Por Alberto Llana Publicado el 07 de agosto de 2016
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denunció el 03 de junio de 2016, ante la Fiscalía General del Estado, la inaplicación de la Disposición final tercera de la Orden General de la Guardia Civil número 11/2014, que estipula lo siguiente: “En el plazo máximo de un año desde la entrada en vigor de la presente orden, el Jefe del mando de Operaciones determinará aquellas unidades de las incluidas en el régimen de prestación de servicio general que, de forma progresiva en su implantación y aplicación, podrán realizar servicio en la modalidad de prestación a turnos, y su régimen propio…”. El pasado día 30 de marzo de 2016 se cumplió el plazo de un año otorgado por la Disposición antedicha y nada, o casi nada, se había hecho por cumplimentar el mandato de la Orden General que, recordemos, tiene la consideración de orden dimanante del propio Director General.-
La denuncia fue trasladada a la Fiscalía de la Sala Quinta del Tribunal Supremo, correspondiente a la Sala de lo Militar y, como muchos ya se habrán imaginado, la misma realizó una dura investigación al respecto. Como ejemplo, recordaré el kafkiano episodio del interrogatorio al que fue sometido nuestro Secretario General, Alberto Moya, en el cual le preguntaron si conocía la existencia de algún pilotaje en alguna unidad sobre turnos, sin interesarse siquiera por las graves consecuencias personales, profesionales, familiares y sociales (cuando menos), del incumplimiento de la orden expresa firmada por el Señor Arsenio Fernández sobre la Mesa. ¿Acaso les interesa un pimiento esas consecuencias cuando se trata de personal inferior? Bastante agradecidos tienen que estar por permitirles permanecer en SU Cuerpo (tono irónico off).-
Acaba de llegarnos el resultado de la investigación realizada por la mentada Fiscalía y lo único positivo que puede decirse sobre ello es que, al menos, han sido rápidos. Bien es cierto que no había mucho que investigar porque la orden es clara y su incumplimiento, palmario, pero no deja de ser menos cierto que podrían haber dilatado la misma muchísimo tiempo más. Barrunto yo que, ante los esfínteres apretados de algunos, lo aconsejable en este caso era darle carpetazo de inmediato, no vaya a ser que la incertidumbre les amarguen las vacaciones. Dicho y hecho, con fecha 12 de julio se archiva la denuncia sin declaración de responsabilidad. Pero no por ello el acuerdo de archivo deja en buen lugar a los presuntos responsables del incumplimiento ya que cabe resaltar que el Fiscal Togado se decanta por considerar que no hay incumplimiento de orden, porque quién dio la misma (Director General de la Guardia Civil), “lejos de proponer el cese del Teniente General o de tramitar el correspondiente parte-denuncia, afirma que el Teniente General denunciado en ningún momento ha manifestado de forma expresa o tácita su negativa a llevar a cabo” lo ordenado. Coño, qué bien, a partir de ahora, cuando un componente del Cuerpo no cumpla con las órdenes recibidas, siempre puede argumentar lo mismo. ¡Un momento! No tan deprisa, ni se les ocurra tamaña estupidez porque para la casi totalidad del resto de militares, la justicia obrará con distinto criterio.-
De igual modo se desprende del razonamiento del Fiscal que la pasividad del Director General ha provocado el retraso en la implantación de turnos. Es decir, que la Autoridad que emite una orden muestra una gran indiferencia hacia el exacto cumplimiento de la misma. Un hecho que debería haber provocado, bien la adopción de medidas disciplinarias -cuando menos- hacia el autor de la desobediencia, o bien la dimisión del cargo político que ocupa el dador de la orden por su acreditado pasotismo y su evidente falta de exigencia hacia su subordinado incumplidor. En otras palabras, aunque el Fiscal Togado les haya echado un capote en forma de archivo de las pesquisas, no deja de ser incuestionable que los deja en una posición muy delicada. Al político por su inutilidad y al militar por su desprecio hacia los valores fundamentales que componen la milicia, esa que tanto les gusta, salvo cuando tienen que cumplir a rajatabla con ella.-
¿Qué es lo que ocurrirá con todo esto? Yo lo tengo claro. Seguirán incumpliendo la orden mientras les venga en gana, con la excusa de que su inobservancia ya ha sido investigada y archivada sin más trámite, ignorando la parte en la que el Fiscal Togado les mete en un buen atolladero. O como dice el título de este escrito, en un 'Fiscalío'.-
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