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EL 'COMISIONISTA'

Por Alberto Llana


Desde las últimas elecciones internas en la Guardia Civil, celebradas a finales de octubre de 2021, se han desarrollado dos Plenos del Consejo de la Guardia Civil y en ambos la asociación profesional más representativa -y recién llegada a esto de la lucha por los derechos del colectivo-, se ha destacado no solo por su bisoñez, cuestión lógica entre los principiantes, también por su escasa aportación al debate interno y por sus desatinos. El primer Pleno será recordado por la imagen de uno de los Vocales de esa organización jugando al solitario con su móvil mientras el resto se afanaba en las tareas propias de una reunión de esa importancia. Es de suponer que el tedio pudo más que el interés e ilusión que se supone debería embargarle en su debut como representante de sus socios -en primer término- y, por extensión, de todos lo profesionales de la Benemérita. Cuando esa imagen saltó a las redes sociales, el cabreo del necio y de su asociación no se hizo esperar, despotricando contra tirios y troyanos, en una reacción que me hizo recordar otras similares de representantes sindicales cuando trascienden imágenes de sus líderes sonriendo a cámara mientras están sentados ante una mesa repleta de mariscos y otros manjares culinarios por el estilo.-


Hace unos días aconteció el segundo Pleno del Consejo de la Guardia Civil tras esas mencionadas elecciones y en esta ocasión el protagonista fue otro Vocal de la misma asociación, el cual, durante una intervención, no tuvo mejor ocurrencia que confesar el hecho de llevar 17 años en comisión de servicio, ocupando un puesto de trabajo distinto al asignado reglamentariamente. Quizás para los no conocedores de la materia este dato no les llame la atención pero para los componentes del Cuerpo supone una afrenta y de las gordas, veamos por qué. La actual Ley de Personal de la Guardia Civil (la 29/2014), dispone en su artículo 86, que versa acerca de las comisiones de servicio: «1. Cuando las necesidades del servicio lo requieran, los guardias civiles podrán ser designados para realizar comisiones de servicio de carácter temporal, conservando su destino si lo tuvieran.

2. La duración de las comisiones de servicio no podrá exceder de un año, salvo que el régimen específico aplicable a los expertos nacionales en comisión de servicio en el ámbito de la Unión Europea u otro Organismo Internacional establezca una duración superior, en cuyo caso su régimen de retribuciones e indemnizaciones por razón del servicio será el previsto por tales instituciones en su normativa específica.

3. Las autoridades y mandos competentes podrán designar a quienes hayan de desempeñar cualquier comisión de servicio de entre quienes reúnan las condiciones precisas de idoneidad o aptitud. Asimismo, se valorarán, cuando existan, las circunstancias excepcionales de atención familiar a que se refiere el artículo 81 de la presente Ley en cuyo caso, de otorgarse, la comisión de servicios podrá prolongarse durante el tiempo que se mantengan las referidas circunstancias, sin que en ningún caso pueda exceder de un año.

4. De igual modo, podrán revocar la designación, disponiendo el fin de la comisión».-


Como se puede comprobar, una comisión de servicio en un puesto ajeno al propio destino asignado a un guardiacivil no puede exceder de un año, salvo en determinados supuestos que afecten a expertos nacionales en organismos internacionales, que no es el caso. Es más, en el punto 3 se recalca esta circunstancia: «sin que en ningún caso pueda exceder de un año». Entonces, ¿cómo es posible que lleve 17 años comisionado? La respuesta para quienes conocen el paño es muy sencilla... así funciona la Benemérita. Aprueban normas que establecen de forma clara una cosa y luego se las pasan por el arco del triunfo a conveniencia, y mucho cuidado con denunciar estos abusos porque peligra seriamente el devenir profesional de quien se atreva a hacerlo. De hecho, la designación de un miembro del Cuerpo para una comisión de servicio debería realizarse por escrito, exponiendo las razones de la decisión, cuestión que se realiza en muchas ocasiones cuando se desea cumplir la ley, aunque no siempre. Incluso existen trucos para alargar la comisión más de un año de manera 'legal'. Imaginen a un guardiacivil designado para una comisión de servicio durante once meses, se le descomisiona durante un mes, que perfectamente puede coincidir con sus vacaciones, y luego se le vuelve a comisionar otros once meses, y así hasta que se cansen. ¿Qué les parece la ocurrencia?


El resultado es que durante todo ese tiempo de comisión existe un puesto de trabajo en la Guardia Civil ocupado por una persona que no presta servicio efectivo en el mismo, mientras desempeña labores de otro puesto de trabajo que no se cubre de manera real porque nunca publican la vacante ya que el 'comisionista' resulta del agrado del cacique que allí lo mantiene. Sé perfectamente que algunos responderán que conocen de casos más sangrantes, yo mismo conozco alguno que lleva más de dos décadas de tal guisa y como si nada, oigan, pero no tienen la osadía, la desvergüenza o el poco tino de decirlo en un Pleno del Consejo de la Guardia Civil, como si fuera lo más normal del mundo. Tras la revelación, lo que cabría esperar sería una investigación interna para aclarar esta situación y, toda vez que la confesión fue realizada en presencia de la Directora General, María Gámez, ella debería ser la impulsora de la medida. Pero me temo que eso no va a ocurrir, sabiendo cómo gestiona esta señora el Cuerpo. También siento curiosidad por la reacción de aquellos que confiaron en esta organización para que les representara en el Consejo, ¿seguirán aturdidos por sus golpes de tambor o abrirán los ojos de una vez para contemplar la realidad?


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