulta que las autorizaciones para disfrutar ese turno, traen la coletilla de que tales días adicionales no se estiman englobados en el mismo. Fíjense los lectores en un dato: la normativa a la que me refiero entró en vigor el pasado 1 de febrero y ya la están vapuleando a conveniencia. Y yo me pregunto si los 'listos' que elaboran las normas, los que fijan la extensión de los diferentes turnos y quienes interpretan esas normas son poseedores del cociente intelectual mínimo para afrontar tan seria tarea.-
Porque si se prevé que pueda haber problemas de personal los días 16 y 17 de julio por la confluencia de la finalización de un turno y el comienzo del siguiente, bien podrían haber configurado los turnos de forma distinta, terminando el primero el día 17 de julio sin ir más lejos. También podrían argumentar razones del servicio para llevar a cabo el amaño, aunque dudo que la inmensa mayoría resistiera un análisis serio acerca del potencial de servicio disponible y la forma de gestionarlo, por lo que seguramente han decidido descartarlo por inviable. Un dato al respecto: si realmente hubiera tales necesidades, no se comprendería por qué esos dos días sí existen y el fin de semana electoral (25 y 26 de junio) no. Quizás sea porque para las elecciones aflora personal de sitios recónditos al olor de las dietas electorales y en julio no habría vil metal de por medio... vete a saber.-
El caso es que los afectados están muy cabreados con la situación, entre otras cosas debido a que nadie les advirtió previamente de la posibilidad de saltarse a la torera la norma y quedarse sin esos dos días que les corresponden. De haber sido así, al menos hubieran podido planificar sus vacaciones con conocimiento, al margen de recurrir la decisión, ya que el derecho les asiste. Pero que vengan a última hora con esta patraña, al margen del enojo antedicho, lo único que demuestra es falta de previsión o, lo que sería aún peor, ausencia de ganas de avisar con tiempo. Teniendo en cuenta que, por lo que he podido recabar, en la Dirección General ya se barajaba esta posibilidad desde, al menos, el mes de abril, me decanto por la peor de las posibilidades.-
Lo más curioso del caso es que, se mire por donde se mire, las razones aducidas por la Dirección General no tienen acomodo de ningún tipo. Y no solamente porque la norma específica sobre vacaciones deje clara la situación. Además, y a esto me refería, la torticera interpretación sobre otra norma, la correspondiente a jornada laboral y aquella 'ocurrencia' de los 'vacalibres' ya comentados por mí en otras ocasiones, al final resulta que se les ha vuelto en contra dado que, precisamente, contempla la situación descrita y establece que el fin de semana forma parte del periodo de vacaciones.-
AUGC ya ha solicitado oficialmente que se aplique la normativa sin cortapisas, pero en una época como la actual, en la cual se hacen las cosas por las bravas, ignorando normas y razones, será raro que rectifiquen. Sabedores de que su actitud no tendrá consecuencia alguna, la prepotencia aflorará en toda su magnitud, que es mucha. Por ello ya tenemos confeccionado el recurso administrativo para quienes deseen hacer uso del mismo. Y como seguramente la solución no llegará a tiempo, no me queda más remedio que invitar a usar la imaginación y las otras normas en vigor para evitar que les salga bien la jugada, teniendo en cuenta la forma tan sucia en que han puesto las fichas sobre la mesa.-
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