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LA GUARDIA CIVIL EN PORTUGAL

Por Alberto Llana


La proyección internacional de la Guardia Civil es una constante en su larga historia. Fundada en 1844, con objeto de afrontar los problemas de seguridad internos, sobre todo el extendido bandolerismo, calamidad habitual desde la época de los romanos y generalizada durante el periodo musulmán, alcanzó el culmen en la primera mitad del Siglo XIX. Habían transcurrido tan solo tres años desde su creación cuando la Benemérita hubo de afrontar su primera misión fuera de nuestras fronteras, más concretamente en Portugal. Desde 1846 nuestro país vecino se hallaba enfrascado en una guerra civil –conocida como 'guerra da Patuleia'–, originada por cuestiones dinásticas. En su zona norte se había constituido la Junta Revolucionaria de Oporto que incitó a la sublevación de las provincias de Beira y de Miño. Necesitando ayuda externa para pacificar la zona, el gobierno portugués acude a sus socios de la “Cuádruple Alianza”, tratado internacional firmado el 22 de abril de 1834 entre España, Portugal, Reino Unido y Francia, mediante el cual los cuatro países se comprometieron a expulsar de España al infante Carlos y de Portugal al infante Miguel.-


Francia, Reino Unido y España envían contingentes militares a Portugal, los franceses y británicos se limitan al ámbito marino, mientras España, aparte del apoyo naval, manda tropas vía terrestre por dos frentes distintos. El 3 de junio de 1847 entran por Valença do Minho y el 11 de junio por la frontera cercana a Alcañices (Zamora). Este segundo contingente integra una Sección de Caballería de la Guardia Civil, compuesta por 40 hombres y dos oficiales bajo el mando del entonces segundo Capitán Francisco Aguirre. Destacar que a iniciativa del fundador del Cuerpo, el Duque de Ahumada, y poco antes de la partida del segundo grupo de tropas referido, se aprobó la Real Orden de 07 de junio de 1847, por la que se consignaban los cometidos de la Guardia Civil en su servicio de campaña. Posteriormente, esta redacción quedó incorporada en el Reglamento Militar del Cuerpo de 1852, siendo su contenido el que sigue:

  • La sección de la Guardia Civil en un Ejército de operaciones depende directamente del jefe del Estado Mayor General.-

  • Se le considerará siempre de servicio y todos los militares, de cualquier graduación, deben acatar las indicaciones que le hagan referentes a su Instituto.-

  • Debe vigilar sobre la perpetración de delitos comunes, arrestar a los culpables y mantener el orden.-

  • Una de sus principales obligaciones es proteger a los habitantes del país ocupado.-

  • Igualmente debe comprobar las autorizaciones de cuantos paisanos sigan a las tropas, arrestando a los que no estén provistas de ellas.-

  • En las marchas la Guardia Civil detendrá a cuantos se separen del grueso por la vanguardia o flancos e incorporará a los rezagados.-

  • Se encargará del cumplimiento de las órdenes del jefe de Estado Mayor con respecto a la marcha de equipajes, brigaderos y vivanderos.-

  • En los pueblos por donde pase la tropa cuidará del orden en los puestos donde se venden los artículos de primera necesidad, vigilando que no haya alteración ni fraude en las pesas y medidas.-

  • Por otra parte, el comandante de la Guardia Civil elegirá de acuerdo con el Gobernador general del cuartel el lugar destinado a prisión.-

  • En los Cuarteles generales (el Cuerpo) cuidará de la ejecución de las leyes del Reino, bandos, órdenes generales del Estado, o de las del jefe de Estado Mayor General y Gobernador general del cuartel, y para cuidar su puntual observancia, mantendrá patrullas de parejas que celan su cumplimiento.-

  • La fuerza de la Guardia Civil se alojará en las proximidades del jefe del Estado Mayor General o Gobernador general del Cuartel”.-

La campaña, cuya misión principal era la de desalojar a los elementos de la Junta revolucionaria de las regiones norteñas de Minho y Tras os Montes -situadas entre la frontera gallega y el Duero-, dirigiéndose a continuación hacia Oporto, resulta bastante sencilla. Tal es así que el 24 de junio las dos regiones, salvo la ciudad portuense, están controladas. Tras unos día de conversaciones con los sublevados en Gramido, localidad a las afueras de Oporto, se suscribe el denominado “Tratado de Gramido” y las tropas españolas entran en la ciudad el 30 de junio, permaneciendo poco más de un mes. Durante ese lapso temporal, la Guardia Civil se encarga de patrullar y garantizar la seguridad ciudadana, en cumplimiento de lo establecido en los puntos tercero y cuarto de la antedicha Real Orden, de la que cabe destacar el segundo de ellos que recogía: “Una de sus principales obligaciones es proteger a los habitantes del país ocupado”, obteniendo el aprecio y reconocimiento de la población.-


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