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ANTECEDENTE DE LA CARTILLA DEL GUARDIA CIVIL

Actualizado: 2 oct 2021

Por Alberto Llana


El 20 de diciembre de 2020 se conmemora el 175 aniversario de la publicación de la Cartilla del Guardia Civil, redactada por el fundador del Cuerpo, el Duque de Ahumada, poco más de un año después de su creación, durante el verano de 1845. Se envió para su aprobación en octubre pero fue devuelta por Real Orden de 26 del mismo mes al objeto de subsanar ciertas deficiencias. El texto corregido es enviado de nuevo el 13 de diciembre para intentar obtener su visto bueno, lo que así aconteció, siendo publicado por Real Orden de 20 de diciembre de 1845. El contenido de la Cartilla es bastante conocido y fácil de encontrar en la red de redes para quienes no lo conozcan todavía y les pique la curiosidad. No obstante esa Cartilla tuvo un antecedente claro, mucho más resumido, en la Circular de fecha 16 de enero de aquel año. En ella, el Duque establecía las esencias de la Guardia Civil. Un código ético que, ampliado posteriormente en la Cartilla, continúa vigente a día de hoy. Esa Circular rezaba de tal forma:

SECCIÓN CENTRAL. CIRCULAR. Las cualidades morales de la guardia civil deben ser una de las principales atenciones de V.S.


La principal fuerza del cuerpo ha de consistir en la buena conducta de los individuos que la componen.


Los principios generales que deben guiarlo son la disciplina y la severa ejecución de las leyes. Deben atemperar el rigor de sus funciones con la buena crianza, siempre conciliable con ellas; de este modo se granjearán la estimación y consideración del público. El guardia civil no debe ser temible sino a los malhechores, ni ser temido sino de los enemigos del orden.


El guardia civil sin moralidad no puede granjearse la estimación pública; debe dar ejemplo del orden, pues que esta encargado de mantenerlo.


Los guardias civiles deben ser prudentes sin debilidad, firmes sin violencia y políticos sin bajeza.


Las vejaciones, los malos modos y la grosera altanería deben ser reprobados en el cuerpo, como tan poco a propósito para granjearle el aprecio público.


Los enemigos del orden de cualquier especie temerán más a un guardia civil, sereno en el peligro, fiel a su deber, siempre dueño de su cabeza que llena sus funciones con dignidad, decencia y firmeza, que al que con amenazas y malas palabras no logra más malquistarse con todos.


Los guardias civiles deben procurar, aun cuando no estén de servicio, nunca reunirse con malas compañías; no entregarse a diversiones impropias de y gravedad del cuerpo, procurando siempre reunirse entre sí y fomentar la mayor cordialidad entre los compañeros.


No basta a los guardias civiles presentarse aseados un día de revista, o cuando entren de servicio; deben estarlo constantemente, pues su buen porte y constante aseo contribuyen en gran manera a granjearle la consideración pública, circunstancia nunca deben de perder de vista.


Además del cuidado que V.S. debe tener de que aprendan a leer y a escribir los pocos individuos que en su tercio hay sin esta precisa cualidad, con arreglo a lo prevenido en mí circular del 8 del actual, procurará V.S. que todos los individuos del tercio de su cargo se adiestren en la redacción de partes verbales y por escrito, y todos los sargentos, cabos y guardias de primera clase, que puedan hallarse de comandantes de puesto en la formación de sumarios instructivos sobre los delitos más comunes y ordinarios. Unas de las primeras circunstancias que deben concurrir en la guardia civil es que cada uno de los individuos tenga un exactísimo conocimiento del país que esta encargado de vigilar; de modo que el jefe de cada puesto no debe ignorar todos los caminos, sendas, bosques, barrancos y demás accidentes de la topografía del terreno de su distrito.


Una de las obras que el tiempo ha de ir perfeccionando es el conocimiento que cada individuo de la guardia civil debe adquirir en su distrito de aquellos hombres que por sus malos antecedentes o desconocido modo de vivir conviene estén vigilados por la justicia.


No es obra de un día, de una semana, ni de un mes el inculcar estos principios a todos los individuos del tercio del mando de V.S., pero para lograrlo tan completamente como lo hace indispensable la institución del cuerpo no perdone V.S. medio alguno de cuanto su celo le sugiera; observe V.S. las circunstancias pertinentes de cada uno de sus subordinados, y en la revista que el 1º. de abril ha de empezar V.S. a pasar a todos los individuos del tercio de su cargo hará V.S. una especial observación sobre las cualidades de cada uno de sus individuos; y si resultase que alguno no tiene todas las necesarias para el servicio del cuerpo, me propondrá su separación, fundada en las cualidades que le faltan.


Esta circular deberá V.S. comunicarla a todos los oficiales de ese tercio para que cada uno en su compañía o sección respectiva le de el debido cumplimiento en la parte que le corresponde; bajo el supuesto que el arma los exámenes de actitud deben ser individuales, y a ella deben prestar particular atención y esmero los primeros capitanes en sus revistas mensuales para poder calcular los adelantos que los guardias vayan haciendo por la experiencia que el servicio les de, y la idoneidad de cada guardia civil para desempeñarla.


Dios guarde a V.S. muchos años. Madrid 10 de enero de 1845.


El Duque de Ahumada”.-


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