Escrito por LlanAUGC 12-12-2018
Por Alberto García Llana
Días atrás, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) publicó una noticia en la que explicaba sus reivindicaciones respecto a lo que deberían de percibir los miembros de la Guardia Civil por la realización de servicios nocturnos, festivos o en días muy señalados (Navidad, año nuevo...), dada su especial penosidad respecto a los servicios desarrollados en días y horarios, digamos 'normales'. Evidentemente se trata de la visión propia de una organización concreta y puede ser compartida o no por el resto de organizaciones que representan al colectivo benemérito, por las personas interesadas y por la propia Administración, que es la que en definitiva debe soltar la 'pasta'. Objetivo ambicioso pero justo, en la medida en que otros colectivos ya perciben honorarios como los que se solicitan para los guardiaciviles. Empero hay formas de mostrar conformidad o no con esta demanda y una de ellas me llamó la atención ya que se limitaba a expresar a través de una red social: “Ya podéis esperar sentados”.-
Pensé que podría tratarse de alguna persona de cierta responsabilidad política o institucional que respondía de tal guisa ante nuestras pretensiones pero, tras consultar su perfil en la red social desde la que envió el mensaje, lo descarté casi totalmente porque hay perfiles más falsos que una moneda de tres euros y pueden ocultar tras ellos a individuos totalmente diferentes a la imagen que intentan transmitir. También podría ser alguien ajeno al Cuerpo que considera la empresa poco menos que descabellada, pero nuevamente su perfil indicaba lo contrario. Por ello me orienté hacia la opción de que quien redactó esa frase pertenece a la Guardia Civil y por alguna razón la iniciativa no le convence y/o agrada. Tal vez sea de esas personas afortunadas que no suele realizar servicios de ese tipo y le fastidia que lleguen a ser abonados convenientemente. O quizás sí preste servicios de tal índole pero es pesimista en cuanto al éxito de la reivindicación. Claro que, de ser así, se habría incluido en el enunciado: “Ya podemos esperar sentados”.-
Finalmente dejé de darle vueltas y, acertado o no, le adjudiqué el rol de indolente. De alguien al que le gustaría que se consiguiera lo reclamado pero no tiene la más mínima intención de mover un dedo para ayudar a conseguirlo. Esta clase de 'fauna' suele ser habitual en la jungla reivindicativa, por desgracia. Seres a los que les encanta disfrutar de los derechos y los avances sociolaborales que otros cosechan tras mucho esfuerzo pero sienten una íntima irritación al saberse ajenos al mérito del logro. Enojo que aumenta proporcionalmente al recordar su negatividad cuando en su momento se planteó luchar por ello. Así, mientras se regocijan con los progresos, a los que no están dispuestos a renunciar por nada del mundo, exteriorizan el malestar interno a base de críticas por lo insuficiente de la mejora, por la tardanza en conseguir algo que otros ya disfrutaban desde mucho antes o por que el sol nunca luce a medianoche, vete a saber.-
Afortunadamente, existe un buen puñado de luchadores que no admiten la derrota antes de jugarse el partido y están dispuestos a sudar la camiseta para alzarse con el premio. Y si lo que se consigue es solamente un 'empate técnico', al menos se logrará una parte de lo reivindicado. Luego, los que sí han permanecido en su asiento expectantes al desenlace, abrirán sus bocas y escribirán mensajes desdeñando el resultado y afirmando sin rubor que los osados han traicionado a sus compañeros observadores y, además, a buen seguro han obtenido algo a cambio de tan lamentable fracaso. Tras ello, volverán a tomar asiento en su sillón -un poco más mullido gracias al esfuerzo ajeno- y notarán la mejora en sus traseros, aunque no lo reconocerán ni hartos de vino.-
Vivimos actualmente tiempos de liebres y no faltan candidatos a correr como tales hacia la meta. Lo malo es que antes de terminar, toman asiento y se quedan dormidos. Y ya se sabe lo que ocurre en estos casos... que la tortuga llega en primer lugar. Yo soy de esas tortugas que lleva caminando desde antes de los tiempos asociativos. Nunca me he parado, nunca he tomado asiento y así he cruzado más metas que las liebres que todavía esperan ganar tan solo una carrera para poder desterrar alguna de sus frustraciones. Por lo tanto, rechazo tajantemente la premisa transmitida por la persona que la escribió. Quien puede esperar sentado eres tú. Y no te agobies mucho por estas líneas, ya sabes que lo que logremos también se te aplicará a ti. Así que, ¿para que vas cambiar de actitud?
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