Por Alberto Llana Publicado el 29 de enero de 2017
El señor Holgado Merino debería estar subiéndose por las paredes ante el monumental error cometido con las nóminas de miles de guardiaciviles, los cuales han visto mermados sus ingresos en cantidades importantes, incluso dramáticas, en este mes de enero. Imagino que el nuevo ocupante del despacho principal de Guzmán el Bueno no esperaba algo así, ni aunque su antecesor tuviera la inteligencia justa para pasar el día. Y lo afirmo por lo siguiente. En el mes de noviembre de 2016 interpuse una denuncia ante el nuevo responsable del Cuerpo, advirtiéndole de ciertas cuestiones de las que tenía conocimiento y pruebas, tales como la falta de cobro del complemento de trabajador nocturno correspondiente al año 2015 por parte de muchos miembros del Instituto o, también, de los errores advertidos en la grabación de las horas de servicio nocturnas, festivas o de exceso, correspondientes al mes de abril de 2016. Del mismo modo le advertía que tras realizar reclamaciones por parte de algunos afectados al Servicio de Retribuciones de la Guardia Civil, habían recibido contestación de su responsable en el sentido de que no existía constancia de tales errores y que los mismos, de existir, serían responsabilidad de cada Comandancia, lo cual suponía un problema ya que en las Comandancias los datos estaban bien grabados en el aplicativo informático que se utiliza para calcular las retribuciones de cada funcionario de la Benemérita.-
El pasado día 9 de enero, el señor José Manuel Holgado Merino contesta a la denuncia interpuesta en el sentido de que, vistos los hechos denunciados, “de los mismos no se infieren motivos que permitan concretar mínimamente la presunta comisión de una infracción disciplinaria, ni su posible autor o autores, no pudiendo admitirse, a estos efectos, que el mero retraso en el pago de determinadas cantidades a las que tienen derecho varios miembros del Cuerpo, lo cual tienen reconocido y están pendientes de su abono, dé lugar a la comisión de una falta disciplinaria".-
Aun teniendo en cuenta que este caballero ha firmado lo que le han puesto delante y que, de nóminas, atrasos, servicios nocturnos y demás, no tenga pajolera idea ni ganas de tenerla ya que él no aceptó el cargo para estas cosas, lo que resulta claro es que la firma de esta torpe respuesta es la suya. Y si sonrojante lo era a fecha 9 de enero de 2017, prefiero ahorrarme el calificativo para lo que ha venido después. Prácticamente todos los medios de comunicación se han hecho eco de los errores nominales que afectan a miles de guardiaciviles respecto a sus haberes de enero. Porque está claro que los fallos eran mucho más serios que los que yo conocía y denuncié en su momento. Llevan produciéndose desde la entrada en vigor de la normativa que regula los incentivos al rendimiento, es decir, desde abril de 2015. Dada la complejidad de esta nueva Orden General, la cual está hecha a sabiendas, en el intento de dificultar el cálculo por parte del personal afectado, parece que el tiro les ha salido por la culata y la cruda realidad es que ni siquiera el programa informático destinado a calcular estos incentivos ha funcionado correctamente, generando multitud de fallos que, al final, son sufridos por los de siempre. Tengo constancia de casos en los que realizando varios miembros del Cuerpo los mismos servicios, el resultado de los incentivos varía de uno a otro, dependiendo de algún algoritmo escondido en alguna parte que funciona a la buena de Dios. Como consecuencia de esta mayúscula pifia, miles de componentes de la Benemérita han visto cómo se les reclamaban cantidades indebidamente percibidas desde el mentado mes de abril de 2015. En algunas coyunturas, las cantidades detraídas superan los 850€, imagínense ustedes.-
Y lo peor, con todo, es que ni han avisado, ni lo han explicado, ni han procedido como se debe en situaciones en las que se detecta un pago indebido. Cuando eso ocurre, lo normal y lógico es emitir una resolución de ingresos indebidos con destino a la persona afectada para que ésta tenga la oportunidad de conocer de antemano el error, comprobarlo, poder alegar en su defensa lo que a su Derecho convenga y, caso de concluir que ese ingreso no hubiera debido producirse, ofrecer la posibilidad de fraccionar la devolución, máxime en casos de centenares de euros, como está ocurriendo en la actualidad. Pero si la gestión económica de la Guardia Civil ha devenido en desastre desde la implantación del nuevo modelo y ello es una desgracia para todo el colectivo, las malas maneras demostradas por este nuevo equipo que ocupa la Dirección General en estos momentos resultan imperdonables. A mí, por lo menos, no me valen las argumentaciones acerca de que esta calamidad se gestó en época de Arsenio y Cardiel porque ello no explica el actual proceder para con los afectados. El desprecio demostrado, la ausencia de explicaciones, la poca importancia que le dan al hecho de que una familia deba mantenerse con unos ingresos de 650 euros, teniendo en cuenta que la culpa es exclusiva de la Administración, la caradura de decirme, ante la denuncia interpuesta por mí, que no hay motivos para, siquiera, incoar una información interna que depure posibles responsabilidades, deviene en una falta de competencia manifiesta y en una grave responsabilidad política que debería por fuerza concluir con la dimisión del responsable de la Guardia Civil. Pero eso no va a ocurrir. Si esta situación se tensa mucho quizás algún subalterno de Escala intermedia cargue con ciertas culpas, pero no esperen que llegue mucho más ‘arriba’. Ya imagino a los prebostes beneméritos copiando a aquella diputada que se hizo famosa por gritar en el Hemiciclo lo de "¡Qué se jodan!"
Debo añadir un dato. Como resultas del revuelo creado, sobre todo en los medios de comunicación y ante la petición de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de convocar un pleno extraordinario del Consejo de la Guardia Civil con el fin de debatir esta problemática, petición a la que se han sumado casi todas las asociaciones representativas, la Dirección General del Cuerpo emitió el pasado 27 de enero, con las nóminas ya ingresadas, una nota explicativa a través de la cual intentan paliar la falta de información al respecto. Pues bien, en mi opinión resultan inaceptables estas tardías explicaciones que no resuelven la cuestión antedicha de comunicar previamente a los afectados, personalmente a cada uno, qué cantidades se consideran indebidamente ingresadas, las razones de que este hecho se haya producido y ofrecer la posibilidad de alegar lo que se considere oportuno y, también, el fraccionamiento de unas cantidades que por otra parte fueron ingresadas durante varios meses y no de una tacada como ahora las descuentan por las bravas. También indicar que en la nota explicativa referenciada se afirma que existen unos 2.000 miembros del Cuerpo damnificados por el no percibo de su condición de trabajador nocturno durante el 2015, los cuales se prevé que cobren la cantidad regulada en el mes de febrero de 2017, algo que yo denuncié, como he expuesto, hace ya unos meses. ¿Vendrán esas cantidades con los intereses de demora correspondientes? Me temo que no.-
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