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LAS EXPLICACIONES DEL GRANDE

Escrito por LlanAUGC 04-04-2019


Por Alberto Llana

Un jornada antes de conmemorarse el 175º Aniversario de la creación de la Guardia Civil, el actual ministro del Interior Grande-Marlaska iba a acudir -por vez primera- a una reunión del Pleno del Consejo de la Guardia Civil. Las razones de su repentino interés por este órgano eran meramente políticas, cómo no. En un clima preelectoral cualquier nido de votos cuenta y lo que estaba claro en esos momentos es que, tras sacar pecho de manera indisimulada por haber cumplido el primer tramo de los tres que conforman el Acuerdo de equiparación salarial firmado entre asociaciones de guardiaciviles, sindicatos de policías nacionales y el anterior Ejecutivo, y haber dejado claro que también cumplirían con el segundo de ellos, las cosas se habían torcido. De un lado, el Director General de la Benemérita, Félix Azón, decidió por su cuenta y riesgo modificar el porcentaje monetario que recibirían los componentes del Cuerpo en beneficio de los miembros de la Policía Nacional pese a haber adquirido un compromiso por escrito de no hacerlo, dejando patente, al igual que otros individuos que han ostentado su mismo cargo, que no es merecedor de dirigir un Instituto en el que el honor es la principal divisa.-


Por otra parte, hacía más de un mes y medio que el estudio elaborado por una auditoría independiente debería estar en manos de las organizaciones firmantes y resulta que no aparecía por ningún lado pese a que la propia empresa auditora dejó claro que lo había terminado y entregado a tiempo al ministerio que dirige Marlaska. Un estudio que debería reflejar las diferencias monetarias entre guardiaciviles, policías nacionales y mozos de escuadra, puesto a puesto, como reza el Acuerdo certificado. Y ello no podía por menos que oler a cuerno quemado para los agentes afectados. A mayores, se había publicado en un medio de comunicación una noticia en la que se afirmaba que tal demora era debida a las presiones del ministerio sobre la empresa con el fin de cambiar las conclusiones del estudio, en un intento de demostrar que la cantidad inicialmente pactada de 807 millones de euros era suficiente para lograr la justa equiparación salarial que lleva tres décadas de retraso, nada menos. Cabe recordar que otro punto del Acuerdo recoge la introducción de las correcciones que sean precisas al objeto de culminar el equilibrio salarial entre unos y otros. Lo que se traduce en que si hay que poner más dinero sobre la mesa, se pone y punto, algo que no parece gustar al actual Ejecutivo, más pendiente de repartir billetes para calmar causas soberanistas que de hacer justicia con sus funcionarios. La demostración más evidente acaba de conocerse hace escasas horas, cuando un diario ha desvelado que Marlaska encargó un informe al Consejo de Estado a fin saber a qué atenerse en cuanto a la obligación de cumplir la parte del Acuerdo referente a tener que aumentar el montante dinerario previsto y, también, a la obligación de aprobar una norma que evite diferencias monetarias en el futuro.-


Por ello, el señor Grande optó por hacer de tripas corazón y bajar a la arena del Pleno del Consejo de la Guardia Civil a intentar aclarar las cosas, calmar los ánimos y atajar un descontento que bien puede traducirse en un notable puñado de votos menos en la elecciones generales del 28 de abril. ¡Con lo bien encaminado que lo tenía tras asegurar que el montante económico correspondiente a este año se percibiría, con atrasos desde enero, justo dos días antes de los comicios!... Pues eso, que aseguró que se presentaría ante los representantes democráticamente elegidos por los miembros de la Benemérita y resultó que al inicio de la reunión ni estaba ni se le esperaba. Visto el malestar de la inmensa mayoría de representantes electos, salvo el de siempre, se argumentó que el ministro comparecería a última hora, dadas sus obligaciones políticas. No se cómo lo verán los demás pero para mí eso no deja de ser un nuevo desprecio hacia los componentes del Cuerpo por parte de un Marlaska empeñado, al igual que el Director General de la Guardia Civil, en dilapidar todo el prestigio acumulado en su época de juez.-


Sea como fuere, finalmente el ministro apareció por la sede de Guzmán el Bueno a ofrecer su visión de las cosas. Por supuesto que todo estaba correcto y no hay motivo alguno de preocupación por el proceso equiparador. La tardanza en dar a conocer el estudio elaborado responde a que no está confeccionado sobre los parámetros establecidos (la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Mª Botella, aseguró un par de días después que la empresa auditora era incompetente y les había entregado un bodrio, tal cual), algo que deberían determinar todas las partes implicadas y no solamente la Administración, si existe esa buena voluntad que han tratado de vendernos. Sin embargo, las certezas discurren por otros caminos. Este gobierno pretende jugar la partida con una baraja marcada y, además, varios ases adicionales que ni siquiera trata de esconder en la manga. Y cuando señalas las trampas, se indigna y replica que como se siente insultado, se va a levantar de la mesa llevándose el bote. Señor Marlaska, haga usted lo que le plazca, como hasta ahora en este asunto, pero si piensa que vamos a obviar estos sucios manejos, va listo. El contrato firmado con la empresa consultora otorgaba un plazo de seis meses para entregar el estudio, plazo que expiró el pasado 4 de marzo, y pese a que la auditora entregó con tiempo de sobra el estudio, no han querido saber nada de él porque sus conclusiones no son las esperadas. No cabe otra interpretación ya que si realmente estuviera mal ejecutado, simplemente lo enseñarían y entre todas las partes afectadas decidirían qué hacer al respecto. Usted sabe perfectamente, aunque quizás la mayoría de quienes lean estas líneas no, que el compromiso firmado con esa empresa contempla una fecha máxima de entrega pero no prórroga alguna, y ahora nos viene con que le han concedido 45 días adicionales para rehacer el estudio. Un plazo que comenzó a correr, curiosamente, el mismo día en que se dignó a dar la cara ante los representantes de los guardiaciviles y concluye después de las elecciones generales, lógicamente.-


Veamos si me aclaro, señor Marlaska, o sea que en los casi seis meses que ha durado la confección del estudio, durante los cuales han podido comprobar en varias ocasiones cómo avanzaba el mismo, no detectando ninguna anomalía al respecto, y teniendo en su poder el informe completo varios días antes de que se culminara ese medio año estipulado para su elaboración (a finales de febrero más concretamente), han decidido esperar hasta el 27 de marzo para tomar la decisión de prorrogar lo improrrogable por contrato, estableciendo unilateralmente un margen temporal que se alarga más allá de los comicios del 28 de abril para rehacerlo. Pues qué quiere que piense al respecto, señor ministro... que es una vergüenza sin paliativos. Si realmente están comprometidos con el proceso de equiparación salarial de guardias civiles y policías nacionales no pueden andar jugando al escondite, hurtando del conocimiento de las organizaciones firmantes los resultados de la auditoría, por muy bodrio que les parezca a los responsables políticos de turno. Se pone encima de la mesa, se estudia a fondo y se decide si cumple o no los parámetros establecidos por contrato. En caso negativo, entre todos se toma la decisión de prorrogar el tiempo acordado, cuestión harto complicada desde un punto de vista legal ya que, repito, el contrato no lo prevé, pero dado que ustedes lo han hecho por que les ha dado la gana, aceptemos que podría ser una solución viable, aunque solamente después de firmar un nuevo compromiso, sin coste para la Administración, en el que se le conceda a la empresa ese tiempo extra y dejando bien claro qué cuestiones tienen que venir recogidas en el estudio para que no haya margen de error. O a lo mejor, si la empresa auditora es tan mala (cosa que no me creo a día de hoy), cabría buscar otra diferente y empezar de cero. Total, si lo que pretenden es 'salvar los muebles' hasta después de las elecciones, lo habrían logrado sin quedar como unos desaprensivos.-


Mire usted señor Grande, el plazo para culminar el proceso equiparador se estableció en tres años y si bien nos hubiera gustado conocer el estudio de la auditoría en tiempo y forma, por mal que estuviera realizado, lo que está claro en estos momentos es que por mucho que aparezca, sus resultados estarán bajo la sombra de la sospecha. Y si al final del proceso no se logra esa equiparación salarial solo habrá dos responsables directos... uno, usted mismo como ministro del ramo y, segundo, el Ejecutivo al que pertenece y que le respalda. ¡Suerte el 28 de abril!



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