Escrito por LlanAUGC el 07-04-2019
Por Alberto Llana
El 6 de abril se desarrolló en Madrid una manifestación de guardiaciviles y policías nacionales solicitando el cumplimiento íntegro del Acuerdo de equiparación firmado por asociaciones y sindicatos representativos de ambos cuerpos en marzo de 2018. Ya se que han intentando que parezca lo contrario esgrimiendo argumentos equívocos que pueden llamar a engaño, pero los verdaderos motivos están presentes justo detrás de las apariencias que exhiben por delante, encendidas como tubos de neón, confiando en que su luz confunda a quienes miran sin prestar demasiada atención. La realidad es que se acercan las elecciones al Consejo de Policía y hay que volver a agitar las aguas del electorado para pescar lo máximo posible, tal ha sido su estrategia desde siempre. Y a tal fin convocaron esa movilización justo el día antes de que terminara el plazo para que una empresa auditora entregara su informe sobre las diferencias salariales puesto a puesto, existentes entre los componentes de Guardia Civil y Policía Nacional con sus homólogos de los Mozos de Escuadra. Y no crean que es detalle nimio puesto que en esos momentos ignoraban que el susodicho informe iba a ser ocultado por los responsables políticos del ministerio del Interior.-
Se escudaron, entre otras razones, en el anuncio por parte del gobierno de cumplir con el segundo tramo del acuerdo equiparador, establecido en tres fases, aunque ello fuera algo conocido desde el mes de diciembre de 2018 y no tanto porque así se afirmara desde el ministerio sino porque ese mes se aprobó un Real Decreto que estipula que la cantidad monetaria correspondiente a 2019 se respetaría aunque no se aprobaran los Presupuestos Generales, por lo que tal motivo carece de credibilidad alguna. También sacan a colación a los compañeros en situación de Reserva o Segunda Actividad sin destino con el propósito de que olvidemos el hecho de que no les importó un carajo dejarlos en la estacada cuando Zoido vino con la oferta de 1.500 millones de euros en tres años, siempre y cuando se renunciara a determinados derechos sociolaborales adquiridos por los cuerpos policiales estatales con el fin de adecuar su situación profesional al cuerpo autonómico. Mantener esas situaciones administrativas tal y como estaban fue un logro de las organizaciones firmantes del Acuerdo y como a ellos se les vio el plumero, cambiaron de táctica y comenzaron a exigir algo que no estaba recogido en sus primera reivindicaciones, como bien demuestra el texto de la iniciativa que presentaron ante la Cámara Baja. Dicen que si las cantidades económicas se destinaran a engrosar el Componente General del Complemento Específico llegarían también a quienes están en dichas situaciones sin destino, aunque tal afirmación solamente revela su desconocimiento de los diferentes conceptos retributivos que perciben los miembros de la Benemérita y Policía Nacional. A los retirados o jubilados ya ni siquiera los mentan dado que cada vez que lo han hecho su ridículo ha sido espantoso. Y sobre las pensiones de viudedad su olvido es absoluto.-
Por último aseveran que los 807 millones reflejados en el Acuerdo son insuficientes para conseguir la equiparación, lo que de principio no es más que una muestra adicional de reconocimiento de lo acertado del pacto toda vez que eso está previsto en el mismo. Como ya he expresado otras veces, lo firmado en marzo de 2018 significa 'equiparación salarial'. Luego, el gobierno de turno (y en cuestión de un año ya ha habido dos, más los que vengan en el futuro) cumplirá o no lo acordado en su integridad, eso ya se verá, pero tal eventualidad, de la que nadie está exento por muchos tambores que toque y mucho que grite, era una incógnita en el momento en que el llamamiento a la movilización fue realizado. Como ya expresé antes, cuando esa manifestación se convocó ni siquiera se tenía la certeza de que la auditoría que debe reflejar las diferencias salariales entre unos y otros se iba a terminar ocultando, como se ha hecho, por desgracia para nosotros y para los responsables gubernamentales que deberían pagar su cinismo en las urnas.-
Y ello nos lleva a la contextualización del discurso de los convocantes, los cuales, a la luz de los acontecimientos que se desarrollaban, han ido adaptando o añadiendo argumentos a conveniencia. Tal es así que en algunos medios de comunicación hemos podido ver como afirmaban que esta concentración era una respuesta a las maniobras torticeras del ministro Marlaska y sus adláteres. Sin embargo no se pronuncian sobre una cuestión espinosa atinente al reparto monetario correspondiente a 2019 y que es la relativa a rebajar un 1'72% de la cantidad que debería ir destinada a los guardiaciviles, en beneficio de los policías nacionales. Cuando la noticia salió a la luz hubo opiniones en redes sociales que afirmaron estar de acuerdo con ello, lo que produjo una situación de rechazo por parte de muchos componentes de la Benemérita, ante lo que decidieron mutar su postura por la que ahora defienden y que no es otra que quitarse el 'muerto' de encima alegando que por un 1% no van a conseguir dividirles. Pero lo cierto es que quien maneja los intereses de la organización que denigra el Acuerdo con la boca pequeña mientras saca pecho por cualquier avance que conlleve y se moviliza para exigir su cumplimiento íntegro, representa los intereses de una parte concreta y mientras los vientos soplen a su favor no realizará comentario alguno que comprometa el rumbo.-
Para más inri, un par de días antes de la manifestación, otra noticia añadía mayor temor por el desenlace final del proceso equiparador al desvelar que el ministro del Interior había solicitado al Consejo de Estado un informe acerca de qué grado de vinculación jurídica tenía el Acuerdo firmado por el anterior gobierno con asociaciones y sindicatos policiales, especialmente en dos puntos: el relativo a tener que añadir más dinero a la cantidad inicialmente pactada y lo concerniente a aprobar una norma legal que procure en el futuro un equilibrio salarial entre agentes estatales y autonómicos. Noticia que se confirmó al día siguiente con la publicación de la respuesta del Consejo de Estado en el sentido de que no existe una vinculación jurídica que obligue al Ejecutivo a cumplir lo acordado, si bien los contenidos del pacto deben ser aplicados conforme a la buena fe negocial, una buena fe claramente ausente en el actual ministro del Interior y que augura un futuro incierto sobre el postrer resultado ya que todas estas maniobras oscuras confirman que uno de los principales partidos políticos con posibilidades de gobernar tras los comicios de finales de mes está buscando desesperadamente cómo solventar este asunto de la equiparación sin añadir ni un euro más a lo inicialmente previsto.-
Pero también supone un varapalo para quienes apostaron por una iniciativa legislativa en vez de por exigir el cumplimiento de la clausula Octava del Acuerdo, que dice: “El Ministerio del Interior impulsará las medidas legislativas que sean necesarias para garantizar que en el futuro no se pueda producir una disfunción salarial entre las policías que realicen las mismas funciones”. Y es un varapalo porque el desenlace final de esa proposición también depende mucho de la postura que adopte el partido que ahora gobierna en funciones, el cual ya tuvo muchas reticencias a la hora de votar afirmativamente a la misma y solamente lo hizo por no quedar mal, eso sí, tras advertir que veía cuestiones inconstitucionales en el planteamiento de la misma. Tengo la impresión que vamos a echar de menos el tiempo perdido en una apuesta fallida de antemano en vez de haber reivindicado desde el día siguiente a la firma del Acuerdo la confección de un propuesta de ley ( http://llanaugc.blogspot.es/1543157235/propuesta-o-proposicion-de-ley-/ ).-
Así, lo que hemos podido ver en las calles madrileñas el 6 de abril no es más que una reivindicación del cumplimiento íntegro del Acuerdo de equiparación firmado, por mucho que intenten argumentar lo contrario. Cada vez hay más implicados conscientes de que su exacto y pleno cumplimiento significa equilibrio salarial y, es más, son sabedores también que gracias a haberse rubricado se ha empezado a avanzar en ese sentido. Un avance que no se hubiese experimentado de seguir las teorías de aquellos que optaron por el camino de la descalificación y la negatividad, ya que respaldar el convenio significaba un traspiés para sus verdaderas intenciones. Lo mismo que ocurre en estos momentos. Intentan vender su desacuerdo con el Acuerdo y la movilización no ha sido otra cosa que una confirmación del mismo a regañadientes.-
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