Escrito por LlanAUGC 22-05-2019
Por Alberto Llana
No resulta demasiado extraño que en un lugar donde trabajan varias personas lleguen a conformarse grupos distintos atendiendo a las preferencias manifiestas del responsable de dirigirlos. Normalmente se constituyen dos 'clanes', el de los apreciados por su superior y el de los no apreciados y las razones que derivan en ello son muy variadas pero, a fin de cuentas, el responsable máximo de que esto ocurra es quien ostenta mayor jerarquía, bien por negligencia, por indolencia o por dolo. La Guardia Civil no es ajena a este problema y no tengo datos sobre si el mismo incide con mayor virulencia por su condición de Cuerpo de naturaleza militar, pero me inclino a pensar que así es. Un ejemplo práctico de lo que trato de explicar lo tuvimos no hace mucho tiempo en un Destacamento de Tráfico, en el cual, desde la llegada de un Suboficial encargado de la jefatura del mismo, comenzaron a formarse entre sus subordinados dos grupos diferentes que recibían desigual atención por parte del responsable de la Unidad.-
Estas disparidades derivaron en un claro conflicto entre componentes de ambas 'tribus' provocado sobre todo por las notables distinciones en cuanto al nombramiento de servicios y a la calificación y cuantificación del trabajo que desarrollaba cada uno de los integrantes de cada grupo por parte del Suboficial al mando. Tal es así que menos de un año después de la incorporación del repetido Suboficial al Destacamento, el Capitán Jefe del Subsector de Tráfico le amonestó, indicándole que “para el mejor cumplimiento de sus obligaciones, deberá respetar las competencias atribuidas a sus subordinados y que deberá ser prudente en las decisiones que adopte, particularmente en las que afecten a sus subordinados, fruto del análisis razonable de la información disponible”. No obstante, dicha advertencia no caló en nuestro protagonista, toda vez que dos meses después y con un nuevo Capitán responsable del Subsector, recibió un nuevo tirón de orejas durante una reunión de jefes de Destacamento en el que el Oficial le requirió ecuanimidad en el nombramiento de los itinerarios de servicio, independientemente de quien los prestase, poniendo dos presentaciones en las Papeletas de Servicio como era norma en todo el Subsector. Este último hecho quedó reflejado en un parte disciplinario emitido por el Comandante Inspector de Servicios, por lo que no cabe duda alguna de que así ocurrió. Pero ni con esas hubo reacción positiva por parte del Suboficial, que siguió recibiendo reprimendas en cada una de las revistas bimestrales realizadas al Destacamento por sus superiores, que insistían en que el nombramiento del servicio tenía que ser equitativo entre todo el personal allí destinado, sobre todo porque el servicio de radar y el uso de vehículos con colores comerciales (camuflados) eran nombrados casi exclusivamente a los componentes de uno de los dos grupos en detrimento de quienes formaban parte del otro. Sirva como ejemplo ilustrativo que de los 240 servicios efectuados durante un año en vehículos con colores comerciales, 190 fueron desarrollados por los integrantes de un grupo concreto, al igual que el servicio de radar, ya que de los 63 servicios que se llevaron a cabo en un periodo anual, 47 fueron nombrados a los miembros de ese grupo concreto.-
Pero no terminan aquí las evidentes distinciones entre 'clanes'. En el apartado de Informes de Calificación (IPECGUCI), los integrantes de uno de los grupos siempre obtenían resultados positivos y los del otro negativos. Y en el Resumen de Actividades Individuales (RAI), a los de la tribu de los informes positivos se les elevaba la puntuación mientras que a los otros se les bajaba. Para quien conozca un poco esta materia, todo un infierno que podía acabar desembocando en desgracia. Buena muestra de ello fue un incidente desatado entre dos componentes de distinto grupo y que llevó al Comandante Inspector de Servicios a realizar un estudio detallado, relativo al nombramiento de servicios durante el anterior año y medio, y también en relación a la gestión del RAI. Consecuencia de dicho estudio, el mencionado Comandante concluyó que existían grandes diferencias y desigualdades entre ambos grupos en cuanto al número y nombramiento de determinado tipo de servicios (radar, vigilancia de carreteras, vehículo camuflado, etc.) y el RAI, llevando a la Unidad a una situación extremadamente inestable que hacía imposible el normal funcionamiento de la misma.-
Lo relatado hasta ahora no es fruto de comentarios parciales de unos u otros sino que forma parte de la declaración de hechos probados en una sentencia que dimana de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, toda vez que la conducta del Suboficial derivó en un expediente disciplinario por falta muy grave que conllevó una sanción de tres meses y un día de suspensión de empleo. No obstante, tras recurrir el castigo ante el ministerio de Defensa, se le rebajó la calificación disciplinaria a una simple falta grave, con una sanción final de cinco días de haberes. Comoquiera que el Suboficial no se conformó con ese estupendo regalo, recurrió a la justicia, terminando en el Supremo que confirmó esa última sanción.-
Supongo que muchos lectores estarán tan sorprendidos como yo de la rebaja tan notoria operada en la sanción al Suboficial tras el recurso administrativo ante el ministerio. Y cabe decir que, tras leer el Fallo de la Sala de Justicia, mi impresión es que los magistrados que la componen también hubieran confirmado una sanción mayor, si así se hubiera dictaminado en vía administrativa, empero la capacidad de maniobra de los jueces no llega más allá de la ratificación, matización o anulación de la decisión ministerial, quedando fuera de su alcance elevar el castigo por muchos motivos que observen para ello. Aunque no todo lo relativo a esta historia resulta criticable ya que parece ser que la acción supervisora de la superioridad rindió sus frutos por una vez. Destaco un párrafo de la sentencia que, en referencia al Capitán del Subsector y al Comandante Inspector de Servicios, dice: “Ambos mandos coinciden en el hecho de que la situación ha mejorado desde que el (Suboficial) fue cesado en el destino, siendo el ambiente más cordial y mejor clima de trabajo”. ¡¡Aleluya!!
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