Por Alberto Llana
Con la nueva norma sobre 'Productividad' en la Guardia Civil ha habido tantas sorpresas como piedad, es decir, ninguna. El pasado 15 de enero María Gámez(x2) cumplió sus amenazas y dio por buena la norma que sustrae de las nóminas de los miembros del Cuerpo la nada desdeñable cantidad de 600€ anuales para luego volver a repartirlos como mejor le plazca, a ella pero sobre todo a los 'fajinerosos', porque a eso ha venido por estas tierras, a satisfacer los mandados de los prebostes y lucir el palmito con lo de ser la primera mujer en dirigir la Benemérita, que da mucho pisto en el currículum y pingües beneficios monetarios ahora y en el futuro.-
Parece mentira que en el año que lleva en el cargo, con la pandemia y el estado de alarma de por medio, la reciente borrasca 'Filomena' y todo lo que ha traído consigo, la problemática derivada del aumento de la inmigración ilegal o la dura lucha contra el narcotráfico, por señalar algunas cuestiones que ha podido gestionar de primera mano, y después de haber comprobado por sí misma el grandísimo esfuerzo y el alto coste que ha tenido para los profesionales que integran el Instituto, a este buena señora no se le ocurra otra cosa que 'premiarles' metiéndoles la mano en el bolsillo cual ratera de tres al cuarto. Imagino que si se tienen escrúpulos a la hora de hurtar dineros ajenos no resultas apto para el puesto y en ese sentido la María resulta de lo más apta que ha pasado por el despacho principal del Guzmán el Bueno, de hecho ya lo demostró con el reparto del tercer tramo 'equiparador', restando ingresos a las 'clases más bajas' del Cuerpo, como ella misma osó calificarlas, para otorgárselos graciosamente a quienes estaban equiparados de antemano. Puede estar orgullosa de su gestión. Con esos antecedentes no dudo que la veremos en el futuro aconsejando incrementar el precio de la luz en plena ola de frío u otra bellaquería por el estilo.-
Tal es la sandez del personaje que no ha tenido miramiento alguno en incumplir la palabra dada el pasado mes de julio, cuando se comprometió a que a finales de 2020 los componentes de la Guardia Civil tendrían una norma de reparto de 'Productividad' similar a la de la Policía Nacional. Si esta basura que nos ha endosado por sus reales ganas se parece a la del cuerpo hermano, que venga Dios y lo vea. En esa línea de comprometerse a hacer algo para luego terminar haciéndote un 'pajarito' en tus narices ha cogido el relevo del defenestrado Félix Azón, que también prometió respetar el porcentaje de reparto monetario entre cuerpos policiales correspondientes al segundo tramo 'equiparador' y finamente cedió más de cuatro millones de euros a la Dirección General de la Policía Nacional. O sea que en cuestiones relacionadas con la falta de pundonor, los dos personajes puestos por Marlaska al frente de la Benemérita rivalizan en el empeño de subirse al peldaño más alto del podio. Dura tarea de la que creo sinceramente que esta individua saldrá victoriosa, tal es mi confianza en su incuestionable talento.-
Se echó en falta, como en otras ocasiones, la presencia del propio ministro del Interior, que al fin y al cabo es quien preside el Consejo de la Guardia Civil, aunque para él sea más una carga que un honor, como bien ha demostrado desde que agarró la cartera ministerial. Resulta que Marlaska tuvo tiempo para acercarse esa misma tarde a visitar el Sector de Tráfico de Madrid, acompañado por la propia María Gámez(x2), para agradecer la labor de los componentes de la Agrupación durante la reciente ola de frío y nieve, sin embargo no tuvo ocasión de comparecer en el Pleno del Consejo para decirle a la cara de los representantes de los guardiaciviles que daba su bendición a la tropelía que se estaba cometiendo. Durante el acto al que sí acudió, bien secundado por la prensa para dejar debida constancia de su amor por el Cuerpo, trasladó a los agentes de servicio las siguientes palabras: “Quiero transmitiros, en nombre del Gobierno de España, nuestro reconocimiento por la magnífica labor que habéis realizado durante el temporal de nieve y frío que azota el país estos días. Habéis vuelto a demostrar el valor, profesionalidad y espíritu de sacrificio que caracterizan a la Guardia Civil”, aunque para mi gusto le faltó decir que esa magnífica labor iba a ser 'reconocida' convenientemente mediante la detracción de la “Productividad por Equiparación” que hasta enero de 2021 venían percibiendo.-
Curioseando por las redes me topo con los orígenes del conocido gesto consistente en levantar el dedo medio mientras se mantiene el resto de dedos cerrados debajo del pulgar. Resulta que procede de la época de los griegos y se le conocía como “katapygon”. Existe un registro de ello en la comedia 'Las Nubes', de Aristófanes, en la cual el personaje de Strepsiades muestra su dedo corazón al personaje de Sócrates antes de hacer lo mismo con su entrepierna. Los romanos adoptaron este gesto, denominándolo 'digitus impudicus' y como me recordó al desternillante “Pijus Magnificus” de 'La vida de Brian', decidí usarlo como titular de este comentario. ¿Y a qué viene esto? Pues como dije antes, la Gámez, en su propio nombre y en el de Marlaska, sin necesidad de estirar dedo alguno, ha mostrado su digitus impudicus a los miembros de la Guardia Civil y se ha quedado tan fresca. Lógicamente, aquellos representantes de los compañeros que se sintieron ofendidos por el gesto decidieron abandonar la reunión. Otros, por el contrario, decidieron encajarlo sin pestañear, opción tan respetable como la anterior. El caso es que la ignominia ya está consumada y como bien dijo la propia Directora General, alguna asociación representativa llevará el asunto ante los tribunales de justicia. Allí nos veremos y comprobaremos si la Gámez(x2), Marlaska y los 'fajinerosos' pueden seguir manteniendo el dedo más largo separado del resto.-
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