Por Alberto Llana
Resulta ampliamente conocido que la Virgen del Pilar es la Patrona de la Guardia Civil pero en cierta medida también lo fue la Virgen de Covadonga. O al menos es la conclusión que yo extraigo, veamos los motivos. La Virgen del Pilar lo es por derecho propio e indiscutible, nada más lejos de cuestionar mínimamente este hecho y, además, por tres veces, ya que no solo fue proclamada como Patrona en su momento sino que fue confirmada como tal en dos ocasiones.-
El Duque de Ahumada, fundador del Cuerpo en 1844, decidió crear la Compañía de Guardias Jóvenes, y lo hizo mediante Real Orden de 1º de abril de 1853 al objeto de proporcionar “educación de los huérfanos y de los hijos de las clases de tropa que sirven con honradez en la Guardia Civil”. Esta Compañía se ubicó en la madrileña localidad de Valdemoro, en las dependencias de la antigua Real Fábrica de Paños Finos, propiedad del Marqués de Vallejo. En 1864 se habilitó en aquel edificio una capilla, creándose una plaza de “capellán profesor”, siendo escogido para la misma un presbítero de nombre Miguel Moreno Moreno. Como aragonés que era, colocó una imagen de la Virgen del Pilar en la Capilla, dando comienzo a la historia. Una historia que quizás no hubiera llegado a cuajar de no ser por Antolín López Peláez.-
Antolín era hijo del Cuerpo, habiendo nacido en la casa-cuartel de Manzanal del Puerto (León), en 1866. Con solo 12 años ingresó en el Colegio de Valdemoro, donde se empapó de la devoción por la Virgen del Pilar, una devoción más acentuada en su caso porque su devenir no seguiría los caminos de la Guardia Civil por mucho tiempo. Tras obtener una beca en el seminario de Astorga inició la senda eclesial, siendo, según cuentan, un alumno brillante. Tal es así que en 1905, cuando todavía no contaba 40 años de edad, fue nombrado Obispo de Jaca y dos años después senador del Reino. También fue miembro de las Reales Academias de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes, de las Ciencias Morales y Políticas, escribiendo más de una veintena de obras de temáticas diversas, siendo traducidas algunas de ellas al francés, italiano, portugués o alemán.-
Antolín López realizó múltiples gestiones en aras a lograr su objetivo, la declaración de la Virgen del Pilar como Patrona del Cuerpo. Ayudó mucho su amistad con el Provicario general Castrense, Jaime Cardona y Tur, Obispo de Sión y Patriarca de las Indias, así como senador del Reino. Finalmente logró su propósito y por Real orden circular de 8 de febrero de 1913, dimanante de la Sección de Instrucción, Reclutamiento y Cuerpos Diversos del Ministerio de la Guerra, se oficializaba el Patronazgo de la Guardia Civil con este sencillo texto: “Visto el escrito que el Director general de la Guardia civil dirigió á este Ministerio en 7 del mes próximo pasado, y teniendo en cuenta el favorable informe del Provicario general Castrense, el Rey (q.D.g.), se ha servido declarar Patrona de la Guardia Civil á Nuestra Señora la Virgen del Pilar”.-
Así aconteció el primer nombramiento, aunque unos años después fue abolido. Efectivamente, pocos días después de proclamarse la segunda república, se aprobó la Orden Circular de 12 de mayo de 1931, cuyo artículo primero establecía que, “en lo sucesivo dejarán de celebrarse por el Ejército los Santos Patronos que diversas disposiciones habían asignado a cada Arma o Cuerpo, suprimiéndose, por tanto, las fiestas consiguientes”. Y en su segundo precepto disponía que “en su lugar se instituye el Día del Ejército, que todas las Armas y Cuerpos celebrarán como fiesta propia el día 7 de octubre de cada año, en conmemoración de la gloriosa jornada de Lepanto”. Habría que esperar siete años y medio hasta que el 14 de noviembre de 1938, durante el desarrollo de la Guerra Civil, se dictara la Orden del Ministerio de Defensa Nacional, por la que recobraban nuevamente vigor “todas las disposiciones que proclamaron a los Santos Patronos (con cita expresa a la Virgen del Pilar) Protectores especiales de cada una de las Armas y Cuerpos que tradicionalmente los han honrado y venerado como tales”. Esa fue, digamos, su primera 'confirmación'.-
Algo más de un año después, surgiría de nuevo la polémica y las dudas, ¿por qué? Tras la entrada en vigor de la Ley de 15 de marzo de 1940, la Guardia Civil 'absorbía' al también Benemérito Cuerpo de Carabineros. El artículo cuarto de esa norma recogía que: “Se suprime la actual Inspección General de Carabineros, cuyos cometidos y funciones se agruparán en una sola Sección de la Dirección General de la Guardia Civil a cuyo Director General pasarán las atribuciones conferidas actualmente a la Inspección General del Cuerpo de Carabineros. El personal de este cuerpo estará adscrito a los distintos servicios que por esta Ley se fijen como privativos del Cuerpo de la Guardia Civil, en la forma que, con arreglo a las aptitudes y condiciones de su personal, determine el Director General”. Así, la Guardia Civil asumió nuevas competencias, principalmente las de resguardo fiscal del Estado (persecución del contrabando y vigilancia de costas y fronteras). Sin embargo, los miembros que habían pertenecido al Cuerpo de Carabineros, aproximadamente un tercio del total de la plantilla de la Guardia Civil tras la integración, veneraban a otra Patrona, la Virgen de Covadonga, proclamada como tal por Real Orden de 16 de enero de 1929.-
Para aclarar la controversia se elevó consulta urgente al ministro del Ejército el 30 de septiembre de 1940. El Vicario general castrense, que en aquellos momentos era el Arzobispo de Toledo, Gregorio Modrego Casaus, emitió un informe que rezaba: “Al pasar el extinguido Cuerpo de Carabineros a formar parte del Benemérito Instituto de la Guardia Civil, perdió con su personalidad propia la del Patronazgo espiritual de la Santísima Virgen de Covadonga que iba unido a aquélla. Y como por otra, con la Ley de 15 de marzo del año actual, no se creó, según consta en su preámbulo y artículo primero, un nuevo Cuerpo de la Guardia Civil, sino que se reorganizó el existente ya, a fin de asegurarle el espíritu y virtudes que siempre tuvo, debe de considerarse sin más a la Virgen del Pilar como celestial Patrona del actual y Benemérito Cuerpo, así como de los individuos que al mismo pertenezcan, cualquiera que fuere su procedencia”. Ello significó la segunda 'confirmación' de su patronazgo.-
No obstante, durante el escaso tiempo en que tardó en aclararse la situación, bien podría decirse que la Guardia Civil contó con dos patronas, la propia del Cuerpo y la que veneraban los Carabineros que fueron integrados en el Instituto. Yo, como asturiano, Guardia Civil y, además, durante muchos años realizando funciones de resguardo fiscal, las que antaño realizaron los Carabineros, me gusta pensar que 'La Santina' tiene cierto vínculo con la Benemérita. Y ya puestos, recordar que la Virgen de Covadonga “ye pequeñina y galana, aunque baxara del cielu, no hay pintor que la pintara...”.-
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