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EL SERVICIO DE CORRERÍAS EN LA GUARDIA CIVIL

Por Alberto Llana


El servicio de correrías en la Guardia Civil es casi tan antiguo como el propio Cuerpo, creado como muchos ya sabrán allá por 1844. Seis años después, el 22 de septiembre de 1850, el Duque de Ahumada, fundador de la Benemérita, dictó una Circular que implantó esta forma de trabajar, consistente en un recorrido de indistinta duración, realizado a pie o a caballo (hasta la década de 1970), o en vehículo, por la demarcación asignada, con el fin de vigilarla, siempre que no implique la prestación de otro servicio concretamente definido. La Cartilla del Guardia Civil, redactada también por Ahumada y aprobada por Real Orden de 20 de diciembre de 1845, sufriría una reforma a través de la Real Orden de 29 de julio de 1852. En el Capítulo II, que versa sobre el “servicio en los caminos”, ya se recoge en su artículo 11 que: «El Guardia Civil en sus correrías ó patrullas por los pueblos, ó término de su demarcación, deberá cuidar, por regla general, volver por distinto camino del que llevó á su salida, á fin de examinar mas estensión de terreno». Al año siguiente, el 14 de junio de 1853, el mismo Ahumada redactó otra Circular en la que establecía lo que sigue:


«Disueltos ya los depósitos de instrucción, establecidos nuevos puestos en todas las provincias del Reino y reforzados otros, el servicio del Cuerpo ha recibido una considerable mejora por su aumento y, por consiguiente, debe responder a ella con la perfección de él. El de las carreteras generales se presta ya con alguna exactitud, pero el del interior del país necesita mejoras.

La Guardia Civil, con los 9.636 hombres que cuenta haciendo el servicio, ya en la revista del presente mes, puede empezar a asegurar la tranquilidad de los campos, y aun la de aquellos pueblos y comarcas en que no presta su servicio de continuo.

Afectos todos los pueblos y casas de campo a un distrito perteneciente a un puesto del Cuerpo, tiene esta obligación de recorrerlos según mi Circular de 9 de septiembre de 1851, en el período que en la misma se señala. Este servicio es el más importante para los puestos que no están situados en las carreteras que recorren los carruajes públicos; por consiguiente, en los diarios de servicio, desde la tercera semana del presente mes, se han de anotar las salidas periódicas que cada puesto haya hecho durante el período de ella, y los pueblos del distrito que haya recorrido, marcando los pueblos del distrito que haya visitado, pues además de la gran confianza que inspira al país el ver el correaje amarillo del Cuerpo, este puede a la vez averiguar la existencia de los desertores y prófugos en sus correrías.


Este servicio es de mayor importancia que el que algunas veces se presta rondando el pueblo en que esta establecido el puesto, servicio de poquísima utilidad, y que roba un tiempo precioso a los individuos del Cuerpo, que se podría emplear en recorrer los caminos, registrar los montes y bosques, visitar las casas de campo y perseguir a cualquiera desconocido, si hubiese noticia de haberse presentado en ellas, o haber sido visto por sus dependientes.

En el mes de julio próximo no debe haber sierra ninguna por fragosa que sea, no debe haber monte por espeso que aparezca, sin que no se haya presentado el sombrero del Guardia Civil. Era antigua costumbre de España saberse que en el monte tal, o el bosque cual, habitaba un desconocido de tanto o cuanto tiempo, de los que viven del país, tomando un alimento de los hatos de los pastores, exigiendo a los trabajadores el mismo pan que llevaban para comer; pues todos esos deben ser perseguidos por la Guardia Civil; y si no en un mes, en dos, o en veinte, esta no debe desistir hasta lograr su exterminio.

Los Comandantes de línea y Secciones, cuando recorren las suyas respectivas, y las parejas en las correrías, deben tomar continuas noticias de esta especie de malhechores, y no descansar hasta lograr la prisión o exterminio. El aumento de la Guardia Civil debe dar por resultado la completa seguridad del país. Del recibo de esta Circular me dará usted aviso, manifestándome cuanto se le ofrezca y parezca, para llegar al logro de este objeto.

Dios guarde a V. muchos años.

El Duque de Ahumada».-


Como habrán observado, en la Circular transcrita se hace alusión al correaje amarillo que en aquellos tiempos usaba el Instituto y que le aseguraba una gran visibilidad, tanto para tranquilidad de los ciudadanos como para alerta de quienes tenían algo que temer de la justicia. Igualmente destaca la referencia a otra Circular datada el 9 de septiembre de 1851 (que no he podido localizar) y que, por lo referenciado, versaba acerca de la obligación de recorrer todos los pueblos y casas de campo comprendidas dentro de la demarcación territorial de cada Puesto del Cuerpo, con la periodicidad indicada en la misma.-


Ahumada concebía que el servicio prioritario de la Guardia Civil era garantizar la seguridad de los caminos reales, principales vías de comunicación en España, infestadas de delincuentes que asaltaban los carruajes. En el área rural se completaba con otros servicios de correrías, reconociendo núcleos habitados y zonas de monte, y con patrullas orientadas a la persecución de malhechores. Los objetivos perseguidos con este tipo de servicio eran, y son: la prevención, mediante la presencia uniformada de los agentes; la investigación, a través de la labor informativa y acopio de datos durante el desarrollo del mismo; y la reprensión, por medio de la denuncia y la acción.-


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