Escrito por LlanAUGC 20-10-2018
Por Alberto Llana
Esta semana comenzaba con el trágico asesinato de un guardiacivil en Granada. Las muestras de dolor y rechazo ante el crimen no se hicieron esperar y fueron mayoría, aunque como resulta demasiado habitual también hubo unas cuantas personas que no perdieron ocasión de exteriorizar su infamia a través de mensajes en redes sociales. Una de esas personas resultó ser un mozalbete asturiano deseoso de hacerse el gracioso y confundiendo la libertad de expresión con la impunidad de expresión, cuestiones un tanto dispares por cuanto esa libertad permite decir lo que te venga en gana, arrostrando las consecuencias que se puedan derivar del ejercicio de ese Derecho Fundamental y la impunidad de expresión es creerse exento de responsabilidad alguna, digas lo que digas.-
Pues resulta que la estólida criatura recibió un baño de realidad cuando al día siguiente de su 'gracieta' fue recibido en la hamburguesería donde trabajaba con tarjeta roja directa y despido fulminante, algo que le descolocó, tan imbuido estaba de su impunidad ante el mundo. Comoquiera que al chaval la naturaleza le privó de neuronas suficientes para discernir con mediana claridad, no tuvo mejor ocurrencia que conceder una entrevista a un diario en la que se lamenta, precisamente, de la falta de libertad de expresión existente en este país, como si alguien le hubiera prohibido manifestarse públicamente de la forma que lo hizo. Lo que no parece tener muy claro, debido seguramente a esa incapacidad manifiesta de razonar con lógica, es que cuando tecleas unas palabras en una red social y lo envías al ciberespacio, haces partícipe de tus cuitas al resto de la humanidad y puede ocurrir perfectamente que alguien se sienta ofendido por tu falta de tacto y de empatía. Y sucede lo lógico, que frente a esa libertad de expresión que se considera prioritaria se contrapone el derecho a ser respetado. Cuando se produce una colisión de derechos hay que acudir a las leyes y a los términos fijados en el contrato que te liga a la empresa para la que trabajas a fin de aclarar prioridades. De momento, que se sepa, acciones legales contra el muchacho no se ha tomado. Lo que sí ha trascendido, como digo, es su raudo despido en una decisión empresarial que le ha granjeado a la cadena de comida rápida una publicidad positiva que se tornaba de signo contrario de haber hecho la vista gorda.-
El zagal se intenta justificar alegando que quiso mostrar su indiferencia ante el asesinato del agente con la siguiente frase: “Un Guardia Civil muerto en Granada.. bonita tarde se ha quedado”. Insisto en lo obtuso del personaje porque, vamos a ver, si te es indiferente la tragedia, no te pones a redactar nada para hacerlo público y que miles o millones de personas -vete a saber- adquieran ese conocimiento. Simplemente lo ignoras o se lo comentas a tus amiguetes y allegados en privado. Pongamos un ejemplo: una persona se entera que un trabajador ha fallecido mientras laboraba y la noticia la deja impasible. Pues no se pone a enviar mensajitos aludiendo al suceso y afirmando que hace un tiempo primaveral, digo yo. Es más, en el mismo momento en que deseas hacer público ese desinterés, lo que pruebas sin duda alguna es que realmente te interesa y te ha alegrado el día. Ese y no otro es el verdadero trasfondo de sus palabras. Pero, claro, no intentes hacérselo comprender porque hasta ahí no llega el lumbreras.-
También asegura haber recibido amenazas, cuestión que rechazo sin paliativos, pero aplicando la lógica que esgrime este lelo, cabría preguntarse si no se amparan también en esa confusa libertad de expresión que cree tener para sí. Además declara que ha mantenido discusiones con independentistas a través de una red social y no ha pasado nada. Yo le propongo que envíe un mensaje del tipo “Varios independentistas están entre rejas... bonita tarde se ha quedado”, a ver qué le responden los supremacistas. Y termina la entrevista publicada con una muestra irrefutable de sus verdaderas intenciones: “Pero claro, te metes con la Benemérita y pasa esto”. Porque, como estaba claro desde el principio, el objeto de su mensaje era ese, meterse con la Benemérita.-
Pues nada, majete, espero que tomes nota y saques conclusiones. Ardua tarea en tu caso, pero no imposible, todavía estás a tiempo. Lo que pienses sobre el asesinato de un guardiacivil, policía o agente de la Autoridad en general, es problema tuyo y no es mi intención que cambies tu forma de pensar porque tienes tanto derecho como yo o cualquier otra persona a discernir lo que te plazca. Sin embargo no debes confundir la libertad de expresión con la impunidad de expresión ya que luego ocurren cosas como esta. Que una bonita tarde de lunes devino en tormentosa el martes.-
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