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LA PRIMERA INTERVENCIÓN DE LA GUARDIA CIVIL

Por Alberto Llana


A comienzos del mes de marzo, la cuenta oficial de Twitter de la Guardia Civil enviaba un mensaje con un recordatorio histórico. Decía así: “¿#SabiasQue la primera intervención de la @guardiacivil tuvo lugar en Navalcarnero Madrid el 12 de septiembre de 1844 al evitar el asalto a la diligencia de Extremadura?”. Lo primero que llama la atención, supongo, es la calidad ortográfica del mensaje en sí porque aún admitiendo que hay que ir al grano en una red social donde los caracteres por mensaje están tasados y es raro poder andarse con florituras, qué menos que poner un par de comas o unos paréntesis abrazando 'Madrid', máxime si vas sobrado de espacio, tal es el caso, y se trata de una cuenta oficial. No obstante, lo que motivó mi respuesta al tuit fue la afirmación de que ese había sido el primer servicio del Cuerpo. Lo que contesté es que, en todo caso, ese habría sido el primer servicio de relevancia ya que anteriormente se habían realizado otros que por las razones que fueran no figuran en los libros de historia, aunque sí en la hemeroteca propia de la Benemérita. De lo que no me di cuenta en ese preciso momento fue que la fecha estaba equivocada. Por ello mejor contar un poco el devenir de la Benemérita tras su efectiva puesta en funcionamiento y sacar conclusiones al efecto.-


Tras aprobarse el segundo decreto fundacional de la Guardia Civil, el 13 de mayo de 1844, hubo un periodo de reclutamiento y posterior instrucción antes de iniciar el despliegue por el territorio nacional para comenzar a prestar servicio. Con motivo del cumpleaños de la Reina Isabel II, el 10 de octubre de 1844, se procedió a la solemne apertura de las Cortes, acto en el que participó un contingente del Cuerpo, aunque no fuera esa la primera ocasión en que el Instituto formaba ante la ciudadanía toda vez que la 'presentación' oficial en público había acontecido el primero de septiembre en la zona de Atocha para conmemorar la designación del Duque de Ahumada como Inspector General. La formación que se pudo ver aquel 10 de octubre estaba constituida por 2 Jefes, otros 27 oficiales entre Comandantes, Capitanes y subalternos, 5 compañías de Infantería, con un total de 693 guardias y 2 escuadrones de Caballería que sumaban conjuntamente 236 jinetes, destacando la prensa la admiración que despertó la parada por el vistoso uniforme de los guardias y el porte de los mismos. De principio ya podemos comprobar que si este acto se desarrolló a comienzos del mes de octubre de 1844, resulta imposible que el 14 de septiembre ocurriera ese servicio destacado que mencionaba el tuit antes reseñado.-


El día 20 del tan repetido mes de octubre, por soberana resolución, se dispuso la distribución de la fuerza entre las provincias cuya demarcación formaba parte del distrito militar de Castilla La Nueva. Así, la primera Compañía de Infantería quedó encuadrada en la propia capital al objeto de prestar servicio en sus calles, lo que constituyó toda una novedad por ser el primer intento serio de establecer en la Corte una fuerza armada y organizada militarmente en el cometido de seguridad pública. La segunda Compañía y un escuadrón de caballería para la provincia de Madrid. La tercera Compañía para la provincia de Toledo. La cuarta Compañía y otra Sección de Caballería fue destinada a la provincia de Cuenca. Quinta Compañía y Sección de Caballería a la provincia de Ciudad Real y, por su parte, la sexta Compañía así como otra Sección de Caballería para la provincia de Guadalajara.-


Y, sí, el primer servicio destacable al que normalmente se alude es el de haber impedido el asalto a la diligencia de Extremadura, pero no el 12 de septiembre como aseveran muchos sino el mismo día del mes de noviembre. Además de lo antedicho, tenemos el testimonio escrito del Coronel Jefe del Primer Tercio, Ramón Purgolt, persona que debería tener su propio comentario, dada su relevancia en los primeros años del Cuerpo y su extensa carrera militar. Este Coronel envía un parte al Inspector General, fechado el 13 de noviembre de 1844, recogido en la “Guía del Guardia Civil”, número 1, de 1850, y en el que le traslada lo que sigue: “Excmo. Sr.: El Sub-Ayudante de este Tercio D. Fernando Delgado, con fecha de ayer, me dice lo que copio: En cumplimiento de las órdenes que tenía de V.S. me constituí en este pueblo con la caballería que saqué acompañado del Celador D. Demetrio López. Llegamos a este pueblo (Móstoles) a las doce, en donde reunidos al destacamento del mismo, a las órdenes del Teniente D. Matías del Campo, y del de Carabanchel, tomamos las medidas oportunas para la captura de una partida de forajidos que se hallaban robando en el camino, desde el canto de la legua a la salida de este pueblo, hasta el puente de Navalcarnero. En efecto, a las cinco de esta misma tarde, al dar vista a dicho puente por todos los costados, se logró capturar a cuatro de dichos bandidos, de los cuales quedó uno muerto en el campo por haber hecho resistencia; habiendo logrado fugarse otros cuatro por lo escabroso del terreno y estar la noche encima.

Dichos sujetos capturados son: Antonio García, natural de Lancara, y vecino de Madrid; Juan Pérez, natural de Fuentes, sin domicilio; José Chacón, natural de Valdepeñas, vecino de Madrid, y el muerto que no se sabe más, que se apellidaba Blanco, todos ellos entre veinte y treinta años.

Dicha partida tenía detenidas unas veinte personas a quienes habían robado las caballerías, dinero y efectos: todo lo que les fue devuelto a la entrada de este pueblo. Las personas robadas han sido arrieros pobres de Navalcarnero y pueblos inmediatos, contándose entre ellos como más notables, D. Francisco Mesa, D. José Blanco, D. Francisco Arribas y D. Antonio Corral, personas de arraigo en dicho pueblo de Navalcarnero. Los culpables se hallan presos en esta cárcel, que con el muerto, tres trabucos y municiones, serán trasladados a esa Corte, haciendo nuestra salida de este pueblo a las ocho de la mañana del 13 no verificándolo esta misma noche por estar la caballería muy cansada y sin comer.

Todos los individuos se han portado bien en la referida ocurrencia; recomendándole muy particularmente al Teniente D. Matías del Campo, Jefe de este destacamento, que estuvo muy pronto al ocupar el puesto que le designé, habiéndolo hecho del del D. Demetrio al Excmo. Sr. Jefe superior político.

Lo que tengo el honor de participar a V.E. para su superior conocimiento”.-


Del contenido de este mensaje también se deduce que el suceso tuvo lugar el 12 de noviembre de 1844. Por cierto, revisando documentación para la elaboración de este comentario me he topado con el mismo tuit que aludí al principio pero enviado el 04 de marzo de hace tres años. En aquella ocasión, “Madrid” sí iba entre paréntesis.-


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