Escrito por LlanAUGC 28-01-2018
Por Alberto Llana
Tras la tercera reunión en un mes (y con las Navidades de por medio, no lo olvidemos), entre la Administración y los representantes de los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional acerca de una hipotética equiparación salarial de los cuerpos de seguridad estatales con los Mossos de Escuadra, ya se puede afirmar sin temor a equivocarse que los representantes gubernamentales están tratando de marear la perdiz. Esta semana el ministerio del Interior le pasó la pelota al Secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, que cumplió a rajatabla el guión escrito y volvió a posponer la concreción de la oferta salarial para un futuro encuentro a celebrar el próximo día dos de febrero.-
Si algo puede destacarse de la velada con el Sr. Nieto es la clara postura de las organizaciones representativas acerca de excluir de las negociaciones posibles recortes sociolaborales. Ya he comentado en otros artículos que la inclusión de tal extremo solamente puede encontrar explicación en el intento por parte de la Administración de desviar la atención del punto principal y, quizás, en introducir un elemento debilitador en la unidad de acción entre sindicatos y asociaciones. Si el gobierno desea 'meter tijera' en los derechos sociolaborales, dispone de elementos de sobra para hacerlo sin necesidad de buscar la complicidad de las organizaciones, algo que sabe a ciencia cierta que no va a tener. Con esto de la crisis se ha comprobado como lo que afirmo es real ya que algunos de esos derechos sociolaborales han sido mermados o han pasado a ser triste recuerdo sin someterse a negociación alguna ni conllevar adquisición o aumento de otros derechos.-
Por otro lado, la predisposición de la Administración por avanzar en una futura equiparación se evidencia con el siguiente ejemplo. El Secretario de Estado expuso la postura gubernamental de que los cálculos equiparadores deberían hacerse en base a dividir el montante total de los salarios que perciben guardiaciviles y policías nacionales entre el número de perceptores. Y ello significa que, o bien no existe la debida comunicación entre los cargos políticos ministeriales y cada cual va a 'su bola' o que nos toman por tontos. Yo, que soy un malpensado, me inclino por lo segundo y explicaré por qué. En el encuentro del pasado 16 de enero, con Zoido como vocero institucional, se hizo entrega a los representantes de los agentes un documento que contenía cinco puntos. En el tercero de ellos se exponía que “Dada la dificultad para fijar, puesto a puesto, esa equiparación, el Ministerio del Interior se compromete a solicitar el incremento de las partidas presupuestarias del Capítulo I de los próximos tres presupuestos de (la Guardia Civil o la Policía Nacional, según el caso) hasta que sea la misma cantidad por agente” que la asignada a los Mossos. Y la respuesta fue clara: a igual trabajo, igual remuneración. No valen trampas, ni estratagemas, ni argumentar que es difícil hacer los cálculos precisos ya que es simple cuestión de voluntad encontrar una solución adecuada. Y ahora nos encontramos de nuevo con el mismo planteamiento expresado de forma diferente por otro emisario ministerial. Nada se ha avanzado en ese sentido. Nada han escuchado. O, si lo han hecho, poco les ha importado.-
A lo largo de casi tres décadas de reivindicación salarial ha habido, al menos que yo recuerde, tres conatos de atajar la discriminación que siguen sufriendo policías nacionales y guardiaciviles respecto a profesionales de otros cuerpos autonómicos. Por tanto es lógico suponer que se han confeccionado en el pasado estudios más o menos serios sobre la problemática y su forma de resolverla. Las condiciones no han cambiado mucho con el transcurso del tiempo y acaso necesiten una actualización de cifras, pero no mucho más. Que busquen, si no lo han hecho ya, desempolven, revisen y pongan al día esos cálculos y que los traigan consigo el 2 de febrero. Y si no que suspendan la reunión porque de tanto marear, la perdiz se está impacientando de veras.-
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