Escrito por LlanAUGC 06-12-2017
Por Alberto Llana
En los últimos días hemos asistido a la toma de determinadas decisiones judiciales por parte del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Como es sabido, este Magistrado decidió el pasado lunes que varios de los miembros del Govern catalán destituidos por la aplicación del famoso artículo 155 de la Constitución y encarcelados de forma preventiva por la presunta comisión de varios delitos (rebelión, sedición, malversación y otros delitos conexos), pudieran obtener la libertad bajo fianza, mientras que otros dos deberían permanecer en prisión. Al día siguiente, este juez también optó por retirar la orden europea de detención contra Puigdemont. Estas variadas resoluciones han cosechado críticas y opiniones encontradas, dependiendo del posicionamiento de cada cual pero, en lo que a mí respecta, demuestran claramente que han sido adoptadas en virtud de su propio criterio y, en base a lo publicado en los diversos medios de comunicación, con un razonamiento lógico y ajustado a Derecho, al margen de que otros puntos de vista desiguales tengan igualmente su lógica y encaje legal.-
En primer lugar cabe recordar que los ex miembros del Govern, privados de libertad por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, tomaron la decisión de solicitar que su caso fuera trasladado al Tribunal Supremo, esperando ser puestos en libertad bajo fianza como ocurrió con la ex presidenta del Parlament Carme Forcadell, la cual accedió a esa medida tras asumir la intervención derivada de la aplicación del artículo 155 de la Constitución y renunciar a cualquier actuación futura fuera del marco constitucional. Si confiaron en aquellos momentos en el criterio del juez Llarena, no se comprende que aquellos que no han obtenido el resultado buscado monten ahora en cólera tras la resolución del magistrado, máxime cuando otros seis de sus compañeros sí han logrado su propósito. Dicen que Oriol Junqueras se sintió humillado por ser tratado como un preso preventivo más y que la decisión de su permanencia en la cárcel estaba tomada de antemano. Ante eso solo cabe decir que fue tratado como lo que es en estos momentos y que no debe olvidar que su actual compañero de celda, Joaquim Forn, se queda a su lado, por lo que los motivos de su continuidad en Estremera debería buscarlos en otro sitio y dejarse de confabulaciones, de las cuales sabe un rato, por otro lado. Quizás en su intervención más directa en los supuestos delitos de los que se le acusa por su condición de ex vicepresident catalán y/o en sus declaraciones ante Llarena y su posición equívoca ante el acatamiento de la Constitución y las leyes, sin sombra de duda.-
No he mencionado hasta el momento a los 'Jordis' por una razón fundamental. Los supuestos delitos por los que están en la cárcel nada tienen que ver con los que se imputan a los ex componentes del gobierno catalán cesado y, por mucho que se empeñen en darles un tinte político, intentando establecer una especie de parapeto legal tras el que indudablemente se escudan quienes tomaron decisiones de índole político que los tribunales de justicia analizarán llegado el momento, nada tienen que ver con ello y, por tanto, los parámetros que han llevado al juez a mantener su prisión provisional se han guiado por ciertos condicionantes diferentes, aunque se estime, como en el caso de Oriol Junqueras y Joaquim Forn, que sus actuaciones están vinculadas directamente con una explosión violenta que puede llegarse a reproducir, caso de ser puestos en libertad.-
Por último, la decisión de Llarena de retirar la Euroorden contra Puigdemont. Aunque de principio pueda entenderse fuera de lugar, una vez conocido el razonamiento del magistrado para llegar a esa conclusión, no lo parece en absoluto. Aquí entra en juego la complejidad y diversidad del ordenamiento jurídico de cada Estado. Y es bien cierto que, de conceder Bélgica la extradición solicitada, lo hiciera en unos términos no aceptables para quienes deseamos, en general, que los delincuentes paguen por todos y cada uno de los delitos cometidos. Por otra parte no está de más recordar que el proceso de extradición podría incluso alargarse durante un año, tal y como advirtió el abogado defensor del ínclito, por lo que carece de sentido seguir enfangados en una cuestión que lo único que conlleva es un reconocimiento de víctima política de un sujeto que en ningún caso merece. Del mismo modo es sabido que el Puigdemont es candidato en las elecciones del 21-D y, o mucho se tuercen las cosas o saldrá elegido, quien sabe si incluso con opciones a repetir como President. Por tanto, si quiere tomar posesión del acta de diputado deberá pasarse por España y aquí le espera la Justicia como agua de mayo. En cuanto a la extendida opinión acerca de que la retirada de la orden europea deja en mal lugar a la justicia española, no opino del mismo modo. Los Autos judiciales han cambiado de juzgado y de Tribunal, y quien ahora los lleva valora las cuestiones preliminares (porque en preliminares estamos, no lo olvidemos) a su manera, demostración de la independencia de cada magistrado y de su valoración de acuerdo a las reglas del sano juicio. Me barrunto que a la justicia belga no le guste demasiado este cambio de opinión, pero han tenido tiempo más que sobrado para decidir sobre el particular antes de llegar a este punto. Si optaron por tomarse las cosas con tranquilidad y prolongar la intriga más de lo aconsejable, es su problema. Lo que han trasladado en definitiva es que no tienen nada que reprochar a ningún sistema judicial ajeno porque el propio deja bastante que desear... lo mismo que sus prisiones.-
En resumen, que las decisiones de Llarena están suficientemente justificadas y aunque creo que ninguno de los encarcelados provisionalmente debería haber abandonado la prisión, y motivos para ello había de sobra, la postura del juez Llarena quedó patente cuando dejó en libertad con fianza a Carme Forcadell y el resto de miembros de la Diputación Permanente del Parlament. De hecho, casi sorprende que cuatro de los presuntos delincuentes sigan entre rejas.-
PD: Para consultar el Auto completo del juez Llarena, pinche el siguiente enlace:
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