Escrito por LlanAUGC 14-04-2019
Por Alberto Llana
En la manifestación acontecida en Madrid el pasado 6 de abril y en la que se movilizaron guardiaciviles y policías nacionales reclamando equiparación salarial, pudimos ver sosteniendo la pancarta que encabezaba la movilización a un viejo conocido de ambos colectivos. Se trataba ni más ni menos que del ínclito Joan Mesquida, que fuera Director General de la Benemérita entre los abriles de 2006 al 2008 y Director General del Cuerpo Nacional de Policía entre septiembre de 2006 y abril de 2008. Cabe recordar que en ese mes de septiembre de 2006, el gobierno de Zapatero decidió unificar ambas direcciones generales quedando al cargo el repetido Mesquida. La verdad es que me sorprendió mucho la osadía de nuestro protagonista, así como la falta de tacto de los responsables de su nuevo partido político, tras su marcha de aquel que le puso al frente de ambos cuerpos policiales. Quizás esos responsables no son sabedores de la mala gestión desarrollada por Mesquida en su faceta de director general y seguramente el propio interesado tampoco tuvo el detalle de informarles que no es bien visto por estos páramos, pero el caso es que allí estaba, dejando en mal lugar a la formación política donde ha encontrado cobijo actualmente.-
Suyo es el discutible honor de haber firmado la primera norma interna en la Guardia Civil que reguló el reparto de esas cantidades monetarias denominadas 'Productividad' que hasta ese momento se repartían 'a dedo' y por tanto de manera injusta a todas luces. Esa norma se parió con la excusa de aportar claridad a la forma de distribuir el dinero aunque lo cierto es que también estableció unos porcentajes de percibo desorbitantes a medida que se subía en el nivel de Complemento de Destino. Una práctica que seguimos padeciendo a día de hoy y cuyas consecuencias son que una octava parte de miembros del Cuerpo reciban casi la mitad de la cantidad destinada a remunerar tal 'Productividad'. Poco antes de llegar nuestro protagonista al despacho de Guzmán el Bueno quien esto escribe insistía ante un predecesor suyo sobre la necesidad de repartir los dineros de una forma más justa y coherente. De tal modo que quienes realizaban servicio operativo podían llegar a ingresar unos cien euros más al mes, lo que contribuiría a paliar la diferencia salarial que había y sigue habiendo con nuestros homólogos del Cuerpo Nacional de Policía (en aquellos tiempos). Evidentemente no hicieron puñetero caso a la sugerencia y cuando llegó el Mesquida, como digo, la injusticia quedó patente, negro sobre blanco, a través de la Orden General nº 10/2006 de infausto recuerdo. Cuando esa norma vio la luz, escribí sobre ella y afirmaba algo en lo que todavía me ratifico, por desgracia. Decía así: “…a poco que leas, te das cuenta de lo que verdaderamente significa… una bofetada en la cara”. Es más, tras esa norma, la 'Productividad' comenzó a conocerse como 'prostitutividad'. Gracias, señor Mesquida.-
Además, este individuo al que hace unos días pudimos observar sonriente y ufano el día de la manifestación, mostrándonos el dedo que tiene pensado introducirnos como si de un proctólogo se tratara, no hace tanto que se hartaba de expedientar a responsables de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) tras hacer eso mismo que ahora él hace -manifestarse- en la Plaza Mayor de Madrid el día 20 de enero de 2007. Sí, aquella famosa concentración de guardiaciviles de uniforme y que nos acarreó 21 expedientes por supuestas faltas graves o muy graves. Resulta que ahora está encantado de participar en una acción que antaño reprimía, como si el hecho de haber transcurrido una docena de años fuera a hacer que nos olvidáramos de sus 'gestas' al frente de la Benemérita. Y no puede alegar que ahora el derecho de manifestación está regulado para los miembros del Cuerpo, primero porque si en sus tiempos no estaba regulado no significaba que estuviera prohibido ni fuera ilegal o alegal, simplemente había una indefinición en ese sentido que suplía de sobra la Constitución española. De segundas, en el mes de abril de 2006, pocos días antes de que Mesquida aterrizara en la Dirección General de la Guardia Civil, AUGC realizó una manifestación en la misma Plaza Mayor madrileña, y no adoptó medida represiva alguna. Tampoco puede argumentar que en la de enero de 2007, muchos de los concentrados estaban ataviados con su uniforme por lo mismo que se ha explicado antes: el derecho de manifestación de los guardiaciviles no estaba regulado y nada impedía que lo vistieran. Por ello, la desproporcionada respuesta disciplinaria solamente puede serle achacada a aquellos responsables políticos que no supieron o no quisieron defender un Derecho Fundamental de los componentes del Cuerpo ante los gritos desaforados de quienes piensan -y siguen pensando- que la Guardia Civil defiende la democracia pero no se rige por las reglas de la democracia.-
También conviene rememorar aquel acuerdo de equiparación salarial firmado en 2005 por el entonces ministro del Interior, José Antonio Alonso y los sindicatos representativos del Cuerpo Nacional de Policía. Un pacto que contemplaba subidas monetarias variables en un lapso de tres años (2005 al 2008) y que se diluyó como lágrimas en la lluvia sin que este fulano moviera un dedo por activarlo tras asumir la dirección general de ese Cuerpo, en septiembre de 2006, como ya se ha indicado antes. Y resulta que ahora pretende que nos creamos que está a favor de una equiparación salarial que en su momento desdeñó con esa ligereza que solamente albergan quienes ocupan cargos políticos como medio de subsistencia o como remedio de complejos.-
Y es que algo de eso debe aquejar a Mesquida porque si no a ver cómo se explica que tras dejar de ser director general de Policía y Guardia Civil siguiera ocupando un Pabellón oficial en la sede central Benemérita de Guzmán el Bueno, cuando le encargaron la secretaría de Estado de Turismo. Que se sepa, fue la primera vez que un ex director continúo disfrutando de un privilegio reservado solamente a los titulares del cargo y para que ello fuera factible, su sucesor, Francisco Javier Velázquez, no dudó en alterar la norma que rige los Pabellones del Cuerpo para posibilitar que este remedo de 'okupa' no pudiera ser tildado de ello con todas las de la ley. Pero la cosa tiene mayor enjundia toda vez que el propio Mesquida ya había modificado esa misma norma de Pabellones tras su llegada al cargo al objeto de que su asesor principal pudiera vivir en una vivienda oficial de la Guardia Civil. El caso es que, tras la posterior variación firmada por el 'pintor` Velázquez, Mesquida pudo 'okupar' el Pabellón que dejó su propio asesor, que hubo de desalojarla tras el cambio de responsable institucional. Como digo, esta situación novedosa y que nunca ha vuelto a ocurrir tuvo que ser defendida por el propio ministro de Interior de entonces, Alfredo Pérez Rubalcaba, que argumentó lo siguiente: “Si Mesquida vive temporalmente en el pabellón de la Guardia Civil porque es mas seguro para él y más barato para el estado”... y se quedó tan pancho.-
Por estas razones principales y alguna otra que se queda en el tintero por no alargar en demasía estas líneas, causa sonrojo ver la imagen de Mesquida al frente de una movilización que solicita equiparación salarial entre cuerpos policiales. Su sonrisa es una burla para aquellos a los que ninguneó y también persiguió en sus tiempos de Director General de Guardia Civil y Policía. Si ahora su nuevo partido intenta colarnos que esta persona es su apuesta para dirigir u ocupar algún cargo de responsabilidad en el ministerio del Interior, mucho me temo que los afectados deben pensarse bien si le otorgan su confianza a esa formación política ya que han dejado claro, a través de la presencia de este sujeto en la manifestación, que no les desean nada bueno. Y para aquellos que se hicieron la fotito a su lado, lamentar que tengan tan buena memoria para insultar a los demás y tan poca para afear este detalle al jefe de filas de Mesquida, allí presente.-
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