Escrito por LlanAUGC 12-08-2018
Por Alberto Llana
Pues mira por donde se me ha ocurrido ponerle un alias al nuevo Director General de la Guardia Civil, Félix Vicente Azón Vilas. Y no es otro que ‘Azadón’, por similitud y porque azadón, según la RAE, es un instrumento que sirve para rozar y romper tierras duras, cortar raíces delgadas y otros usos análogos. Dada su propensión a firmar resoluciones sancionadoras a representantes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) no me queda más remedio que aceptar que ese será su rol en el despacho de Guzmán el Bueno. Ignoro si en algún momento tuvo intenciones de asumir la responsabilidad de dirigir la Benemérita para tratar de aplicar alguna de las enseñanzas que a buen seguro interiorizó en sus años infantiles y juveniles en una casa-cuartel de las muchas que poblaban en esos tiempos el suelo español, pero sus primeras decisiones e indecisiones parecen confirmar que ha venido por estos parajes únicamente a saborear las mieles del cargo y pregonar a los cuatro vientos que ha llegado a mandar en la Institución a la que perteneció su padre.-
Todo ello me llevó a recordar una de esas anécdotas escuchadas en lo que antes llamábamos ‘radio tricornio’, actualmente en desuso por la profusión de redes sociales alternativas que han hecho caer casi en el olvido aquella forma de transmitir noticias, por otra parte tan fiables como la mayoría de lo que puedes ahora leer en la pantalla de tu ordenador o smartphone. Por lo que yo recuerdo, la historia se refería a un Suboficial del Cuerpo cuyo hijo había ingresado en la Academia de Oficiales y, tras elegir la Guardia Civil para continuar su carrera y pasar por el centro de formación propio, había terminado sus estudios y dos estrellas de seis puntas lucían en su uniforme (es de suponer que en las mangas, dada la época). Por azares de la vida, el teniente obtuvo destino como jefe de Línea en la demarcación donde su progenitor era Comandante de Puesto (para los más modernos, consulten lo que eran las Líneas y ya, de paso, los Tercios). Continuaba el relato significando que durante una reunión entre el jefe de Línea y los Comandantes de Puesto de su demarcación, el Oficial tuvo que reprender a su señor padre y en una demostración de que ese hecho no iba a significar trato de favor alguno, la reprimenda fue de las que generan leyendas. Cuentan que unos días después el teniente fue de visita a casa de sus padres y su padre, resentido por el trato recibido esperó a que su hijo se acomodara en un sillón del salón y acercándose a él le propinó un sonoro bofetón. Mientras el Oficial se reponía del sobresalto escuchó a su padre decir: “De puertas para fuera eres mi superior, pero de puertas adentro esta es mi casa, yo soy tu padre y tú eres mi hijo”.-
Imagino que habrá distintas versiones de esta anécdota, pero la esencia es la misma, que es lo importante. Con ello quiero transmitir mi deseo de que, finalmente, la gestión de Azón al frente del Instituto honre la memoria de su padre, ya fallecido, y no creo que estos primeros pasos que está dando vayan en esa dirección. Por ejemplo, cabe recordar su reciente visita a Ceuta tras el virulento asalto a la valla fronteriza de esa ciudad en la que más de 20 compañeros resultaron heridos a manos de los inmigrantes que entraron a la fuerza en nuestro país. La respuesta de Azón fue la de mostrar su preocupación por los hechos y transmitir que “Mi trabajo es asegurar que la Guardia Civil tenga todos los medios posibles para defender la frontera”, al mismo tiempo que descartaba iniciar acciones legales contra los presuntos responsables de la salvajada. Dos cosas al respecto: la primera, que su trabajo también incluye el proporcionar un protocolo claro de actuación a los profesionales que desempeñan su labor a pie de valla, el cual no existe pese a que llevamos años reclamando y suplicando en ese sentido. Y la segunda, que iniciar acciones legales contra los responsables de herir a los compañeros es algo que demostraría su preocupación y compromiso real con los guardiaciviles que están al pie del cañón ya que de buenas palabras van sobrados y lo que se echa de menos son hechos concretos.-
Esa inquietud concreta que me genera la postura de Azón se ve incrementada cuando, consultando la hemeroteca, leo una entrevista realizada en 2012 a nuestro protagonista en la que se resaltaba el hecho de que era “uno de los cinco jueces díscolos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que han pedido al presidente del consejo, Carlos Dívar, que dimita…”. Y explicaba sus motivos para ello del siguiente modo: “La cuestión es que es juez, un servidor público y, como la mujer del César, no solo ha de ser honrado sino parecerlo. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha llegado a decir que la vida privada de los jueces está sometida a sus deberes deontológicos. Por ejemplo, alguien que esté todo el día borracho, o se salte las señales, no debería ser juez. El ciudadano tiene que percibir que puede fiarse de la Justicia”. Pues oiga, señor ‘Azadón’, me voy a apropiar de sus palabras y le diré una cosa que espero tenga en cuenta: los guardiaciviles tienen que percibir que pueden fiarse de su Director General y eso dista mucho de ser una realidad.-
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