Escrito por LlanAUGC 30-06-2019
Por Alberto Llana
Finalmente ya tenemos sentencia firme sobre el mediático caso de los miembros de 'La Manada', o al menos en lo referente al caso principal por el cual se dieron a conocer incluso más allá de nuestras fronteras, porque todavía quedan algunos otros asuntos pendientes de ser juzgados cuyos presuntos autores son los mismos 'angelitos' condenados. Ahora ya podemos afirmar que son unos delincuentes sin temor a vulnerar su presunción de inocencia. Una de las características más notorias de este aberrante crimen ha sido siempre la presencia de un individuo perteneciente (todavía) a la Guardia Civil. Resulta más que obvio que de no ser por ese dato no hubiera adquirido la dimensión mediática y política que ha llegado a tener, cuestión que se comprueba si uno pierde algo de su tiempo en buscar en la red de redes casos similares y compara la trascendencia que han llegado a tener frente al deleznable suceso que nos ocupa. Y en cierta medida es lógico que sea así. No podemos soslayar el hecho de que la implicación de un componente de los cuerpos de seguridad, cuya obligación es mantener en todo momento un comportamiento acorde a su condición de agente de la Autoridad además de impedir la comisión de cualquier tipo de delito, concierta un mayor rechazo por parte de la sociedad y, como no, un plus de atención morbosa que de otra forma no tendría. Si a lo anterior le añadimos que el cuerpo de pertenencia del tipejo es la Benemérita, el interés adquiere un punto más elevado si cabe por ser la institución mejor valorada por los ciudadanos en general. Empero una cosa es que haya elementos que acentúen la curiosidad sobre este caso y otra bien distinta es el absoluto desinterés mediático y público sobre otras 'manadas' similares cuyos actos son tan rechazables y condenables como este.-
Precisamente la condición de Guardia Civil de uno de los condenados es el objeto de este comentario. Desde que se conocieron los hechos, hace casi tres años, ha habido un gran clamor popular exigiendo su expulsión del Cuerpo, sin esperar siquiera a ser juzgado. Tras la primera sentencia, no definitiva, volvió a tomar fuerza esa exigencia popular, olvidando el hecho de que sin sentencia firme legalmente no se puede hacer nada al respecto. Puede parecerle injusto a muchas personas pero a buen seguro si esas mismas personas se vieran envueltas en problemas judiciales, los que sean, no les agradaría que el resto del mundo les colgara la etiqueta de culpables antes de que un Fallo judicial adquiriera firmeza. Cuestión diferente es la de la lentitud de la justicia en este país, algo en lo que estaremos casi todos de acuerdo, pero aun así debemos respetar los derechos de los demás en la misma medida en que exigimos respeten los nuestros. Tras conocerse el primer pronunciamiento judicial, emitido por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra publiqué un comentario al respecto de la expulsión del guardiacivil condenado en primera instancia ( http://llanaugc.blogspot.es/1525012736/el-guardia-de-la-manada/ ). En ese artículo desgranaba los pasos a seguir para separar definitivamente de la Benemérita al delincuente que ha mancillado el uniforme que por desgracia ha vestido durante un corto espacio de tiempo. Corto pero en cualquier caso no debería habérselo puesto ni un segundo siquiera.-
En resumen, cuando este individuo adquirió la condición de 'investigado' por la presumible comisión del delito por el que finalmente ha resultado condenado, la Guardia Civil procedió a abrirle un expediente disciplinario por la presunta comisión de una falta muy grave. A continuación ese expediente se paraliza a la espera de una resolución judicial firme al respecto. Ahora que ya existe tal firmeza, la sentencia se incorpora al expediente como prueba de cargo y los hechos declarados probados en la misma serán analizados por la persona encargada de instruir el procedimiento, que tras ofrecer al encartado la posibilidad de alegar lo que a su Derecho convenga y aportar las pruebas que considere oportuno en su descargo, formulará un pliego de cargos que podrá ser combatido por el expedientado. Tras ello propondrá una resolución ante la Autoridad que le encargó la instrucción y que no puede ser otra, dadas las circunstancias, que la de imponer una sanción de separación del servicio (expulsión del Cuerpo), cuestión que deberá ser refrendada por la persona titular de la cartera ministerial de Defensa, previa aquiescencia de la persona responsable del ministerio del Interior.-
La Ley Orgánica 12/2007, del régimen disciplinario de la Guardia Civil, define en su artículo 12 que “La separación del servicio supondrá para el sancionado la pérdida de la condición de militar de carrera de la Guardia Civil, perdiendo los derechos profesionales adquiridos excepto los derechos pasivos que hubiese consolidado”. Avanzando un poco en el texto legal podemos comprobar como su artículo 27 estipula que “Para la imposición de la sanción de separación del servicio será competente el Ministro de Defensa a propuesta del Ministro del Interior”. En referencia a los plazos para realizar estas gestiones que he mencionado, la ley recoge que será de seis meses, en este caso concreto desde que la Administración reciba copia de la sentencia, por lo que no resultaría extraño si la expulsión del delincuente se prolonga hasta finales de año, aunque sería deseable que se resolviera mucho antes. Otro aspecto a mencionar es el relativo a la firmeza de la sanción. El repetido régimen disciplinario Benemérito establece en su artículo 66 que “1. Las sanciones impuestas serán inmediatamente ejecutivas, no suspendiendo su cumplimiento la interposición de ningún tipo de recurso, administrativo o judicial.
2. Las sanciones comenzarán a cumplirse el mismo día en que se notifique al infractor la resolución por la que se le imponen, si en ésta no se dispusiere, motivadamente, lo contrario”.-
Así pues, los días del condenado en la institución están contados y si en el futuro resulta culpable de algún otro delito, al menos no podrá seguir degradando más de lo que ya lo ha hecho el nombre de la Guardia Civil.-
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