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ANÉCDOTAS MUY REALES

Actualizado: 4 sept 2023

Por Alberto Llana Publicado originalmente el 05 de septiembre de 2015.-


Cuando uno se decide a contar las cosas que ocurren normalmente en su entorno se suele ceñir, precisamente, a esa normalidad o habitualidad que conforman el devenir diario. La mayor parte de los lectores asumen que esa tónica general no puede ni debe extrapolarse a todo el conjunto, pero siempre hay algunos que creen que todo el monte es orégano y cuando encuentran una excepción no tardan en usarla como arma arrojadiza al relator en un intento de demostrar que cualquier cosa que exponga navega bajo bandera embustera.- En esta ocasión contaré una historia ocurrida años ha en uno de los múltiples acuartelamientos repartidos por la geografía patria. La cosa comenzó cuando un jefe de Comandancia tuvo la genial idea de motivar a sus subordinados tal y como le habían enseñado durante su larga trayectoria militar, que no policial, a saber, tocándoles los dineros. A tal fin dispuso que los oficiales intermedios propusieran, con periodicidad mensual, a un/a Guardia Civil por cada Puesto de su demarcación para que dejaran de percibir un complemento monetario denominado 'Productividad', la cual se adjudicaba a capricho de los superiores jerárquicos. Uno de los capitanes de la Comandancia, al mando de una Compañía del Cuerpo, opuso reparos a la orden, entendiéndola injusta. Con esa vara de medir, muy pocos cobrarían euro alguno entre los más allegados al propio jefe de Comandancia pero, por supuesto, los bolsillos de esos personajes nunca se vieron amenazados.- Los razonamientos del Capitán no obtuvieron ningún fruto y el jefe le exigió la lista negra del primer mes. Lo que recibió fue una escueta nota oficial, al uso 'guardiacivilero', en el que figuraba el nombre del propio Capitán como primer candidato a perder la 'Productividad'. Quienes conocen la anécdota siempre han considerado este comportamiento del Oficial muy sorprendente, por ser prácticamente desconocido en un Cuerpo que lleva como estandarte el honor. Incluso algunos afirman que se debió a que le quedaba poco tiempo de servicio antes de pasar a la Reserva, pero lo cierto es que ese Capitán actuó de una forma que le engrandece y que muestra a las claras cuál es el camino que debe seguir esta Institución si no quiere ser atropellada por la actualidad.- Historias como la antedicha existen y han existido desde siempre, y son tan reales como escasas, de ahí la denominación de anécdota. Sirva la expuesta como desagravio hacia aquellas personas que lucen con propiedad el benemérito uniforme y que muchas veces se sienten malparados por las otras historias que cuento y pienso seguir contando -si Dios quiere-, en el futuro.-


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