Escrito por LlanAUGC 13-12-2017
Por Alberto Llana
El pasado martes 12 de diciembre, el ministro del Interior publicaba una misiva en un diario de tirada nacional bajo el título 'Equiparación en marcha'. Lógicamente se refiere a la equiparación salarial de la Guardia Civil y la Policía Nacional con otros cuerpos policiales que perciben unos emolumentos bastante superiores por llevar a cabo labores similares a los de los cuerpos de carácter estatal. Y digo similares y no iguales porque, en realidad, no lo son. Bien pudiera parecer que así es, sobre todo cuando la comparativa nominal se realiza con cuerpos autonómicos pero, de principio, el agravio salarial no se circunscribe solamente a este ámbito, sino que se extiende también al entorno de muchas policías locales. En cualquier caso, cabe recordar que las competencias de las Fuerzas de Seguridad del Estado son más extensas que las de cualquier otro cuerpo y, por lógica, el servicio que prestan y el espacio territorial donde lo ejecutan, de mayor envergadura y complejidad, lo cual desemboca es un superior agravio, si cabe, cuando uno contempla los desequilibrios salariales existentes.-
Creo que la carta publicada por Zoido refleja a las claras la importancia política que en estos momentos ha llegado a adquirir un problema que se lleva arrastrando casi tres décadas. El actual gobierno siente la presión que se ha trasladado desde la sociedad, los medios de comunicación, la mayor parte de partidos políticos, las organizaciones policiales y los propios profesionales y quiere dejar claro que va a tomar 'cartas' en el asunto (aparte de la epístola que comento). No le ha servido al actual titular de Interior sus declaraciones públicas desde que accedió al cargo acerca de su voluntad de restañar la herida monetaria que desangra las nóminas de policías nacionales y guardiaciviles mes tras mes y ha optado por dejar patente, negro sobre blanco, que esta ocasión es la buena, que se lo van a tomar en serio de una buena vez. No obstante, como evidencia el escrito firmado por Zoido, ya que de tal manera da comienzo al mismo “Cuando el proyecto de Presupuestos para 2018 cuente con el respaldo necesario para ser aprobado, habrá comenzado el camino que culminará en breve en la consecución de la equiparación salarial...”. Por lo tanto, ya tenemos un condicionante previo, el cual tampoco supondría una excusa válida para no comenzar el camino equiparativo, si la voluntad de recorrerlo fuera firme, porque existen fórmulas válidas para transitarlo incluso si hubiera que prorrogar los presupuestos generales del año en curso.-
Sí que comprendo que no pueda dar detalles pormenorizados a día de hoy, cuando ni siquiera se ha presentado el anteproyecto de Ley de Presupuestos para 2018 dado que resulta necesario debatirlo en las cámaras y contemplar la posibilidad de realizar cambios o ajustes en las previsiones previas y, de hecho, me gusta que se señale que ello “no es posible hasta que esté todo acordado y fijado con los legítimos representantes de policías y guardias civiles, así como la manera de llevarlo a la práctica”. Aunque pueda sonar también un poco a excusa, lo cierto es que está escrito y me imagino que esos representantes legítimos exigirán que cumpla con ello. Lo que no me gusta un pelo es que aproveche el momento para sacudir una bofetada política a otros gobiernos anteriores que no tuvieron la decencia de intentar siquiera abordar esta clara injusticia. Y no resulta de mi agrado por varios motivos. Uno, que cuando se refiere a la inacción precedente intenta acotarla al anterior gobierno presidido por Zapatero, obviando que la cuestión también estuvo sobre la mesa del gobierno de Aznar y el resultado es sobradamente conocido. Dos, porque intenta dar la impresión de que desde la llegada a la presidencia del gobierno de Rajoy existía la intención de afrontar la problemática pero “la realidad de las cuentas del país era aún mucho peor de lo esperado porque hubo quien se obstinó en negar una crisis que luego sufrimos todos los españoles”, y ello no es así. Y no lo es por la razón apuntada antes acerca de las legislaturas comandadas por José María Aznar, en las cuales, el actual presidente del Gobierno ejerció las responsabilidades de ministro del Interior y también de vicepresidente del Gobierno. Comprendo que Zoido, o quien le haya escrito la carta publicada y rubricada por él, procure salvarle la cara a quien le ha puesto en el cargo pero la hemeroteca dibuja un panorama un tanto diferente.-
El caso es que la equiparación está de moda y, como dije, la presión se palpa en la Moncloa y tratan de aliviarla con misivas de esta índole. Empero, tras casi 30 años de escuchar promesas vacías y soportar tomaduras de pelo cuasiultrajantes, lo que desean los trabajadores de la Guardia Civil y de la Policía Nacional son hechos concretos. Bienvenida sea la carta de marras pero hasta que no sea refrendada con realidades, la presión se va a mantener porque es de justicia y lleva siéndolo desde el siglo pasado, que ya es decir.-
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