Escrito por LlanAUGC 22-04-2018
Por Alberto Llana
Esta última semana se han conocido varias informaciones respecto a la banda asesina ETA. Una relacionada con la supuesta intención de abandonar para siempre su actividad a comienzos del mes de mayo, otra referente a una especie de comunicado de arrepentimiento y la tercera, casualmente la misma jornada que el antedicho comunicado, atinente a las disculpas ofrecidas por determinada parte del clero por su connivencia con la barbarie etarra. Vayamos por partes. En lo relativo a su cese de actividades no creo que sea necesario recordar las pantomimas vividas hasta el momento sobre ello, mero postureo mediático con el fin de intentar volver a poner de actualidad sus siglas y ese infundado conflicto con el que siempre han intentando justificar sus crímenes. Postureo tan vacío como las cabezas que lo diseñaron y le dieron un segundo de credibilidad. Nada hace pensar que esta vez vaya a ser diferente, sobre todo si esas hipotéticas intenciones no van acompañadas de otras medidas adicionales tales como la entrega de todas las armas que todavía guardan en su poder o la colaboración con la Justicia a fin de esclarecer los más de 300 crímenes sin resolver a día de hoy y su disposición a ser juzgados por ellos y cumplir las penas que conlleven.-
Pasando al comunicado etarra, el mismo escepticismo ya apuntado. El encabezado dice “ETA AL PUEBLO VASCO: DECLARACIÓN SOBRE EL DAÑO CAUSADO”, es decir que el daño causado al resto de españoles les importa un carajo. De un comienzo así poco o nada debe esperarse. Unas líneas más adelante se afirma que “En estas décadas se ha padecido mucho en nuestro pueblo: muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas que se han visto obligadas a huir al extranjero. Un sufrimiento desmedido”. Vuelven a ceñirse nada más que al 'pueblo vasco', lo que viene a reafirmar lo mencionado, pero es que, además, tratan las consecuencias de su violencia como si ellos fuesen las víctimas y no los causantes... exasperante. Continúan reconociendo que “nada de todo ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo...”. Que no debió producirse está claro, en cuanto a la prolongación temporal imagino que se referirán a que debería haberse buscado una 'solución' tras el paso de la dictadura a la democracia, como si en democracia hubiera que ser más indulgente o comprensivo con una banda mafiosa y criminal, obviando que la única solución siempre ha estado en sus manos, la autodisolución. Asimismo se permiten la desfachatez de argumentar que “...el sufrimiento imperaba antes de que naciera ETA, y ha continuado después de que ETA haya abandonado la lucha armada”. Como ven, no tratan de pedir perdón ni nada similar, sino argumentar seis décadas de crímenes sin sentido y abonar el terreno de cara al futuro.-
El apartado de contriciones resulta escasamente creíble tras aseverar que “obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna”. Como resulta evidente, diferencian a unas víctimas de otras, las que tenían algún tipo de 'responsabilidad' y las que no, en un intento de excusar parte de sus delitos y que parezca que su brutal trayectoria criminal no fue tan desoladora. Prosiguen con la postura victimista al recordar el terrorismo de estado y, si bien ningún tipo de terrorismo tiene un mínimo de justificación, tampoco puede ser justificante o atenuante de responsabilidades propias, dicho sea en todas las direcciones posibles. Y sobre su deseo de que en el País Vasco hubiera enraizado la libertad y la paz hace mucho tiempo, no tienen que mirar más allá de sus propias narices para encontrar las causas de tal aridez. Lamentable resulta el llamamiento a reconocer “todos la responsabilidad contraída y el daño causado”, toda vez que ellos mismos no predican con el ejemplo y vuelven de nuevo a faltar al respeto de sus víctimas con esta postura esquiva. Dedican su última parrafada al futuro en paz en el País Vasco a través de una solución democrática al conflicto político, ignorando -como siempre han hecho- que en democracia los posibles conflictos políticos se solucionan sin imposiciones, sin violencia y dentro del marco legal que la mayoría ha establecido. El comunicado y la nota aclaratoria adjunta están firmados el pasado 8 de abril, lo que me lleva a reflexionar sobre las razones de hacerlo público doce días después. ¿Era este el momento más apropiado para ello? ¿Cuando lo redactaron todavía no habían decidido si anunciaban el cese de su actividad? ¿Deseaban comunicárselo primero a sus amigos y cómplices?
Porque casualmente, como ya indiqué al comienzo, el mismo día se conocía el panfleto emitido por las diócesis de Pamplona, Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Bayona. Y digo panfleto debido, entre otras cosas, a que no deberían haber esperado el 'consentimiento' de los asesinos para empezar a pedir disculpas y reconocer que entre el clero vasco ha habido y hay demasiadas simpatías, comprensiones y complicidades hacia ETA. Y digo panfleto porque hay que tener la jeta de hormigón armado para pedir que se atiendan “las peticiones de los familiares de los presos inmersos en diversas necesidades humanitarias” o que “el retorno de los excarcelados a sus lugares de origen se realice de forma que las víctimas del terrorismo no se sientan humilladas”. Mucho tienen ustedes que decir y hacer en aras a evitar tal humillación y por regla general no lo están haciendo. Quizás deban de obtener primero el permiso de los asesinos para ello. Y digo panfleto ya que el escrito de marras pilló con el pie cambiado a la Conferencia Episcopal que poco antes se pronunciaba en un tono distinto, con frases como “es la victoria de la democracia y de toda la sociedad española” o, también, que toda “petición de perdón exige un compromiso de reparación”. Nueva demostración del doble lenguaje eclesial en temas como el separatismo en general o el terrorismo en particular. Bueno, el terrorismo separatista debo puntualizar.-
Pese a lo dicho, debe extraerse la parte positiva, que la hay, porque todo lo que signifique un paso adelante en la dirección correcta no deja de serlo. Pasos lentos y decepcionantes en muchos aspectos pero que indican que la vuelta atrás cada vez es más improbable. Así sea.-
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