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CUITAS

Por Alberto Llana Publicado originalmente el 03 de enero de 2016




Considero de gran interés para tod@s los guardiaciviles e, incluso, para quienes aprecian y se interesan por las cuitas del Cuerpo, dar a conocer de la forma más exacta posible lo que se cuece en ese órgano de participación regulado hace unos años bajo el nombre de Consejo de la Guardia Civil. Desde sus comienzos ha tratado de ser un ente opaco, en la línea tradicional de lo que ocurre intramuros de una institución que sirve al pueblo y se financia con sus impuestos pero que no desea injerencias en su forma de hacer las cosas, no vaya a ser que a alguien se le ocurra pensar que los valores democráticos no se atreven a asomar la nariz por temor a que se la cercenen. Ya dijo un director general hace años que la Guardia Civil defiende la democracia pero no se rige por principios democráticos. Gran verdad a fe mía.-


En la última reunión del antedicho Consejo, el Secretario General de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) expuso una serie de cuestiones reveladoras de la triste realidad que rodea, envuelve y contamina tal organismo. Una de ellas se refiere a la asombrosa forma en que se redactan las Actas de los diferentes plenos que se desarrollan, en donde no suelen aparecer ciertas afirmaciones o posicionamientos incómodos de los miembros que representan a la Administración. Así, en esta ocasión concreta, de la última Acta confeccionada acerca de la reunión del día 15 de septiembre de 2015, se han volatilizado unas frases pronunciadas por el ínclito Arsenio Fernández de Mesa acerca del derecho de manifestación de los componentes del Cuerpo y sobre la obligación de los Vocales a asistir a los plenos del Consejo. Y no constan, a buen seguro, porque constituirían una prueba irrefutable de la clara falta de imparcialidad de este señorito, que le inhabilitaría para tomar una decisión sobre los expedientes abiertos a los Vocales de la AUGC por rehusar entrar en el salón de plenos en un encuentro desarrollado el pasado mes de marzo.-


La imparcialidad se configura como principio básico de todo procedimiento sancionador, en consonancia con lo recogido en nuestra Constitución. Y así se recoge en el Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, artículo 38: “El procedimiento disciplinario se ajustará a los principios de (…) imparcialidad...”. Visto lo anterior, don Arsenio debería tomar una decisión adecuada al caso, que es ni más ni menos, la de abstenerse en la resolución de los expedientes disciplinarios incoados a los representantes de la AUGC. Resulta evidente que hacer lo correcto dejaría vacío de contenido su responsabilidad al frente de la Benemérita ya que ha consistido, básicamente, en realizar funciones de vasallaje del generalato. Decisión tomada de manera consciente por este sujeto ya sea por ausencia de redaños, de conocimientos o simplemente por mera comodidad.-


Como estoy bastante seguro que seguirá adelante en su empeño, salvo que un cambio de gobierno lo ponga de patitas en la calle, en dirección a otra responsabilidad política donde sean necesarias sus desvergüenzas, en correspondencia a los usos y costumbres patrios, este caballerete podría incurrir en prevaricación, delito recogido en el vigente Código Penal, artículo 404: “A la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo se le castigará con la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo de nueve a quince años”.-


Por tanto, el hecho de haber ignorado en el Acta oficial las afirmaciones realizadas por Arsenio en el pleno del Consejo acaecido el anterior mes de septiembre, tiene una gran importancia que AUGC no puede ignorar. Cierto es que esas reuniones se graban en audio por completo, se realiza posteriormente una transcripción literal de todo lo acontecido y que, finalmente, en el Acta oficial aparece un resumen de lo más importante, pero tampoco es menos cierto que AUGC ha solicitado en varias ocasiones la rectificación de ese documento oficial para incluir lo dicho por el Director General e, incluso, se ha pedido escuchar el audio de esa fecha y siempre han sido rechazadas tales pretensiones por la Administración, manteniendo los hábitos de prepotencia que engalanan las relaciones entre los estamentos superiores y sus subordinados en esta bendita casa, llamada Guardia Civil.-


Resulta innecesario decir que la AUGC, fiel a su propia tradición, seguirá en su empeño de aportar transparencia a la gestión que, del Cuerpo, realizan sus máximos responsables ya sean políticos o vistan el benemérito uniforme y no solo por que sea lo justo o una obligación para con la ciudadanía, además por que constituye uno de los contrafuertes sobre los que se ha edificado una de las instituciones policiales más valoradas en el mundo entero.-


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