Por Alberto Llana
El pasado martes fallecía Ángel Morales Ledesma, Guardia Civil y miembro de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) desde sus inicios, es decir, desde que se denominaba COPROPER-6J. Impulsor de la Delegación de Baleares, luchó de manera incansable por mejorar las condiciones sociolaborales de los miembros de la Benemérita mientras su salud se lo permitió. Incluso después estoy seguro que seguía pensando en cómo lograr dar un paso más hacia la consecución de algún derecho de los que disfrutan otros policías pero que siguen siendo ilusión en el Cuerpo, por desgracia.-
Pero en esta ocasión usaré las palabras de otra persona. En concreto de Fernando Carrillo Cordero, otro histórico de la AUGC que desempeñó diversos cargos en nuestra Junta Directiva Nacional, llegando a ser Presidente y Secretario General entre 2002 y 2006. Precisamente bajo su dirección, el 22 de abril de 2006, se desarrolló la primera gran manifestación de guardiaciviles, en la Plaza Mayor de Madrid. Agradezco a Fernando su permiso para publicarlas en mi blog, dejando un enlace a su comentario original. D.E.P. Ángel Morales Ledesma, tus compañeros te deben mucho.-
«Amigas y amigos. Tengo la costumbre de silenciar el teléfono cuando estoy en casa. Es una manía que arrastro desde hace ya bastantes años cuando aún no estábamos invadidos por los teléfonos móviles y, como mucho, teníamos un contestador telefónico en casa. En aquella época, las llamadas y los mensajes en el contestador traían casi siempre malas noticias: tenía varios frentes y expedientes abiertos por mi compromiso con el movimiento sindical y asociativo en la Guardia Civil, y la verdad es que lo pasamos mal, la presión fue agobiante. Un día, harto ya de tanto malo, opté por desconectar el contestador. La realidad siguió allí, como el dinosaurio de Monterroso, pero bajaron mucho mis niveles de ansiedad.
Esta tarde de otoño el teléfono ha vuelto a sonar portador de malas noticias, me trajo la triste noticia del fallecimiento del buen camarada Ángel Morales. Conocí al bueno de Ángel en aquellos inicios de ansiedad y ansiolíticos e interminables asambleas. Destacó rápidamente por su bonhomía y su buen carácter abierto a buscar un acuerdo por encima del enfrentamiento. Pronto conocimos esa alegría andaluza suya, que en él nunca fue impostada, y que le permitía, incluso, abordar el debate más enconado argumentando sin ceder, pero a la vez mostrando la posibilidad de que era posible llegar a un lugar de encuentro.
Y son, precisamente éstas, las palabras que podrían definirlo: encuentro, abrazo, lealtad, compromiso, alegría, positivismo, generosidad...
Incluso, cuando las cosas se pusieron francamente mal y fue expedientado, nunca perdió su sonrisa, ni la energía que le impulsaba siempre hacia adelante, como solía decir, nunca le perdió la cara a la vida.
En este video homenaje a Ángel Morales y a Pedro Castedo -compañeros con los que compartí todos aquellos años-, que Joan Miquel Perpinyà realizó en 2009, puede verse a Ángel en muchas fotos que quedarán ya para siempre en el recuerdo y la memoria: que no olvidemos nunca que hubo personas como Ángel Morales, buena gente que hicieron mejor nuestra vida».-
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