Escrito por LlanAUGC 19-12-2018
Por Alberto Llana
El domingo 16 de diciembre se publicó en un diario una entrevista con Ignacio Carrasco Navarro, Guardia Civil retirado que ejerce desde hace varios años la responsabilidad de Secretario General de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Málaga. El titular del reportaje rezaba de tal modo <<Ignacio, el guardia civil 'expulsado' por decente: "Denuncié negocios sucios de compañeros">> y se puede consultar en el siguiente enlace, por si fuera de interés para los lectores: ( https://www.elespanol.com/reportajes/20181216/ignacio-guardia-expulsado-decente-denuncie-negocios-companeros/360714780_0.html ). No se si serán imaginaciones mías o qué, pero creo que el encabezado es suficientemente elocuente como para que cualquiera se plantee al menos escudriñar el contenido de la entrevista antes de aventurarse a realizar comentarios banales o estólidos que hagan buena la máxima de 'es mejor no decir nada y parecer idiota que escribir y despejar las dudas'. Porque, digo yo, resulta llamativo cuando menos ver la palabra 'expulsado' resaltada de tal forma. Si además hemos reparado en el hecho de va seguido de las palabras “por decente”, debería agudizar nuestra curiosidad por tratar de averiguar a qué se refiere exactamente el titular, algo que se puede intuir si llevamos nuestra mirada más allá de los dos puntos que culminan la primera parte del encabezamiento. Sin embargo, para algunos comentaristas alocados, lo anterior debe suponer un esfuerzo insuperable o tal vez estéril, dada la intuición portentosa con que la naturaleza les ha dotado y que les permite adivinar con un porcentaje de certeza altísimo el contenido de la entrevista sin perder su precioso tiempo leyéndola y asegurándose.-
Y como bicho raro que soy, no puedo por menos que reflexionar sobre el hecho de que si ese tiempo que han invertido en redactar una opinión fuera de lugar lo hubieran usado en comprobar las declaraciones de Ignacio, posiblemente llegarían a la conclusión de que esa 'expulsión' no es más que un eufemismo que oculta lo verdaderamente ocurrido en realidad. A Ignacio Carrasco le señalaron la puerta de salida de la Benemérita por denunciar corruptelas internas -y no pocas-, lo que le hicieron acreedor de ser considerado persona no demasiado equilibrada emocionalmente. Un sistema de autodefensa de la propia institución que siempre pueden usar cuando persisten en su lucha contra lo ilegal una vez retirados... “Ni caso, a ese lo jubilamos por paranoico” -afirmarán sin atisbo de rubor-. Y me conozco bien el paño, no solo por haberlo visto en otros compañeros del estilo de Ignacio (es decir, decentes), también por haberlo vivido en carnes propias cuando en determinadas ocasiones puse en conocimiento de las autoridades competentes comportamientos rechazables en un Cuerpo como la Guardia Civil, que se ha labrado con mucho esfuerzo y sangre la buena reputación de la que en estos momentos disfruta.-
Sin embargo con Carrasco dieron en hueso ya que una vez retirado perseveró en sus ideales y continuó denunciando con argumentos y pruebas las corruptelas que llegaban a su conocimiento. Por ello llegaron a 'expulsarle' también de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, siendo acompañado hasta la misma puerta de entrada por el máximo responsable del acuartelamiento, sin explicación alguna que pudiera darle sentido alguno a la cacicada. Aquello me recordó los tiempos en que les prohibían la entrada a las cantinas del Cuerpo a compañeros de otras policías en el intento de evitar que nos 'contagiáramos' de ideas sindicalistas y reivindicativas de derechos que se nos eran -nos siguen siendo en algunos casos- denegados por sistema y con la única explicación de que somos militares, como si los ciudadanos militares de este país no fueran, precisamente, ciudadanos. Seguramente la prohibición a Ignacio de entrar en la Comandancia malagueña sea una combinación de venganza pírrica y medida profiláctica en el sentido de evitar que otros se contagien del virus decente que exuda Carrasco por sus poros.-
No obstante todos los intentos de acallar la voz de Ignacio han resultado baldíos. Primero porque posteriormente a su 'expulsión' del Cuerpo se demostró que sus denuncias no eran fabulaciones y asimismo porque las acciones legales contra él emprendidas (cuatro querellas, una denuncia a la Agencia de Protección de Datos y una imputación por injurias a la Guardia Civil) fueron archivadas por carecer de argumentos sostenibles. Pero todo esto lo explica mejor el protagonista en la entrevista publicada. Como ya he expresado antes, si aquellos lelos que han dejado patente su condición hubieran invertido unos pocos minutos en comprobar fehacientemente qué es lo que trataba de transmitir el titular del reportaje, sus comentarios habrían sido muy diferentes. Y es que, vuelvo a preguntarme, si a una persona no le interesa conocer lo que Ignacio tiene que decir, ¿Por qué siente un impulso irrefrenable por comentar cuestiones que ignora? Quizás sea porque con ello experimenta una especie de supremacía moral sobre el resto de humanos que, en realidad, no es más que una manifestación palpable de sus carencias intelectivas y su catadura moral. Pues sí, mis queridos zotes, algo habrá hecho Ignacio Carrasco para que lo 'expulsen'. Y muy bien hecho, por cierto. A ver si aprendéis algo de su ejemplo, aunque para ello primero deberíais leer estas líneas y luego, también, la entrevista publicada, cosa que no va a ocurrir ni por casualidad, visto el percal.-
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